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Un escape real

Comedia. Drama. Romance 8 de mayo de 1945, día de la victoria en Europa. La ciudad de Londres celebra el final de la guerra, y en Buckingham Palace, la princesa Margarita y su hermana Isabel están deseando ser parte de la alegría fuera de palacio. A ambas se les permite salir de incógnito para formar partes de las celebraciones, dando comienzo a una noche llena de emoción, peligro y romance.
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
27 de mayo de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Correrías fuera de palacio, castas por supuesto.

Ya en su día, la hermosa Katherine Hepburn se tomó unas vacaciones en Roma, de incógnito de su corona de princesa, para delicia de todo aquel que haya tenido el placer de ver tan deliciosa película; aquí la princesa no está sola y no parece pasárselo tan bien como la susodicha, por lo menos hasta muy entrada la noche, cuando se superan toda una serie de locos acontecimientos sin control.
En busca de libertad para respirar, aunque sean unas únicas horas, múltiples imaginados “y si...” posibles de hacerse realidad, unos engañosos/otros deseados, permitirse un descanso y un liviano momento de júbilo donde el albedrío cogerá el mando para desmadrarse un poquito.
“La vida que vivimos no es para mezclarnos”, pero esta noche la reina madre permite una excepción que llevará a la gracia atropellada, a la inocencia de mirada y al curioseo de ese inesperado contacto externo de dos novatas de la callejera vida, criadas en la protección y formalismo de palacio.
Es simpática, afable y risueña, inocencia urbana de torpe y angelical andada donde las inmaculadas damas son lanzadas a la aventura, convertida en un superar y sobrevivir hasta llegar a casa.
Cándida, se previene mucho de ser osada; el atrevimiento es superfluo y magnánimo, el romance muy suave, se insinúa pero no saborea, se expone pero sin atisbo de peligro; la época lo demanda y el público lo acepta con moderado gusto, agrada tenuemente con su ambiente jovial de presencia frágil, dada la confusión y desconocimiento en el que se verá envuelta la protagonista.
Un digno héroe para rescatar a la doncella, que en su anónimo camino deja ver anímicas heridas de guerra, decepción profunda de un deber que ha superado el nivel de exigencia y que necesita distancia y tiempo para recobrar la firmeza de su convicciones; dos almas, en excedencia laboral, a la búsqueda de esa atolondrada hermana que no piensa y actúa precipitadamente, experiencia amena de ronda caótica que da para una fiesta linda de asombro, perplejidad y entendimiento, donde hay alcohol de muy baja graduación, donde hay baile pero nunca de subversivo ritmo; todo ligero, todo bello, todo ingenuo y donde sólo cabe sintonizar con ese tono pastel para disfrutar, sin excesos ni sobresaltos, de una noche de celebración, medio pesadilla vuelta inolvidable encanto, cuya infracción será la pureza de un tierno encuentro de bondadosa compañía y ayuda imprescindible.
Ser rebelde durante unas horas pero con la intacta dignidad de quién se es y lo que se representa, espléndida fotografía envolvente para una añorada música de tiempos añejos cuya pareja Sarah Gadon y Jack Reynor son la mejor razón de su existencia; un guión clásico, en exceso formal, que no da rienda suelta a la proposición que presenta, se contiene y opta por la voluntad de entretener, sin alterar ni un ápice lo descaradamente previsto.
Julian Jarrold rueda con el mismo fervor encorsetado, la comedia no se afianza, el romance ni llega, se presagia pero no confirma, se conjetura pero no contacta; levedad cordial y sociable que pretende pero ni cala ni deja gran huella.
Es sugestiva su ambientación recreada, evoca sentimientos amables de salero y elegancia para dosis controladas de desorden; la noche real no se mezcla con los barrios bajos, por mucho que lo quiera, ni alcanza para ser mundana, del pueblo ordinario; da para correr, preguntar, buscar y volver a correr para, entremedias, desplegar una intimidad que nunca logra carácter ni fuerza.
Pide permiso para salir y vuelve un poco más tarde de lo permitido y mientras tanto, has pasado el rato.

