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Voto de Richy:
56.011
Fantástico. Musical. Aventuras
Dorothy, que sueña con viajar "más allá del arco iris", ve su deseo hecho realidad cuando un tornado se la lleva con su perrito al mundo de Oz. Pero la aventura sólo acaba de comenzar: tras ofender a la Malvada Bruja del Oeste (Margaret Hamilton), aconsejada por la Bruja Buena del Norte (Billie Burke), la niña se dirige por el Camino Amarillo hacia la Ciudad Esmeralda, donde vive el todopoderoso Mago de Oz, que puede ayudarla a regresar ... [+]
5 de octubre de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conocidísima adaptación a la gran pantalla del cuento infantil de Frank Baum "El maravilloso Mago de Oz", con todo el lujo y megalomanía que Victor Fleming, cual Cecil B. DeMille, insufló al que es uno de los musicales más conocidos y más influyentes de la historia del cine.
El filme cuenta la historia de la joven Dorothy (Judy Garland), una jovencita que vive con sus tíos en una granja de Kansas y que sueña con viajar a lugares remotos. Un día, un terrible ciclón se lleva la casa hasta un extraño mundo colorido en el que habitan seres de diversas cataduras morales: desde brujas malvadas a hadas benefactoras, pasando por seres diminutos y los inolvidables amigos de Dorothy: el espantapájaros descerebrado, el hombre de hojalata descorazonado y el león acobardado. Juntos emprenderán un camino iniciático a la Ciudad Esmeralda, hogar del Mago de Oz: el único que puede darles a cada uno lo que les falta, y devolver a Dorothy de vuelta a su hogar.
El espectáculo que supone ver las primeras películas en Technicolor (ésta que nos ocupa junto a "Lo que el viento se llevó") se sumó a la grandiosidad de la escenografía y la magnífica banda sonora, repleta de conocidas canciones que todo el mundo sigue tarareando hoy día y de la cual destaca "Over the Rainbow", interpretada dulcemente por Judy Garland y ganadora de un merecido Oscar a la mejor canción.
El relato tiene los elementos propios de un cuento para niños: personajes estereotipados, canciones pegadizas, desarrollo lineal con ningún hilo argumental paralelo y enseñanzas morales y éticas. Pero hay inherentes reflexiones muy maduras sobre la capacidad del ser humano para sobrevivir en sociedad cuando faltan elementos tan vitales como la inteligencia, el amor o el valor.
Pero no estamos sólo ante una película para niños, sino que es todo un clásico del género y un referente cultural en todo el mundo. Sus frases se reiteran en multitud de filmes como base metafórica, sobre todo de fantasía o ciencia-ficción en donde existen otros mundos distintos al nuestro ("Matrix", "Avatar", etc.). Además, es uno de los pocos casos en el que la base literaria no es tan conocida como su versión cinematográfica; cualquiera que oiga hablar del "Mago de Oz" inmediatamente recuerda la película de Fleming antes que la obra de Baum.
Merece la pena, por tanto, seguir el camino de baldosas amarillas por disfrutar de la dulzura, la evocación a la infancia y la envidiable fantasía de un clásico imperecedero.
El filme cuenta la historia de la joven Dorothy (Judy Garland), una jovencita que vive con sus tíos en una granja de Kansas y que sueña con viajar a lugares remotos. Un día, un terrible ciclón se lleva la casa hasta un extraño mundo colorido en el que habitan seres de diversas cataduras morales: desde brujas malvadas a hadas benefactoras, pasando por seres diminutos y los inolvidables amigos de Dorothy: el espantapájaros descerebrado, el hombre de hojalata descorazonado y el león acobardado. Juntos emprenderán un camino iniciático a la Ciudad Esmeralda, hogar del Mago de Oz: el único que puede darles a cada uno lo que les falta, y devolver a Dorothy de vuelta a su hogar.
El espectáculo que supone ver las primeras películas en Technicolor (ésta que nos ocupa junto a "Lo que el viento se llevó") se sumó a la grandiosidad de la escenografía y la magnífica banda sonora, repleta de conocidas canciones que todo el mundo sigue tarareando hoy día y de la cual destaca "Over the Rainbow", interpretada dulcemente por Judy Garland y ganadora de un merecido Oscar a la mejor canción.
El relato tiene los elementos propios de un cuento para niños: personajes estereotipados, canciones pegadizas, desarrollo lineal con ningún hilo argumental paralelo y enseñanzas morales y éticas. Pero hay inherentes reflexiones muy maduras sobre la capacidad del ser humano para sobrevivir en sociedad cuando faltan elementos tan vitales como la inteligencia, el amor o el valor.
Pero no estamos sólo ante una película para niños, sino que es todo un clásico del género y un referente cultural en todo el mundo. Sus frases se reiteran en multitud de filmes como base metafórica, sobre todo de fantasía o ciencia-ficción en donde existen otros mundos distintos al nuestro ("Matrix", "Avatar", etc.). Además, es uno de los pocos casos en el que la base literaria no es tan conocida como su versión cinematográfica; cualquiera que oiga hablar del "Mago de Oz" inmediatamente recuerda la película de Fleming antes que la obra de Baum.
Merece la pena, por tanto, seguir el camino de baldosas amarillas por disfrutar de la dulzura, la evocación a la infancia y la envidiable fantasía de un clásico imperecedero.
