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127 horas

Drama. Aventuras Basada en la historia real de Aron Ralston, un intrépido montañero y escalador norteamericano que se hizo famoso porque en mayo de 2003, durante una escalada por los nada transitados cañones de Utah, sufrió una caída y quedó atrapado dentro de una profunda grieta. Tras varios días inmovilizado e incapaz de encontrar una solución alternativa, tuvo que tomar una dramática decisión. (FILMAFFINITY)
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Críticas 292
Críticas ordenadas por utilidad
6 de febrero de 2011
11 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy un morboso. Tengo que reconocerlo. Fui a ver “127 horas” para que me explicaran cómo demonios se lo había montado Ralston. Esperaba ver dolor, miedo, delirio y desesperación. Incluso iba preparado para algo de gore.

Y es que esta historia lleva implícito todo eso.

Porque, vamos a ver, si nos pasa lo que a este energético montañero, está cantado que el 99,9% la palmamos (o a lo mejor no, nunca se sabe cómo reaccionará un humano ante una situación crítica). En cualquier caso, antes habremos vivido un verdadero infierno.

Aron Ralston lo vivió. Y Danny Boyle casi lo convierte en una mera anécdota. Si la película hubiera durado más, lo mismo habíamos terminado soplando matasuegras, lanzando al aire confeti y serpentinas y poniéndonos coloridos cucuruchos en la cabeza.

La intención de Boyle está clara:

1. hay que dar “caña” para que el espectador no se me duerma ¿cómo? Fácil: les pongo la música a tope, divido la pantalla en todos los trozos que me de la gana, sacudo imágenes reales de civilización masificada para que capten la idea de que más allá de donde vivimos la mayoría también se puede estar jodido, etc.

2. pero, al mismo tiempo, hay que dejar que vaya a ver la peli toda suerte de pardillos, si es posible acompañados también (¿por qué no?) por papá y por mamá, así que suavicemos las cosas de tal forma que nada pueda herir, nada pueda molestar, nada pueda incomodar… sí, eso es: hagamos algo familiar, al estilo Disney, aprovechando el entorno National Geographic.

Pues conmigo no lo has conseguido, Danny boy. Casi me provocas el vómito.

Le pongo un 3 por el esfuerzo de James Franco y porque el paisaje es bonito.
Polikarpov
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5 de marzo de 2011
11 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me disponía a ver una película épica. 127 horas de metraje, algo nunca visto. Me pegué un tiro en la pierna para conseguir una baja para no ir al trabajo en una semana, a mi mujer le dije que me iba a un pueblo remoto de Nairobi donde no había cobertura ni Internet, pagué una habitación de un hotel rústico, compré comida y provisiones para 5 días y medio, alquilé un baño portátil para orinar y defecar sin tener que moverme, estuve los 3 días antes de dormir en un coma inducido para poder aguantar esos 5 días sin dormir...

Me encontraba preparado para estar 127 horas ante la pantalla y, apenas unos 93 minutos de empezado el film (para los amantes de la estadística, un 1´22 por ciento de las 127 horas prometidos), aparece ante mis ojos la palabra FIN. O THE END. The end-gañan.

Es el caso más flagrante de publicidad engañosa desde la aparición de los Kellog Smacks con una rana rapera (mi rana comió 2 años dichos cereales y nunca llegó a cantar más de una estrofa de The Real Slim Shady de Eminem).

Bueno, ahora en aspectos puramente películeros, varios detalles.

- Película spoilerada por todas partes. La misma sinopsis de Filmaffinity te revela detalles importantísimos y cruciales.

- Daniel Boyle. Voy le a decir que ha mejorado usted lo cual no era difícil tras Slumperro con Dinero. Eso sí, sigue usted siendo un tanto pretencioso.

- J. Franco (que envidia de apellido, yo que me apellido D. Rubalcaba, se ríen de mí hasta los porteros de discoteca cuando les dejo el Dni). Se mete un buen papel esta mezcla entre Osvaldo, jugador de fútbol del Espanyol, y Ethan Hawke. Eso sí, que se dedique al montañismo y no a presentar galas de los Oscar. Por la virgen Celedonia, que tipo con menos gracia.

Ya está, fin de la crítica, espero que no os haya pasado lo mismo que a mí. (Una vez me pasó al contrario, vi la película "60 segundos" en el baño, en lo que hacía mis necesidades y tuve que estar 2 horas, mi madre pensó que tenía diarrea como mínimo).
Elchicodenaranja
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4 de febrero de 2011
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El “basado en hechos reales” aglutina cuatro de las diez películas nominadas al premio gordo de los Oscar 2011. '127 horas' nos narra el angustiante lance que sufrió el montañista estadounidense Aron Ralston cuando su brazo quedó atrapado por una roca en un barranco del desierto de Utah, durante más de cinco días en mayo de 2003.

'127 horas' no sólo peca de arritmia sino que en el caso del pseudo-experimento cinematográfico del británico Danny Boyle, la necesidad de estirar la aventura de supervivencia de su omnipresente protagonista hace que la crónica desfallezca en numerosos puntos, aún a pesar de que James Franco, uno de esos actores desconcertantes por su capacidad ubicua de hallarse en varios eslabones del star system, aguante el tirón durante hora y media solito ante la cámara.

El que esto suscribe debe reconocer que pocas veces terminan de agradarle la visualización de ejercicios de estilo que adscriben su forma y fondo según la personalidad potente que adquiere el espacio: normalmente minúscula atalaya donde se multiplica el efecto psicológico y emocional de los personajes. Películas como 'Doce hombres sin piedad', 'La cabina' o la reciente 'Buried' son producciones denominadas conceptuales que buscan en el espacio asfixiante donde se desarrollan sus tramas una oportunidad para experimentar con la planificación y la puesta en escena así como la capacidad de simbiosis de esa forma con el fondo psicológico que buscan.

