Secuela y adaptación de un videojuego de Sega, El amanecer de los zombies es, como su propio título indica, una película de muertos vivientes rebosante de hemoglobina, amputaciones y cuerpos putrefactos. Al igual que Resident evil o Silent Hill, pertenece a ese cada vez más nutrido grupo de películas que trasladan al celuloide una historia creada originalmente para un videojuego. Aunque mejora en algo la calidad de su predecesora (House of Dead), la película ha pasado directamente al mercado del video doméstico, algo que dice bien poco a su favor, y es que, no exenta de humor negro y una apreciable labor de maquillaje, la cinta reitera vulgarmente aspectos ya vistos anteriormente en otras películas emblemáticas del subgénero zombie.