Siguiendo los dictados del movimiento Dogma y formando parte de una trilogía acerca de la libertad, "Demasiada carne" se centra, presumiblemente, en la libertad sexual y tal es así que un hombre (Barr), que aún no ha consumado su matrimonio por la cerrazón tradicionalista y los temores de su esposa (Arquette) se lía sexualmente a tope con una desprejuiciada francesa (Bouchez), novia de un amigo.
Una película muy pobre y en ocasiones hasta ridícula - ese comienzo en el maizal... - que no trasciende en casi nada llamativo o de talento su paragüas dogmático de "amateurismo" en la puesta en escena, de cámara en mano, de espontaneidad y complicidad.
Sin un argumento siquiera endeble al que agarrarse, Barr demuestra ser un mal alumno del maestro Von Trier y su exposición de temas como el peso de las tradiciones, el ambivalente y relativo concepto del pecado, el adulterio o el linchamiento colectivo hacia el individuo no pasarían ni una prueba de acceso al colegio primario. Y no digo más.