Después de ver multitud de películas en las que nos mostraban a los japoneses como seres insensibles, como auténticos monstruos que se dedicaban a matar a los 'buenos', llega una película que retrata la cara más humana de ellos.

Sin ser una obra maestra, sí que logra profundizar en los sentimientos de un grupo de soldados japoneses enviados a defender una isla sabiendo que no tienen la más mínima esperanza de acometer semejante tarea con éxito.

Detrás de una cruenta batalla como la de Iwo Jima se encuentran las historias personales de varios personajes, toda su humanidad, todas sus preocupaciones, su vida hecha jirones por una guerra que algunos no terminan de entender, y todo ello tratado con una sensibilidad admirable.

La fotografía buena, las actuaciones muy buenas, y, a pesar de lo leído en otras críticas, la película no se me ha hecho lenta en absoluto. Las historias personales hay que contarlas pausadamente, cuidando los detalles, y así lo ha hecho Clint Eastwood.

En definitiva, una película para disfrutar enormemente.

P.D: Manía que tenían estos tíos de suicidarse, leches!!!