Haz click aquí para copiar la URL

Sunset

Drama 1913, Budapest. Después de pasar su infancia en un orfanato, Irisz Leiter llega a la capital húngara con 20 años y la esperanza de trabajar de sombrerera en la antigua tienda de sombreros de sus padres biológicos. Pero Oszkar, el nuevo propietario, la rechaza. A su vez, se tendrá que enfrentar a su pasado cuando descubre un hermano que nunca supo que tenía. Su misión de encontrarlo la lleva a descubrir oscuros secretos mientras el país ... [+]
<< 1 2 3 4 5 >>
Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
10 de marzo de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que ser muy sufridor para aguantar casi dos horas y media viendo una peli que no sabemos muy bien de qué va. Siempre con la esperanza de que, en algún momento, su autor nos descubra el misterio que encierra, nos haga ver sus valores (tan encomiados por la crítica "especializada"). Al final, decepcionados y aburridos (lo mismo yo que mis vecinos de butaca), abandonamos el cine para tomarnos una buena cerveza que nos devuelva a la vida real. Muy guapa la protagonista, eso sí, imaginamos que será la novia del director. Y yo que no me había recuperado todavía de su anterior bodrio "El hijo de Saúl" (también muy alabada por esos críticos, por cierto).
Bonifacio49
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de enero de 2019
Sé el primero en valorar esta crítica
El atardecer antes de la oscuridad. Las últimas horas del esplendor del imperio austro-húngaro antes de que la Primera Guerra Mundial termine con él. Estamos en el Budapest de 1913, una huérfana vuelve a su ciudad natal tras haber sido enviada en su infancia a Trieste. Su objetivo, trabajar como sombrerera en el taller que lleva el nombre de sus padres. La vuelta de tal misteriosa mujer servirá como excusa para adentrarnos en los secretos más turbios de esta parte de la ciudad. Enigmas que parecen no tener fin y que llegan al núcleo del mismísimo imperio.

Nemes, asistente de dirección del ya retirado Béla Tarr, debutaba en 2015 con la impactante El hijo de Saul. El protagonista, preso en un campo de concentración, cree haber encontrado el cádaver de su hijo, a quien quiere dar un entierro digno a espaldas de los guardias nazis. Una película laureada con el Gran Premio del jurado de Cannes y el Oscar a la mejor película extranjera, un hito para un debutante.

Sea como fuere, Nemes no ha dudado en rodar su segunda película de la misma manera, esta vez, con un sujeto menos peliagudo, permitiendo por tanto al espectador prestar mayor atención a la puesta en escena. La protagonista de Atardecer, efectivamente, aparece en todos los planos de la película, aunque sólo fuera su hombro para enseñarnos aquello que observa a lo lejos. Una forma de rodar claustrofóbica y sin embargo capaz de representar de manera fidedigna la vida de la ciudad en aquel entonces. Nemes logra sugerirnos un decorado abierto y gigantesco en unos planos cerrados que apenas nos dan información, y pese a todo, la técnica funciona gracias a una planificación asombrosa y compleja.

La idea de dirección no deja de ser una serie de recorridos pegados a un personaje al que se van añadiendo elementos y personajes con cuentagotas para que el seguimiento de la mujer pueda alargarse. Por increíble que parezca, todo funciona. El interés por saber qué ocurrió a la familia de la joven y qué oculta su jefe nos adentra en una trama bien estudiada que consigue fascinarnos. La película logra así mantener el tipo pese a su larga duración, evitando caer en la monotonía de una realización tan limitada, y por otra parte, ya vista en el debut del director.

