No puedo negar que la película tiene cosas dignas de ser destacadas: la escenografía, la fotografía, los planos y como juegan con ellos para dar un sentido, para adicionar significado, el significado del amor entre dos mujeres.

Hasta allí.

Creo que no debo ser alguien lo suficientemente sensible como para identificar la sutileza de la emoción en Carol y Theresa. Y solo la escena final que ni siquiera es sublime, pudo decirme ante la intensa mirada de Mara que el amor es eterno, es hermoso y está detenido en ese hermoso instante.

No vi la sensibilidad, la emoción y la profundidad de los personajes. De verdad que la suficiencia elegante de Carol busca más expresar "Ok, soy una mujer rica de Nueva York y aparte sufro, y aparte me gustan las tías", que expresarlo ante situaciones que de verdad harían conectar más al espectador.

Yo sé que esta película desborda en críticas maravillosas y yo no le quito el mérito a las actrices, sino al guión, quizás, debió de haber profundizado más en los sentimientos de los personajes a través de los diálogos y no tanto en las miradas intensas y largas, en use conflicto ubicuo con el marido, que claro, es normal, pero dados los escasos puntos álgidos de la trama, tampoco llegaron a nada.

Blanchet como siempre es la que se come la película. Y por ella solo vale la pena verla. La emoción, francamente, brilla por su ausencia.

Mucha pretensión y poca profundidad.