Adaptación a la pantalla grande de la famosa serie de la cadena HBO, donde se narran las aventuras y desventuras amorosas de un grupo de amigas neoyorquinas, cada una de ellas con su diferente personalidad y su propia forma de ver las cosas, lo que lleva a situaciones de lo más variopintas.

El filme está excesivamente influenciado por el previo visionado de algun capítulo de la serie original. El espectador que se introduzca por primera vez en las aventuras de estas chicas se sentirá bastante defraudado, aunque la película no engaña en absoluto. Es lo que es: un compendio de clichés de la sociedad de alto consumo, con unas buenas dosis de estereotipos que provocan en las mentes más débiles unas ganas irresistibles de salir de compras y de esfuerzos por llevar una vida de lujos. Todo se vende, incluso las personalidades de cada una, que son tan artificiales como los caros vestidos y complementos que adquieren como quien va al kiosko a comprar unos polos flash.

La película es un capítulo más largo de lo normal donde se cierran algunos hilos argumentales que colgaban de la serie, principalmente de los personajes de Carrie y Miranda (Sarah Jessica Parker y Cynthia Nixon), cuyas relaciones eran las más conflictivas y las que más juego daban a los guionistas. Y por ello, vuelvo a repetir la necesidad de haber visto anteriormente algún capítulo, pues al no ser así el filme bajaría varios puntos (en mi caso ya conocía un poco la historia, de ahí ese aprobado raspadillo).

En definitiva, es una película destinada a un público muy concreto, y esa excesiva acotación la hace demasiado influenciable a las críticas negativas. De todas maneras, es entretenida y tiene toques de picardía casi explícita que podrían escandalizar a más de un espectador un tanto puritano.

Quién sabe si no acabará siendo un objeto de estudio sobre el comportamiento humano en alguna futura clase de antropología...