Normalmente, bien reconocidas, lo primero que me transmiten este tipo de producciones, es el pensamiento subjetivo de cómo se las van a apañar realizador y editor para sacar de una idea que en primera instancia no da más de sí que para un corto o un mediometraje, un largo de al menos hora y media. Me agota pensar en las argucias que han tramado para intentar hacer viable una idea dilatada en tantos minutos y sólo me satisfacen aquellas historias que no intentan ser perfectos ejercicios de estilo sino que muestran abiertamente sus trucos, sus fallos y sus aciertos, tipo 'La soga', 'La habitación del pánico' o 'Señales'. Desafíos autorales que nacen, se preparan y se muestran imperfectos y que sí dan ganas de visualizarlos más de una vez. Algo que con '127 horas', lamento decir, que no me ocurrirá.

El morboso final con esa drástica elección no importa, pero sí las mil y una argucias inventadas por Boyle y compañía para no aburrir al espectador: flashbacks, delirios, pesadillas, sueños húmedos, dilemas morales o sexuales (la sonrojante decisión de insinuar y no declarar abiertamente una simple masturbación),… Al fin y al cabo, el largometraje no parece prolongarse pesadamente tanto como pueda parecer en un primer momento, a causa de cierta pericia audiovisual. Sin embargo, la sensación no es positivamente memorable, no se tienen ganas de volver a visionarla. No importa olvidarla pronto ya que hay más estética y ganas de perfeccionar un fondo que hurgar valientemente en la situación límite.
Migue Muñoz
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4 de febrero de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
De momento, la mejor película que he visto del 2010. Una catarata de diversas e intensas emociones muy bien hilvanadas y condensadas en menos de hora y media; con una interpretación simpática y natural, unos recursos narrativos tan efectistas como perfectos, y un guión avezado y empático con bonitas reflexiones y cierto misterio.

"127 Horas" trata de describirnos la experiencia real que el decidido, "autosuficiente" y algo envalentonado montañero Aron Ralston (Franco) vivió en sus carnes cuando su brazo quedó atrapado dentro de un cañón de Utah.

El film es pues, toda una experiencia. Un drama minimalista pero singularmente palpitante que nos implica de forma penetrante. Boyle realiza un trabajo narrativo realmente notable cuidando al detalle el uso y el tiempo de los planos (acertadísimos esos cortes rápidos, ese uso de la cámara en mano, esos planos cerrados cuando deben serlo, esos planos abiertos cuando deben serlo de ese ideal paisaje del Blue Canyon que ya por sí solo crea una ambientación radiante), la banda sonora (acertada música que ayuda a transmitir, intesificar e incluso alterar las emociones del espectador), los recursos (los montajes de las ensoñaciones de Aron son realmente buenos y apropiados y amplían el ratio de emociones del espectador de manera complaciente), los silencios, los saltos en el tiempo (Boyle solo quiere narrarnos lo esencial, y acierta demostrando que la duración precisa de un film no debe ser excesiva para hacer una película de lo más completa y redonda), etc.

Enseguida "127 horas" te transporta a su mundo y su situación (sea el momento agradable o desagradable, confiado o desconfiado), te desconecta de la realidad con gran facilidad. Y en menos de 5 minutos ya se camina junto a Aron disfrutando de su excursión sin ninguna otra sensación que no sea la del disfrute de la naturaleza... para después ser transportado a una angustia tremenda (sin dejar de pasar por otras sensaciones de pena, tristeza, horror, melancolía, claustrofobia... e incluso alegría y algún punto de guasa).

Sorprendentemente James Franco sostiene el solito el metraje con total naturalidad y simpatía, resultando un tío realmente identificatorio y campechano que cuanto más avanza el metraje, mejor cae por los acontecimientos que vive (que le fuerzan a demostrar un gran valor y coraje).

En fin. Una grandiosa retaila de emociones e impactos para el ser humano. Se vive una amena aventura a flor de piel con emociones intensas de todo tipo sin despegarse de la butaca y sin poder contener expresiones o gritos del tipo: "Ayyy, uyyy", "¡no por favor!", "ja ja ja", ¡vamos!", "¡bien!", "¡no quiero verlo!", ¡vaya por Dios!".

Eso sí, algunas escenas demasiado carniceras solo son aptas para los estómagos y corazones muy resistentes (pero unos pocos momentos de casquería desagradable no deberían ser impedimento para disfrutar del resto de emociones que regala el film).

Lo mejor: (spoiler del gordo)...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Spark
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13 de abril de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sabiendo que esta basada en un hecho real y conociendo el desenlace, pierde interés, y mucho.
La vemos por ver la escena de la famosa mutilación y poco más.
A mi personalmente, no me ha contado nada nuevo y las visiones y las ensoñaciones, solo sirven para alargar en exceso la duración del metraje. En lugar de desarrollar inicialmente al personaje y su entorno, vida familiar o cualquier cosa, nos encontramos rápidamente en un agujero de donde será costoso salir. Al no presentar las bases del personaje inicialmente, no genera conexión emocional con lo que le pueda pasar.
Analizando la duración de la historia, uno pasa a ser consciente de que aunque ésta no sea excesivamente larga, se hace eterna. Lo cual lleva a una conclusión, aburre.
Es un desierto de ideas.
Jon
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