Maixabel

Icíar Bollain realiza con eficacia, subrayando desde el largo comienzo "de cuerpo presente" que se trata de una mirada sentimental. Pero lo hace de tal modo que oscurece la vigorosa presencia política de Maixabel, colocando al personaje y a la actriz en una situación fría, plana, sin matices, busto parlante a la que, por mucho que llore de manera contenida, la exhibe como una burguesa con ideas progresistas, revolucionarias en aquel ambiente, viviendo muy confortablemente, ignorándose de qué vivía y vive, pues solo se menciona que "pidió una excedencia". Del mismo modo, se desconocen muchos aspectos valiosos del protagonista ausente, el asesinado por ETA. Para enterarse hay que ir a hemerotecas, lo que deja al film en paupérrimas condiciones tras largas dos horas.
Luis Tosar aprovecha al máximo lo mejor del guión, el proceso evolutivo de su personaje, regalándonos momentos admirables con un final para la ovación, meramente físico, gestual. Un trabajo genial.

Después de la desaparición de la organización terrorista ETA, han surgido obras literarias y películas que han retratado lo que ha supuesto ETA a lo largo de todos estos años de crímenes y terror. Quizá las más representativas sean Patria de Fernando Aranburu, adaptada para la televisión por Aitor Gabilondo, y ésta que nos ocupa.

Maixabel es la historia real de la mujer del ex-gobernador civil de Guipúzcoa José María Jauregi, asesinado por ETA en el verano del año 2000. Narra el proceso de reconciliación entre víctimas y asesinos desde el arrepentimiento de los terroristas y la necesidad de perdonar de los familiares de los asesinados. Pero también refleja el daño que causó la banda en el seno de las familias de sus militantes y en el del resto de la sociedad española. Desde perseguidos, amenazados, exiliados, extorsionados, asesinados, violencia callejera, etcétera. En definitiva todo un torrente de destrucción que terminó volviéndose en contra de ETA.

En medio del clima de tensión entre víctimas y asesinos, la necesidad de perdonar de una buena mujer le lleva a entrevistarse con los asesinos de su marido. Fue una decisión valiente y digna de elogio como también lo fue la de los etarras que decidieron salirse de la banda y repudiar públicamente sus crímenes. Tanto unos como otros se encontraron en muchos casos con el rechazo de familiares y amigos, sin embargo pronto comprendieron que no hay otra cosa que pueda hacerle uno sentir mejor como el perdón. Por otra parte es entendible que haya víctimas que no quieran perdonar a los asesinos porque su dolor es tan inmenso que no quieran saber nada de ellos y es muy respetable, quizá con el tiempo que lo cura todo, puedan.

Iciar Bollaín acierta en la manera de contar una historia dura que trata de temas muy recientes, pero sin facilones excesos dramáticos y el trabajo e unos actores en estado de gracia. Las interpretaciones de Blanca Portillo y Luis Tosar están más allá de todo elogio, resultan muy creíbles y emocionantes. El resto de los secundarios también están muy convincentes. La propia Maixabel Lasa hace un cameo al final de la película cuando rinden homenaje a su marido junto al monolito erigido en su memoria.

En resumen, una gran película digna de verse.

Con su nuevo film ‘’Maixabel’’, la cineasta española Icíar Bollaín vuelve a los orígenes de su cine reivindicativo y social que nos recuerda a la crudeza de ‘’Te doy mis ojos’’ y al retrato de desigualdad que supuso la inolvidable ‘’También la lluvia’’. En esta nueva ocasión adapta junto a Isa Campo un guion que nos narra la vida de Maixabel Lasa, quien perdió a su marido en el año 2000, asesinado por la extinta banda terrorista ETA. Su lucha por la memoria de las víctimas de los atentados, la manera en la que abordo la muerte de su marido y la capacidad de unir bandos irreconciliables para conseguir alcanzar un perdón que la libere quedan perfectamente plasmados en esta cinta que resume la vida y obra de una mujer que hizo del dolor una coraza, dando a la sociedad una lección de humanidad.


Once años después de la muerte de su marido, Maixabel recibe una petición que le supone un dilema moral. Debe decidir si reunirse con dos de los presos que acabaron con la vida de su esposo. La reunión lleva implícito un posible perdón para dos hombres arrepentidos que buscan alcanzar la redención asumiendo el daño cometido en el pasado. Maixabel accede mostrando nuevamente su compromiso para crear una sociedad más justa en la que tienen cabida la compasión y la bondad. Porque no hay gesto de bondad más infinito que aprender a perdonar a los que nos han asestado el golpe más duro de toda nuestra existencia.


La historia que se nos relata es espectacular y está narrada de manera brillante. Icíar Bollaín ya era una de mis directoras españolas favoritas, pero con esto ha alcanzado una grandeza disponible solo para unos pocos y pocas. Lo que en manos de otros directores podría haberse convertido en una cinta sensacionalista, con Bollaín se transforma en una historia llena de honestidad, sensibilidad y crudeza que no busca poner su foco en la violencia, sino que analiza las emociones y los sentimientos de unos personajes complejos que deben reconducir su vida para encontrar un presente un poco menos doloroso. No solo se pone nombre y apellidos a los asesinados, a los que se recuerda durante toda la cinta, sino que también podemos ver los nombres y apellidos de los verdugos, desprovistos de la injustificada violencia empleada y mostrados humanizados y arrepentidos, deseosos de alcanzar una segunda oportunidad para hacer algo bueno con la vida que les queda por delante.


