Ausencia de malicia

Muy interesante la película. Trata sobre el poder de la prensa en los EEUU, así como el funcionamiento de la justicia, en la que el cargo del fiscal, que investiga los posibles delitos, es electivo con una proyección política. Sydney Pollack realiza unas películas con unas tramas muy elaboradas. De los actores, destacar al gran Paul Newman, que con su sola actuación hace grande la película. Sally Field tampoco está mal en su papel de periodista. La conclusión es que los hijos de los gángsters no tienen porque ser mafiosos. A partir de la muerte de un sindicalista Pollack va elaborando una película sobre los periodistas que investigan y publican en los periódicos, el fiscal y su brazo armado que vigila e investiga para llegar al fin de la película, en una secuencia larga y muy buena en la que se reúnen todos los intervenientes y se pone a cada cual en su sitio.

No siempre uno lee cosas interesantes cuando acaba de ver una película. Unas veces buscando inspiración para luego venir aquí a vomitar palabras, otras para entender mejor la película en cuestión, buscando información complementaria, para contrastar opiniones... Leer antes de opinar debería ser una norma.

Respecto a "Ausencia de malicia" hay dos cosas que quiero subrayar. La primera y más importante, es la presencia Newman, sin el cual la película carecería del atractivo que tiene. Ya sea al teléfono, descorchando una botella, platicando mientras se hace el distraído, sea como sea, Newman tenía algo que hacía que cualquier película normalita acabara siendo algo más. La segunda cuestión que debo destacar es la reunión final en la que se destripan los entresijos del argumento, se ven todos las caras, se pone sobre la mesa la realidad de los hechos y cada uno tiene que irse a su casa llevándose su propia conciencia sobre lo ocurrido. Una pena que no podamos entrar en la mente de todos los liantes.

Y llegados aquí, lo inevitablemente mayúsculo, lo más ajustado a la verdad, lo que me parece más oportuno decir para acabar en forma de síntesis sincera (en este caso es más bien copiar cuatro palabras) es que la protagonista, un lastre incuestionable, tiene de forma permanente cara de cachorrito mojado. Y así no hay amor que se pueda vender, así no hay forma de defender unas ideas, ni siquiera cuelan las disculpas por haber hecho mal su trabajo (el de ella como protagonista, como periodista, y también como actriz)...

Un Sydney Pollack en ascendencia nos presenta una película sobre el mundo periodístico y su necesidad de publicar la noticia cueste lo que cueste y a pesar de... Un ejercicio moral que va dejando víctimas por el camino. En ocasiones sin poder tener una defensa justa por culpa de una ley que protege a un mundo que devora sin pensar en las consecuencias colaterales.

Podríamos hablar de cierto McGuffin por el desinterés de cierta trama (aparentemente principal). El peso de la historia está en la relación de los personajes y como éstos utilizan sus armas para sacar adelante sus oficios sin escrúpulos ni empatía.

Paul Newman llena la pantalla con su carisma y se marca una actuación mas que digna. Sally Field defiende bien su papel, pero transmite demasiada fragilidad en un personaje que evoluciona como aprendiz ingenua y no como diva escarmentada.

Es inevitable que te venga a la cabeza el Richard Jewell de Clint Eastwood. Quedando la obra de Pollack muy por encima.

Una linda película, en una bella locación, a la orilla del mar, con actores como Paul Newman y Sally Field que tienen mucho encanto, y un buen elenco. Entretelones de la Justicia y de la Prensa en una investigación donde se plantea el problema de la ética pública. Excelentes escenarios, iluminación, fotografía. Lo mejor, cuando Sally Field, reportera, dice: "La gente cree en lo que quiere creer".