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Nueva Zelanda Nueva Zelanda · Jaen
Voto de capacitivo:
3
Comedia Época de la Ley Seca (1920-1933). Joe y Jerry son dos músicos del montón que se ven obligados a huir después de ser testigos de un ajuste de cuentas entre dos bandas rivales. Como no encuentran trabajo y la mafia los persigue, deciden vestirse de mujeres y tocar en una orquesta femenina. Joe (Curtis) para conquistar a Sugar Kane (Monroe), la cantante del grupo, finge ser un magnate impotente; mientras tanto, Jerry (Lemmon) es cortejado ... [+]
23 de septiembre de 2009
26 de 88 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro ejemplo, aunque algo más currado, de lo absurda e innecesaria que fue la “screwball comedy”. Las claves de su éxito son las mismas de las “X movies”, poner una mujer atractiva en pantalla enseñando toda la carne posible, grande la Monroe, y un montón de situaciones que llevan a gags ya preparados, esperando la sonrisa fácil ante un chiste aún más fácil.

Esta película provoca una indigestión de Marilyn Monroe. En los títulos de crédito aparece su nombre antes de Curtis y Lemmon, mal presagio. Cada pocas secuencias su hermoso careto o cuerpo debía aparecer, aunque estropeara un mal gag de la pareja cómica. Siempre enseñando lorzas,”haciéndose” la rubia estúpida, que si busca el amor blablabla, que si los hombres blablabla, un coñazo... incluso peor si se ponía a cantar. Estaba muy buena, pero Marilyn tenía potencial para el cine porno o un par de escenas salteadas en una película donde no tuviera la necesidad de hablar.

Curtis y Lemmon dan el pego bastante bien, sobre todo Lemmon que es el que a mí me consiguió arrancar alguna sonrisa. Una pena que el papel de Curtis se diluya en amoríos con la tía plasta de las tetas irregulares.

En general, la película está perfectamente rodada y para ser una “screwball” el nivel de imbecilidad en el guión no es supremo pero el humor ha quedado desfasado. Estaba viendo el filme, y la sensación de revivir situaciones en carnaval era constante. Uno, en carnaval, se toma unos tintos, te disfrazas de mujer, sigues con los tintos, te encuentras con los amigos debidamente disfrazados, continúas con los tintos, y comienzan las bromas facilonas y recursos de borrachos. Pues más o menos eso es lo que te ofrece esta película de Wilder, coñas simples que hacen gracia con 4 litros de vino encima.

Ni puta gracia.
capacitivo
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