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Goya en Burdeos

Drama A los 82 años, exiliado en Burdeos con Leocadia Zorrilla de Weiss, la última de sus amantes, el pintor Francisco de Goya reconstruye para su hija Rosario los acontecimientos que marcaron su vida. Una vida en la que se suceden convulsiones políticas, pasiones emponzoñadas y el éxtasis de la fama. (FILMAFFINITY)
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Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
23 de febrero de 2020
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Aceptable y diferente película de una figura, Francisco de Goya, relevante y distinguida de este país; contada en dos planos, el Goya joven y el anciano. Se cuenta la historia de múltiples de sus obras, sus referencias, sus pensamientos, no sólo artísticos, sino también políticos y se viene a narrar cómo vivió sus últimos años, exiliado en Burdeos. Haciendo litografías y contado a su hija Rosarito, Dafne Fernández, cosas sobre la creatividad, los sueños y la imaginación. Se ve que el tema del sueño era algo que acompañó al artista gran parte de su vida. El cuadro del ‘Perro semihundido’ el de ‘Retrato de la Duquesa de Alba en Duero’ o ‘ 3 de Mayo en Madrid’ son, entre otros, algunos que se explican en el film. Donde contamos con una siempre exuberante
Maribel Verdú y Goya joven interpretado por José Coronado.

El Goya anciano está escenificado por el gran Francisco Rabal que yo, personalmente aplaudo, que estuviera trabajando hasta casi sus últimos días. En este caso representando al citado artista donde el actor se desenvuelve con enormes diálogos y con mucha química, sobre todo, con su hija Rosarito. No sé si este papel le dio a una, adolescente, Dafne Fernández notoriedad para algunos después.

Para contar la historia en ambos tiempos el Director ha jugado con la luz y el espacio en muchas ocasiones y de forma notoria para dar paso en una misma secuencia al Goya anciano, del Joven, o viceversa. Algo diferente, astuto no con flashback muy típicos en el cine aunque de todas formas algunos se ven. A modo de crítica decir que es precisamente por esto, por que creo que se ha abusado, por lo que quizás no me haya llegado a encandilar la película. Porqué se ha llegado a hacer incluso cuando, creo, que no era necesario hacerlo. Aunque ya de por sí por el tono se debería de hacer.

Película sombría pero para estar, sin duda, en las enotecas de Cine Español por la figura representada. El Goya joven se abre paso sin padrino y con muchas envidias en el mundo de las artes. Mientras que el otro sufre de cierta demencia
Pater
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23 de abril de 2023
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Francisco de Goya es uno de los mejores pintores de todos los tiempos (a pesar de su vil y absurda admiración hacia vergüenzas de España como la tauromaquia). Su obra ha sido un referente para el mundo del arte y una fuente constante de inspiración para futuros artistas. Para los que amamos la pintura (entre los que me incluyo), recorrer su trayectoria como artista (desde su éxito como pintor de la corte hasta su caída a los infiernos y al mundo de las pesadillas) supone un viaje apasionante. Lo que diferencia a los verdaderos artistas del resto de los mortales, es esa capacidad por plasmar grandes obras incluso en sus peores momentos haciéndonos llegar joyas de incalculable valor que surgieron de su más profunda miseria y dolor. Otros no sabrían que hacer con tanto dolor, pero ellos lo transforman en arte y nos hablan de su tristeza o de sus demonios a través de sus obras.


Carlos Saura lo sabe, ya que tuvo como ejemplo dentro de su propia familia a un excelente pintor (su hermano Antonio Saura fue uno de los grandes artistas del siglo XX), por este motivo decide dedicarle esta cinta que no solo funciona como homenaje hacia el, sino que también se convierte en uno de los mejores biopics existentes sobre la vida y obra de Goya. La cinta no sigue un orden cronológico. Saura nos presenta a un Goya de 82 años aquejado por la enfermedad y muy deteriorado física y mentalmente. El pintor se mantiene exiliado en Burdeos por rechazo hacia el régimen totalitarista de Fernando VII, al que confiesa repudiar y de cuyas ideas políticas se siente bastante alejado. En el exilio le acompañan Leocadia (la última de sus amantes) y Rosarito (la hija de ambos). Decía que la cinta no sigue un orden cronológico porque se van alternando fragmentos de la vida actual de Goya con flashback del pasado donde podemos presenciar como creo sus grandes obras.


