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Drama. Fantástico
Dos ángeles sobrevuelan Berlín, ciudad dividida por el "muro de la vergüenza". Sólo son visibles para los niños y los hombres de corazón puro. Testigos impotentes que no pueden cambiar el curso de los acontecimientos, sienten una gran compasión por los seres humanos. Uno de ellos, decidido a conocer los sentimientos de los mortales, se enamora de una joven trapecista... (FILMAFFINITY)
27 de diciembre de 2007
121 de 144 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta contiene numerosas maravillas:
- Las tomas en picado, casi cenitales.
- El movimiento mágico de la cámara en la biblioteca, atestada de ángeles custodios.
- La presencia sobrecogedora de los espíritus celestes.
- El anciano contador de historias, Tusitala.
- La sonrisa de Bruno Ganz.
Y una de esas frases que perduran para siempre en la memoria: "Mirar desde arriba no es mirar. Hay que mirar a la altura de otros ojos."
Poco importan los pensamientos, excesivamente transcendentes y nada cotidianos, pasados por el filtro metafísico-espiritual de los ángeles escuchadores. El alma no se asoma a las palabras: es ese blanco y negro fascinante, es el tedio y la niebla.
Cada vez que pienso en suicidarme, creo sentir la mano de Damiel sobre mi hombro.
- Las tomas en picado, casi cenitales.
- El movimiento mágico de la cámara en la biblioteca, atestada de ángeles custodios.
- La presencia sobrecogedora de los espíritus celestes.
- El anciano contador de historias, Tusitala.
- La sonrisa de Bruno Ganz.
Y una de esas frases que perduran para siempre en la memoria: "Mirar desde arriba no es mirar. Hay que mirar a la altura de otros ojos."
Poco importan los pensamientos, excesivamente transcendentes y nada cotidianos, pasados por el filtro metafísico-espiritual de los ángeles escuchadores. El alma no se asoma a las palabras: es ese blanco y negro fascinante, es el tedio y la niebla.
Cada vez que pienso en suicidarme, creo sentir la mano de Damiel sobre mi hombro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
W. G. Sebald
- Sobre la historia natural de la destrucción (1999)
- Austerlitz (2001)
Ambos libros le sentarían como un guante al cielo berlinés imaginado por Wim Wenders. En el primero, hallamos el halo fantasmal e irreparable que suele acompañar a los paisajes arruinados. En el segundo, la melancolía infinita del que nunca pudo ser un niño.
- Sobre la historia natural de la destrucción (1999)
- Austerlitz (2001)
Ambos libros le sentarían como un guante al cielo berlinés imaginado por Wim Wenders. En el primero, hallamos el halo fantasmal e irreparable que suele acompañar a los paisajes arruinados. En el segundo, la melancolía infinita del que nunca pudo ser un niño.