Pero el mayor logro de Atardecer, y aquello que la hace dar un paso adelante respecto a El hijo de Saul, es el ser capaz de hacernos comprender el contexto en el que el imperio austro-húngaro firmó su sentencia de muerte. El escenario esta vez ya no son los oscuros y cerrados barracones de Auschwitz, sino la luminosa y abierta Budapest. Es decir, la segunda ciudad del imperio y crisol de culturas y lenguas, rival popular de la burguesa y noble Viena. Este enfrentamiento entre países dentro de un estado no augura nada bueno. Nemes retrata un Budapest turbio en el que oímos varios idiomas y dialectos de soslayo, donde comprendemos las diferencias sociales, donde seremos testigos de crímenes impunes y de la corrupción, donde nos integraremos sin darnos cuenta en bandas terroristas... Todo un caldo de cultivo de una ira popular que podemos percibir en la película como anticipo del asesinato del archiduque Francisco Fernando, desencadenante de la Gran Guerra.

hommecinema.blogspot.com
harryhausenn
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
31 de octubre de 2019
Sé el primero en valorar esta crítica
Lo que me ha gustado

Se siente realmente el caos de un Imperio Austro- Húngaro a punto de caer en la primera guerra mundial. La tensión que genera la atmósfera del filme viene de una gran diseño de producción y dirección de arte.

Laszlo sigue fiel a un estilo de autor que sigue funcionando en su mayoría , igual que en Hijo de Saúl la cámara es transformada como un medio interpretativo-narrativo, los extensos planos narrativos dominan el lenguaje del director húngaro. Eso ayuda mucho a la hora de construir el misterio que recae sobre la protagonista, como en el filme anterior, la búsqueda de la verdad es un elemento vital para desarrollar lo que se muestra.

Gran trabajo de fotografía, ver en ejecución esos planos de secuencia a ese nivel es genial, incluso manejando argumentalmente los desenfoques.

Ma agrada como por necesidad de la forma de rodar es aprovechada la luz tanto natural como artificial.

Lo que no me ha gustado

A diferencia de Hijo de Saúl , la protagonista no sabe empatizar. Y se pierde en medio de un caos de construcción narrativa a la que cuesta mucho agarrarle el hilo. Hay muchos simbolismos políticos y pre guerra en el filme , pero el desarrollo no los clarifica. Es el precio que hay pagar por el estilo de rodaje y de su director. En este caso la conexión es bastante limitada.

El metraje es muy extenso, por algún momento ver a la chica llegar a lugares sin saber como y caminar largos senderos y caminos es agotador.

