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Voto de Hector Zuleta:
9
Romance. Drama George Eastman (Montgomery Clift), un joven sin recursos, consigue un trabajo gracias a un pariente lejano, el rico industrial Charles Eastman (Herbert Heyes). El empleo es un puesto en su fábrica, pero tan modesto que le impide la entrada en su círculo social. A pesar de ello, el joven conoce a Ángela Vickens (Elizabeth Taylor), una bellísima aristócrata de la que se enamora. Pero George tiene novia, una humilde empleada de la fábrica, ... [+]
18 de octubre de 2010
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Indiscutiblemente una de las parejas mas memorables del cine, la química entre ambas estrellas no se pone en tela de juicio y el inicio de una gran amistad. También la apertura de varios proyectos cinematográficos juntos que unirían a un mas a ambos actores.
Después de los éxitos de taquilla de la película “el padre de la novia” y su secuela. La Taylor es prestada a la Paramount para protagonizar A Place In The Sun (Un Lugar En El Sol), basada en la novela de Theodore Dreisser, Liz representaba a una joven y rica heredera enamorada de un muchacho pobre, ambicioso y con problemas, encarnado por su intimo amigo Montgomery Clift, como lo dijo el director George Stevens, “su papel tenía menos que ver con una autentica chica que con la belleza montada en un Cadillac amarillo con la que todos los americanos sueñan”. Para Monty esta película fue uno de los celebrados hitos en su carrera actoral, con justa razón Charles Chaplin la consideraba la mejor de todas las películas que habían salido de Hollywood. Para Monty fue uno de los personajes más genuinos; encarnando a un muchacho sensible y abstraído que empezaba a abrirse camino y del que se encaprichaba la vez una millonaria y una humilde compañera de trabajo que, al quedar embarazada, le coloca en un penoso dilema, la Paramount desplego una campaña publicitaria fingiendo un romance entra la pareja. Ambos actores se prestaron a esto a pesar de la diferencia de edad (Liz contaba con diecisiete años y Monty con treinta), la relación fue materno filial, única vinculación aceptable para el actor con respecto a las mujeres.
La interpretación de Monty es soberbia, majestuosa, sin caer en penosos cliché, es memorable en la primera toma cuando a parecen los créditos iníciales la toma de espaldas y luego se pasa a ese plano medio y finalizando en un close up, sencillamente inolvidable.
Hector Zuleta
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