Mediante 115 minutos que pasan como un suspiro, Icíar nos regala una historia con una fotografía preciosa, unas interpretaciones brillantes y un tema necesario que merecía reconocimiento. Todo esto convierten a ‘’Maixabel’’ en una cinta notable y muy recomendable.


Me ha impactado muchísimo la manera que tiene la directora de hacernos reflexionar sobre temas tan humanos como la culpa, el perdón, la toma de responsabilidad individual sobre el grupo y la redención. En una secuencia uno de los personajes llega a decir que se debe perdonar para poder sanar. Y es que, aunque hay heridas que siempre duelen, solo perdonando podemos empezar a cicatrizarlas. Para Maixabel no hay otro camino, solo mediante el perdón puede reconciliarse con el presente y abrazar el futuro.


Todo el elenco está en estado de gracia. Sorprenden una Blanca Portillo y un Luis Tosar sensacionales que no necesitan expresar con palabras todo lo que sienten porque son un verdadero prodigio transmitiendo sus emociones a través de sus gestos y miradas. Tenemos mucha suerte de contar con dos actores de su talla en nuestro país. Luis Tosar nunca decepciona y su aparición en una cinta es sinónimo de calidad. Elige muy bien sus proyectos y es un actor con mucho potencial. Blanca se ha ganado el premio a mejor actriz de los Goya con mucho esfuerzo y dedicación. Está es la mejor interpretación de toda su carrera. En cuanto a los secundarios también realizan interpretaciones brillantes. Urko Olazabal gano otro premio más que merecido en la categoría de mejor actor de reparto y nos regala una interpretación magistral y sentida. Ha sido todo un descubrimiento verlo. María Cerezuela gano en la categoría a mejor actriz revelación y su interpretación como María, la hija de Maixabel llega a sobrecogernos y a emocionarnos.

Tras años del cese de "E.T.A." ahora, se suceden las obras derivadas de aquellos años de sufrimiento. "Maixabel" es fruto de una historia crucial para entender la España del siglo XX y XXI. Se puede considerar, aunque con muchos matices, como una síntesis de la serie "Patria", sobre todo, por la construcción de un relato contando con la parte de las víctimas y los verdugos. En esta simbiosis, surge el interés por comprender la parte humana, si es que la hubo, de todo lo que sucedió. Blanca Portillo borda un papel que tiene que ver más con la memoria que con la actuación: ella honra la memoria del personaje real que interpreta y este, a su vez, realiza una elegía, un homenaje, a su marido, víctima de E.T.A.

"Maixabel" habla de la memoria y tiene una función práctica: no volver a repetir jamás los mismos errores. Su parte política es, aunque parezca contradictoria (dada la clase política que tenemos hoy en día), su parte más humana y ese es su principal fuerte. "Maixabel" humaniza lo que no se puede humanizar. Bollaín retrata con la fuerza de la experiencia las miradas de la dignidad, el odio, la paz y la muerte y eso, es mucho decir.

En la trayectoria de Iciar Bollaín se han tratado temas valientes y comprometidos como la inmigración en “Flores de otro mundo” y la violencia machista en “Te doy mis ojos” (su película más aclamada). Después de la comedia “La boda de Rosa” la coguionista y directora se ha acercado al conflicto vasco de ETA en este drama basado en hechos reales. Maixabel Lasa pierde en el año 2000 a su marido, Juan María Jaúregui, asesinado por ETA. Once años más tarde, recibe una petición insólita: uno de los asesinos ha pedido entrevistarse con ella en la cárcel de Nanclares de la Oca (Álava), en la que cumple condena tras haber roto sus lazos con la banda terrorista. A pesar de las dudas y del inmenso dolor, Maixabel accede a encontrarse cara a cara con las personas que acabaron a sangre fría con la vida de quien había sido su compañero desde los dieciséis años.
No era fácil tratar la herida entorno las víctimas de terroristas.Esta es una película sencilla, honesta, sin grandes alardes técnicos, que se basa en el diálogo como forma de entendimiento entre seres humanos a priori en bandos opuestos, afloran sentimientos como el arrepentimiento, la culpa y el perdón y tiene un valioso mensaje de reconciliación. Cuenta con escenas de conversaciones realizadas sobre todo en plano contra plano que están muy bien realizadas. Hay que agradecer que el largometraje no caiga en excesos dramáticos ni en panfletos y logra ser emotivo, con una música compuesta por Alberto Iglesias que sirve de acompañamiento sin ser invasiva. En una película que se basa principalmente en el guion y los actores, estos están a la altura, como los protagonistas que no decepcionan. Blanca Portillo como la viuda Maixabel hace un notable ejercicio de contención, en un registro diferente al habitual en el teatro y Luis Tosar como Ibon Etxezarret (uno de los ex etarras encarcelados) está inmenso en su papel. Además, en personajes secundarios destacan Urko Olazabal como Luis (un compañero preso) y María Cerezuela como la hija de Maixabel. Cabe señalar también el buen trabajo de ambientación y de maquillaje de los personajes.
Así pues, estamos ante una de las mejores obras de Bollaín, ganó el premio Irizar al cine vasco y el premio SIGNIS en el último festival de San Sebastián, me alegro de que haya sido bien acogida en taquilla y seguramente esté presente en la temporada de premios española como uno de los títulos del año.

Valoración: 7'5
Lo mejor: las interpretaciones de Blanca Portillo y Luis Tosar.
Lo peor: quizás no es muy creíble que se hable poco en vasco.

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