La bella mentirosa

Analiza el proceso de creación pictórica con detenimiento y parsimonia; la película avanza pincelada a pincelada y exige mucho tiempo del espectador, haciendo posar a la modelo de mil maneras diversas.
La belleza de Emmanuelle Béart es de una exquisitez superior, todo lo demás aburre y empalaga.
Falta introspección y un análisis profundo del ideario del creador, ya que el maestro pintor se dedica a pintar solo y hablar de sandeces impertinentes y superfluas.
Así que, dos graves errores de esta eterna condena pictórica: falta de profundidad y sinceridad en el proceso creativo y larguísima, desacertada e improcedente duración de su metraje.
Cuatro horas de película para no mostrarnos el verdadero cuadro y contemplar ese paupérrimo boceto es una tomadura de pelo cuanto menos: una larga broma con un pintor que no se cambia de camisa ni un solo día durante la película el guarro.

Es sin duda una obra esencial para entender la complejidad del arte y la representación. Basada en la obra de Balzac “la gran obra maestra”, está hecha no para reflejarse en la cinta o empatizar con la trama al modo de producción hollywoodiense, si no solo para ver, sentir y reflexionar a través del ascetismo de los personajes. Espectacular

Dirigida por Jacques Rivette y protagonizada por Michel Piccoli, Jane Birkin y Emmanuelle Béart, el filme sigue a Nicholas, un joven artista parisino que viaja con Marianne, su novia, a un pequeño pueblo d para visitar a Edouard Frenhofer, un pintor afamado.

Nicholas intenta persuadirlo para que pinte su último gran cuadro con su novia como modelo. El pintor se siente inspirado y comienza una pintura que abandonó hace mucho tiempo: “La Belle Noiseuse”, con Marianne de modelo.

Gran trabajo de Béart - desnuda gran parte del filme- y un sobrio Piccoli. Película elogiada por crítica y público, ganó el Gran Premio del Jurado en Cannes.

Estudio fascinante de una relación singular, afrontando el tema de la creatividad, con honestidad y profundidad. Obra maestra sobre la intimidad y la compleja relación entre un artista y su modelo.

Pues eso, vie esta película hace 20 años y me pareció casi una obra maestra. He repetido hace dos días, el 17 de noviembre de 2018, en su versión de cuatro horas, y me ha parecido difícilmente soportable. El cine de los noventa también envejece y ahora esos trios franceses con dos chicas guapísimas enamoradas de un viejo que pinta culos como el culo pues... vamos... que no. Dan ganas de correrle a manguerazos.