Zemeckis reincide en este experimental cine de animación tras su experiencia con Polar Express, en esta ocasión llevando a la pantalla la historia de Beowulf (Ray Winstone), un poderoso guerrero capaz de hacer frente a todo tipo de monstruos sobrenaturales. La historia original está por lo visto llena de lagunas, ello es debido a que parte de la obra se perdió durante un incendio Los guionistas de esta adaptación las han "cubierto" realizando una curiosa mezcla de fantasía épica de espada y brujería, romance y venganza.

Son dos los puntos más llamativos de la película, por una parte el impresionante plantel, en el que se incluyen entre otros a Angelina Jolie, Robin Wright Penn, John Malkovich o Anthony Hopkins, por otra (y más importante) la técnica que permite convertir a dichos actores de carne y hueso en personajes animados. Esto último debería ofrecer muchas ventajas a la hora de facilitar las escenas de acción, pero también son muchos sus defectos. Así pues, los movimientos resultan demasiado toscos, y las expresiones más vacías y simples de lo que debieran, siendo el resultado más parecido al de un videojuego, sólo que aquí no manejamos los movimientos de los protagonistas, simplemente asistimos atónitos a sus aventuras.

Al final, el resultado es tan curioso como fallido, en parte por las mejoras que (evidentemente) necesita la técnica de animación empleada. De todas maneras ese no es ni de lejos el mayor de los problemas de la película, su argumento (repleto de violencia y líos amorosos) resulta demasiado adulto para el público infantil, por contra, tampoco los adultos parecen ser el público más adecuado para una producción de estas características.