La pantera rosa 2

Como admirador de Peter Sellers y por supuesto de sus interpretaciones del famoso inspector de policía francés, me "dolió" ver esta película. Mis pensamientos al "padecer" los primeros golpes del Sr. Martin fueron más o menos así: "como actor no le llega a Sellers ni a...". Luego, según fui aguantado comprendí que el fallo era pensar que La Pantera Rosa 2 es una película para todos los públicos. ¡Craso error! La Pantera Rosa 2, simple y llanamente, una película para niños de 6 a 10 años. Imagínense el tipo de boberías e interpretaciones que harían para entretener a niños de esa edad... Pues así es LPR2.

Eso sí, si llego a pagar lo que vale una entrada de cine (ya artículo de cuasi-lujo para que estos grandísimos actores, productores y directores puedan tener tres mansiones) para ver una película de niños pequeños sin saberlo, me hubiera sentido robado (una vez más). Vale que el público americano en general lo necesita todo picadito picadito, tirando a papillita, pero señores: ¡se han pasado tres pueblos! (una vez más).

Conclusión: un soberano aburrimiento salvo para niños pequeños. Quien busque algo comparable con las versiones de Peter Sellers, que se abstenga como de beber agua de un charco apestoso... Puede acabar sufriendo los mismos síntomas intestinales.

Humor algo desparejo, entre lo gracioso y lo trivial, narra el robo de importantes reliquias históricas por parte de quien firma "El Tornado". El inspector Clousseau, celebérrimo, interpretado por Steve Martin (con simpatía aunque sin la gracia de Sellers, alternando lo estúpido y lo gracioso en su expresión) y otros tres grandes detectives del mundo son convocados para resolver el enigma. Tiene momentos algo densos, y cuesta mantener indemne la atención. Con el tiempo, si logra sostenerse, va abriendo paso a algo más cómico, particularmente el momento del robo del anillo del Papa. Clousseau piensa que Su Santidad podría haber cometido el auto robo.
-Con qué propósito, pregunta el dueño del anillo.
-Quizá para cobrar el seguro y mudarse a una "casa más grande y elegante", contesta el detective.
-Pero vivo en un ambiente así, replica el Papa...
En fin, algo pantomímica la representación de Martin, menos gracioso que en otras ocasiones, con un desarrollo oscilante, la película tiene algunos momentos relativamente logrados y, con esas reservas, se puede ver.

Secuela del reboot de la Pantera Rosa en la que hay cambio de director. La primera fue bastante floja y esta, sin ser nada del otro mundo, al menos contiene algunos gags que resultan más divertidos. Los señalo en spoiler. Una vez más es un humor muy visual, pero lejos y a unas cuantas millas de las cintas clásicas de la saga. De hecho, nótese que ni en esta crítica ni en la de la primera parte menciono el apellido del inspector, puesto que quien realmente merece ser referido es Peter Sellers. Ello no quiere decir que Martin sea mal actor, sino que el papel y guión que le dan sigue siendo muy lejano al espíritu de las películas de Edwards. Por otra parte, del brillante Martin de obras anteriores como Un par de seductores no queda ya prácticamente nada. Parece que se autoparodia a sí mismo o se cree que está en una obra de teatro.

Si una vez más aparcamos la comparación y nos centramos únicamente en la presente cinta en sí, no deja de ser una comedia aceptable sin que chirríe demasiado si buscamos simplemente reírnos. Sin embargo sí se puede decir que tiene un guión mejor trabajado (es un decir, pero se entiende), de forma que en la conclusión asistimos a una sorpresa final más relevante. No dejará un recuerdo muy importante (de hecho, su fracaso de taquilla abortó la posibilidad de culminar una trilogía), pero al menos a mí personalmente sí porque fue la primera que ví en el cine con mi mujer de novios.

No hay nada que no sea lo esperado. La película está en línea con la primera entrega, con sus mismos gags y parecida trama. Steve Martin podrá gustar o no pero no se puede negar que su caracterización es efectiva. A parte de su imitación de Peter Sellers (sin llegara a su nivel), es capaz de disfrazarse de papa, de torero o de lo que haga falta, emulando a Mortadelo y Filemón. Su papel sale reforzado al estar arropado por actores de la talla de Jean Reno, Andy García o Jeremy Irons. El atractivo del film, aparte de los chocantes gags, más o menos afortunados, se apoya en los bellos exteriores de París e Italia y en la espléndida banda sonora, no sólo el eterno tema original de Henry Mancini.

Evidentemente es bastante peor que la buena primera parte. Intenta repetir muchos gags de ésta última con un argumento bastante flojo.
Aún así no es para nada como podía preveerse viendo el trailer y el comienzo de la película. Hay que decir que tiene algunos detalles y escenas realmente graciosos, y yo no soy de los que se ríen por que sí.
Es entretenida, a ratos divertida, y no tan infantil y mala como podáis pensar. Vedla sin prejuicios que no saldréis disgustados de la sala.