Lo mejor; su recreación y Sarah Gadon.
Lo peor; su manuscrito no permite ni una mancha en el historial de la princesa.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
lourdes lulu lou
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6 de noviembre de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta inverosímil comedia que explota el siempre gratificante argumento del príncipe y el mendigo de Twain aunque no haya dobles en este caso, se deja ver y no molesta en absoluto. Los que están arriba se dan un baño de multitudes y los de abajo un paseito por los oropeles encorsetados. En fin que ahora que su graciosa majestad ya cumplió los 90 se pone de moda de un tiempo a esta parte contarnos los entresijos más que menos edulcorados de la familia real inglesa.
Amor y humor y muy poco rollo social que por ahí no van los tiros. La espléndida Bel Powley pone lo segundo y Sarah Gadon lo primero, sin pasarse, que la autentica Elizabeth Alexandra Mary aún esta vivita y coleando a pesar de sus pasados annus horribilis.
La producción cumple y Julian Jarrold ya está muy curtido en estos lares como para no sacar la cosa adelante con dignidad a pesar de que la subtrama de esos dos soldados guardianes de las correrías reales hubiera sido mejor que los guionistas los hubieran dejado en el tintero y le hubieran dado más minutos a la Powley.
ELZIETE
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8 de octubre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que quede claro que no me llamo a engaño: sabemos a lo que venimos. Venimos a ver una de época, con trajes bonitos, acento british y tono ingenuo. Una comedia romántica "histórica" con pretensiones de entretener y dejar buen sabor de boca. No requiero tramas complejas en esta clase de cine, ni tampoco discursos políticos o temas espinosos que abordar de modo original (aunque estaría muy bien, ¿EH?), pero sí sentirme implicada en la historia. Esto se consigue con personajes interesantes. El interés, en mi opinión, radica en lo bien presentados que estén estos personajes y en los problemas a los que se enfrentan, que nos dejan ver cómo son en realidad y sentirnos identificados con ellos o bien "en contraposición" a ellos. Por eso, me da igual si los protagonistas son princesas, alienígenas o peces payaso, si no puedes entender por qué actúan de determinada manera en el contexto de una historia, se pierde la magia.

Es lo que me acaba de pasar con esta película. No le he dado el aprobado porque, aunque me ha entretenido, los actores están muy bien y su factura es maravillosa, me falta un poso de "seriedad", pero no en el sentido de rigor histórico o tono dramático, sino respecto a la actitud de los personajes, en especial el principal, la princesa Elizabeth, y su acompañante, Jack.

Las escenas de los dos son de lo más frustrantes. Tienen cierta química, la cosa empieza bien, narrando el contraste entre ambos con acciones más que palabrería, pero luego ella se vuelve tremendamente irritante, se lo encuentra unas cinco veces en momentos extraños, no hace las preguntas adecuadas ni él actúa con el desdén que se adivina desde el principio. Entiendo que ella se cree que tiene derecho a todo y actúa como tal, pero me falta más conflicto al respecto. No queda claro por qué siguen juntos, no podía entender por qué estaba empeñada ella en fastidiarle la noche a él o la actitud hastiada de él en contradicción directa con su servilismo. Mis compañeros dijeron que porque ella le gustaba, pero a mí me estaba sacando de quicio continuamente (y de la película). El momento más interesante se produce cuando Jack insulta al rey, el padre de Elizabeth, pero la película está tan embebida de patriotismo rancio (que no os engañe: lo está) que no se atreve a explorar ni en lo más mínimo este punto de desencuentro entre ambos personajes, algo que le hubiera hecho a ella entenderle mejor y a él encontrar algún punto flojo en su forma de pensar. Se podría decir que hablan un poco de ello, pero de modo superficial y nada determinante. Para mí esto es un desperdicio.

Sigo en spoiler por revelar partes del tramo final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Arbe
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30 de diciembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia inglesa de corte clásico y muy entretenida, es un humor inglés, blanco y políticamente correcto. Parodia a una de sus instituciones sagradas y tiene unas excelentes interpretaciones y se puede encontrar algo de crítica social camuflada entre el dinamismo de sus escenas.

He visto que alguna crítica compara esta película con Princesa por sorpresa, no creo que Sarah Gadon se pueda comparar a Audrey Hepburn, nunca ha habido otra actriz como ella, pero a mi la película me recordaba a Vacaciones en Roma.
Aun asi ella esta muy bien, y su hermana en la ficción Bel Powley también, la P2, aunque la mejor interpretación es para el papel del rey padre Rupert Everett, sin olvidarme de que la reina madre es la celebérrima Emily Watson.

Merece la pena verla, es refrescante que se sigan haciendo películas de este corte donde la sorpresa y la novedad de las protagonistas humaniza a las rancias casas reales europeas. Ni siquiera voy a mencionar que toca un tema similar al de la pelicula El principe de Zamunda, porque estaría feo.
pikuet
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10 de marzo de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Auténtico pastelón que si no fuese por la costosa producción, parecería un telefilme de después de comer.
Que diferencia entre la princesa Margarita de "Noche real" con la de la serie "The Crown" 2016
plan9
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