Esta estructura que puede marear a algunos, resulta sumamente necesaria para explicar el estado mental en el que está sumido desde hace tiempo el pintor. Saura nos sumerge en la deteriorada mente del artista que cada día va dañándose más hasta el punto de encontrarse completamente perdido dentro del laberinto de sus propios dramas y pasiones, incapaz de distinguir el presente del pasado.


Creo que uno de los mayores aciertos de la cinta es precisamente ese. A Saura no le interesa crear una historia con un orden cronológico exacto en la que aparezcan una clara introducción, un desarrollo y una conclusión final. ‘’Goya en Burdeos’’ pretende plasmar los últimos momentos del artista, su caída a los infiernos producida por los difíciles sucesos que tuvo que afrontar (como la pérdida de su gran amor la duquesa de Alba, su sordera y la desilusión que sufre ante la situación política de España) y su inmersión en el mundo de las pesadillas y la oscuridad (que parecieron acompañarlo en muchos de sus grabados por medio de brujas, aquelarres y figuras terroríficas que solo podían formar parte del mundo de los sueños).


Toda la cinta es un reflejo absoluto de la admiración que siente Saura por el pintor. Aunque podemos advertir claros rasgos de su estilo como director, ‘’Goya en Burdeos’’ supera con creces a muchas de sus cintas. Su visionado es como contemplar un cuadro en movimiento. Estéticamente es impresionante. Saura juega con las luces y las sombras, el color y la intensidad. De esta forma tan creativa e imaginativa nos describe escenas verdaderamente coloridas de la época en la corte del artista que contrastan con las más oscuras de su última época durante el exilio. Incluso podemos ver al artista pintar una serie de obras en las paredes de la finca del sordo. Sus grabados, sus litografías y sus cuadros cobran un especial interés, convirtiéndose en otro personaje más. Quizás el más importante. La música de Roque Baños y la danza también tienen gran importancia en el desarrollo de la trama, acompañando muchos fragmentos de la cinta. La escenografía, concretamente la que desarrolla el grupo la fura dels baus nos deja grandes momentos que tienen una clara influencia teatral y beben de esa fuente. Destacan los que recuerdan la guerra de la independencia (suceso que sirvió a Goya para crear la serie de grabados conocida como ‘’los desastres de la guerra’’). La fotografía de Vittorio Storaro es una delicia.


‘’Goya en Burdeos’’ es una de las obras más infravaloradas y desconocidas de la filmografía del gran maestro Carlos Saura. Algo totalmente injusto, ya que al menos para mí es una de sus mejores cintas. Saura crea una película que es una verdadera obra de arte donde la escenografía, el decorado, el vestuario y las actuaciones son sublimes. Del magnífico elenco de actores y actrices me quedo con la interpretación de Francisco Rabal en los últimos años de Goya (se come a la del Goya joven interpretada por José Coronado), la de una jovencísima Dafne Fernández (que interpreta a su hija), la de Eulália Ramon como Leocadia y la de una bella y enigmática Maribel Verdú que retrataba a una pasional y compleja duquesa de Alba a la que el artista nunca olvido.


En resumen, una película de Saura que debería ser de visionado obligatorio para todo el mundo.
Nadja
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20 de enero de 2008
7 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo que soy seguidor de Carlos Saura, acudí en su día a contemplar 'Goya en Burdeos' y el espanto se apoderó de mi ser. No es que el autor consiga una película fallida, puesto que contiene suficientes elementos artísticos como para no cuestionarlo en exceso, sino que dos actores se bastan para convertir la película en un fracaso completo. El primero, José Coronado, uno de los peores actores del cine español, por lo aburrido que resulta verle y por su carencia completa de registros. Pero lo peor viene con Francisco Rabal, que en una decadencia estrepitosa, nos obsequia un Goya que resulta desgradable y penoso y que no recuerda en absoluto al autor que un día fue. Suerte tuvo en 'Diertimento' de Luppi, que disimuló por completo sus ya tremendas limitaciones.

Una decepción, en definitiva, de la que después Saura se ha repuesto, con obras mucho más interesantes como 'El séptimo día'.
branhunter
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