Tiempo de valientes

"Road movie" urbana por momentos, muchas dosis de acción, excelente guión, y todo en clave de comedia subliminar pero excelentemente encajada; al más puro estilo "Arma Letal", pero con el añadido del buen sabor de boca de un film que ha sabido conjugar a la perfección la acción, el entretenimiento y los momentos cómicos sin decaer el interés en ningún momento, y sin ser ninguna super-producción norteamericana, y sí, buen cine en lengua castellana y con firma Argentina, lo cual es muy agradable y gratificante.

Buena película, con un montón de escenas geniales, totalmente recomendable para pasar un buen rato.
No te la pierdas, Mi nota 7,5.-

De tantas buddy movies que se han visto en estos tiempos (y el 99 % yankis), me congratulo en decir que ésta me sorprendió, al margen de la publicidad que ha tenido como la mejor comedia argentina de los últimos tiempos, que ya sabemos que del marketing también ha de vivir el distribuidor. Pues si, me sorprendió, ya de por sí, el tipo de personajes, un psicoanalista que, más bien, habla como una cotorra y un inspector de policía reservado y dicho sea de paso, deprimido porque pilló a su mujer con otro.

Como comparación con otra buddy movie nos podríamos encontrar con ‘Arma letal’ y su tres secuaces, con dos polis totalmente histriónicos con cien mil aventuras y con diálogos entretenidos, o las más recientes ‘Dos policías rebeldes’ con Martin Lawrence y Will Smith, pero ya estamos hablando de acción pura con toques de comedia yanki.
En este caso, un psicoanalista, interpretado por Diego Peretti, ha de llevar por el camino correcto al dicho inspector (Luis Luque), es decir, coche en carretera y mirar que trabaje concentrado.
Pues no, mis queridos compañeros cinéfilos, no nos encontramos ante gags repetitivos y encadenados ni ninguna comedieta vulgar tipo lárgate de mi coche maldito loquero que mi vida la controlo yo. El guionista y director Damian Szifron nos ofrece unos diálogos inteligentes, soberbios, cómo lleva esa falsita inocencia el personaje Alfredo Díaz (Luis Luque) dispuesto a escuchar con grandísima paciencia al licenciado Silverstein (grande Diego Peretti) patrullando por las calles de Buenos Aires. Imposible olvidar la escena de la cena en casa del psicoanalista, donde ahí empieza un punto de gira en el film.
Las secuencias se van encadenando y te encariñas con los personajes, te ríes con ellos, no sólo un pérfido movimiento de labios, pero la carcajada en algún gag está asegurada.

Naturalmente, aquí los malos malosos son los superiores del ramo, aquí muy inteligentemente Damian Szifron denuncia la mafia y corrupción que se mueve por las altas esferas policíacas, hasta llegar justo al Centro de Inteligencia. Y es justo, en este lugar, donde empieza la verdadera acción, comienza queridos cinéfilos, el tiempo de convertirse en valientes, el tiempo de afrontar la injusticia ante el secuestro de su compañero, el tiempo de luchar contra esta corrupción caiga quien caiga. Diego Peretti nos regala una serie de gags dignas del mismo Inspector Clouseau de Peter Sellers.

Aquí, por mi parte, la peli cojea algo con escenas imposibles pero muy graciosas, o casi que hubiera recortado alguna escena del rescate que se alarga un poco.
Diego Peretti, en buena racha cinéfila después de su ‘No sos vos, soy yo’ y que le siga durando, un buen actor.

El 9º pasajero

Una película a caballo entre el género de pseudo-acción y el de comedia. Película que demuestra que la combinación de estos dos géneros no da lugar a una patochada (a la cual acostumbran ciertas películas estadounidenses), sino al humor, podríamos decir, inteligente e, incluso, trabajado. Si a esto le unimos un par de diálogos-monólogos bastante interesantes resulta una película muy agradable de ver, muy entretenida y que permite echarse unas risas.

La historia, protagonizada por Diego Peretti y Luis Luque, se centra en la circunstancial relación entre dos personas pertenecientes a mundos culturalmente diferentes: un psicoanalista judío y un duro inspector de policía. Una curiosa dupla que en medio de imprevistas circunstancias, construirá una sólida amistad, coparticipando en la resolución de un peligroso caso delictivo.
Para evitar ir a juicio por atropellar accidentalmente a un peatón, el analista Mariano Silverstein (Peretti) debe realizar trabajos comunitarios. En este mecanismo de "probation" acepta tratar terapéuticamente al detective de la Policía Federal, Alfredo Díaz (Luque), deprimido a raíz de un desencanto amoroso. Este vínculo los involucrará en una trama policial llena de vueltas inesperadas. Al mismo tiempo, los hará reconocerse en los humanísimos puntos en común que los acercan.

En la dirección, Szifrón se revela como un diestro manipulador, no sólo de los elementos propios del policial negro (con detectives, policías y ladrones que señalan un poder ominoso por sobre ellos), sino que además se permite jugar espontáneamente con los clisés del western, ilustrando con comentarios musicales típicos del género que tiene como protagonistas hombres solitarios con vocación heroica.
El argumento, al situarse en la agitada urbe porteña, adapta reglas genéricas y en cierto modo las nacionaliza, obteniendo una comedia policial con todos los rasgos locales, "bien a la argentina", en la que entran elementos muy diversos como el psicoanálisis, los servicios secretos, la energía nuclear y los cruces culturales de pascuas judías con los códigos de gángster.

La película sale airosa de los riesgos con relación a la comedia y sus combinaciones, en tanto resultan convincentes sus mezclas de simpáticos gags y diálogos a lo Woody Allen con climas de arrolladora aventura.

Ingeniosísima comedia argentina con una trama policíaca inteligentemente diseñada, muy al estilo de la nueva comedia francesa. Una forma de hacer cine sencilla, sin grandes pretensiones, pero muy eficaz y abierta a todo tipo de públicos. Realmente el cine argentino en los últimos tiempos es para quitarse el sombrero, está dando unos frutos tanto en calidad como en éxito de público muy reseñables.

Para mí destaca la impresionante química entre los dos protagonistas principales; Peretti está magnífico en su papel de psicoanalista, con momentos realmente memorables. Vaya regalo de papel para un actor cómico. Igualmente reseñable es la idea de poner música de western para las escenas clave, me pareció muy acertada. Altamente recomendable.