7/10

Opinión final: Ofrece alguna experiencia parecida a Hijo de Saúl, con el mismo caos y fuerza de puesta en escena pero mucho menos lograda a nivel dramático. El contexto es claro, su confusa narrativa nos pierde por momentos. Los minutos finales están bastante bien.
CINELOCURA
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
18 de febrero de 2020
Sé el primero en valorar esta crítica
Finalmente vi la más reciente, esperada y segunda película del joven director húngaro, László Nemes, director de la alabada y ganadora del Oscar y Grand Prix en Cannes "Son of Saul" (El hijo de Saul). Y vaya que es otra propuesta exigente y arriesgada. Me ha gustado pero no es de fácil digestión, sobre todo porque acá usa muchos símbolos (incluso los personajes lo son) para ambientar la narración, el metraje y trasmitir una idea. Fiel a su propio estilo, usado en su ópera prima, acá usa mucho la cámara en mano y las tomas de espalda a los personajes en un acercamiento que nos lleva a experimentar estar siempre detrás de la nuca de la protagonista y seguir de cerca su travesía. Aunque el formato no es tan opresivo como el usado en Son of Saul, ni el fondo del plano se encuentra difuminado, igual vuelve a trasmitir por el movimiento y la música un sentimiento de opresión que incomodará al espectador.
También la temática es distinta. Si en "Son of Saul" mete al espectador al corazón del terror del nazismo en la segunda Guerra mundial, en "Sunset", se ubica en los inicios o en el preludio de lo que haría estallar la I Guerra Mundial. Ambientada en 1913, nos cuenta la historia de Irisz Leiter, una joven de 20 años que creció en un orfanato, y se dirige a Budapest, que en ese momento era la segunda ciudad del Imperio Austrohúngaro, con la esperanza de trabajar como sombrerera en la antigua empresa de sombreros de sus padres, que ahora está dirigida por un hombre misterioso de dudosa reputación. Irisz es recibida con dureza por el dueño y sus empleadas, al conocer su apellido, Leiter, nombre que aún mantiene la empresa. Pero en medio de todo se entera que tiene un hermano que nunca conoció, quien en parte es culpable del odio del actual dueño. El hermano es líder de un grupo o secta nacionalista que tiene como objetivo la caída de los poderosos, del imperio y de esa empresa Leiter, que oculta muchos secretos terribles. Desde que se entera que tiene un hermano, Irisz se sumerge en su búsqueda en contra de las recomendaciones de todos los demás. Y esa búsqueda también se convierte en el hilo conductor de la historia, porque en gran parte del filme perseguimos junto a la cámara a Irisz caminando, corriendo, escapando, safándose del peligro en su búsqueda.
Siempre con el seguimiento de cerca de la cámara, que intercala entre las tomas de espalda y los primeros planos. La actriz Juli Jakab hace un gran trabajo porque debe sostener la película en muchos espacios y sostener unos largos primeros planos. Su rostro trasmite la desesperación, la confusión y el terror. Porque la película en un momento empieza a ser una búsqueda de la identidad, del pasado, que la lleva a descubrir la peste de la ciudad y la sociedad, incluso de su misma familia.
Mencionaba que puede resultar difícil para quien no tenga un mínimo conocimiento de lo que ocurría en ese momento en el imperio austrohúngaro, porque la película en cierta forma también retrata a través de sus personajes la caída del imperio, lo que generó y contribuyó en parte las condiciones para el inicio de la Gran Guerra. Por eso acá unos detalles importantes: los nombres son importantes tanto el de Irisz Leiter como el de su hermano, que se conoce después que se reconoce como Kálman, porque esos eran los nombres de los gobernadores de Croacia que fueron de los primeros que lograron la autonomía del imperio. Y preciso Kálman era el líder de ese grupo nacionalista, como aquel que recordemos que asesinaron al archiduque Francisco Fernando de Austria, desencadenando la guerra, así como ocurrió en otros lados en ese período de inestabilidad dentro del imperio.
La película muestra la caída del imperio austrohúngaro, lo podrido que estaba, y en la película también la ciudad de Budapest es retratada de forma lúgubre (sólo iluminando la empresa Leiter), con esas voces en distintos idiomas que escuchamos, que representan a los hombres de distintas nacionalidades (de las minorías separatistas) que también influyeron en la precipitación de esta caída. Y este contexto no se da en la película ni tampoco es muy claro, porque es más que todo simbólico. Pero teniendo eso en cuenta, creo que podemos apreciar otra gran muestra de cine de parte del director húngaro, discípulo directo del maestro húngaro Béla Tarr. No alcanza el nivel de "Son of Saul" pero es una película notable y distinta. La película ganó el FIPRESCI en el Festival de Venecia.
Alejandro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8 de mayo de 2020
Sé el primero en valorar esta crítica
Excesivamente confusa, larga y extenuante.Tengo que admitir que andé perdido toda la película.

La técnica fílmica aunque agotadora me parece brillante y la dirección artística y las actuaciones notables.

Escuchando al director en el festival de cine de Sevilla, por un lado admiro su inteligencia, por otro me irrita la pedantería de hacer un cine que se autoconsidera por encima de lo demás. Otros autores consagrados (Tela Barr, Angelopoulos) adolecen de una actitud semejante, pero con mejor consideración crítica.Ya veremos si el tiempo la relega al olvido (probablemente) o la cataloga como joyita inaccesible y claramente agotadora.

Una película demasiado exigente con el espectador (si no conoces detalles de la Hungría de 1913 y no sigues con atención la fragmentada historia de los personajes secundarios te vas a perder sí o sí)
Steppenwolff
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow