La Cenicienta

En 1950, Disney realizó para el cine su primera versión del cuento de Cenicienta. La hizo con dibujos animados. Dicho filme se asemeja más al cuento del francés Charles Perrault que a la versión alemana de los hermanos Grimm. Ahora, con el desarrollo tecnológico, Disney se atreve a lanzar de nuevo esa historia dela muchacha llena de ceniza luego de dormir junto al fuego, degradada por culpa de su madrastra y hermanastras. La película nos llega con el nombre de La cenicienta (2015) y se basa en el guion de la película de 1950, solo que los dibujos animados han sido sustituidos por actores reales y por animales logrados a pura computadora. Es versión pensada para nuevas generaciones, sin desestimar a las anteriores, en manos de un buen director, el irlandés Kenneth Branagh, quien le da un bien renovado acento dramático a una historia harto conocida. De esa manera, lo escénico es fundamental para esta película, no solo con criterio teatral, sino también por la colorida y rica ambientación de estilo operático. Por supuesto que la maña de dicho director por algún lado cede al estilo de Disney y persisten escenas lacrimógenas con soluciones visuales cursis, agravadas por las actuaciones no tan convincentes de Lily James (Cenicienta) y de Richard Madden (como el príncipe). Para salvar lo actoral, está Cate Blanchett, como una madrastra singularmente cruel desde un potenciado glamour. Es versión neobarroca.
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Disney quiere llevar a imagen real sus cuentos más tradicionales en animación, una idea que en principio es brillante pero que como siga así va a quedar en una de esas ideas que nunca debieron haber existido.

Kenneth Branagh dirige la adaptación de «La cenicienta», una de las historias más importantes de la factoría y de los cuentos en general. La chica despojada de su estatus y de sus riquezas y obligada a servir como criada para su madrastra y sus hermanastras, todo un compendio de miedos infantiles y de propuestas de vida y ética. Tanto es así que parece que se nos olvida algo fundamental: que estos cuentos no son historias románticas, sino moralejas, incluso fantasías adultas de mayor o menor profundidad psicológica. A veces he leído críticas hacia «La cenicienta» (y otras similares) por basarse en unas relaciones amorosas falsas, compuestas por flechazos idílicos con unos príncipes sin nombre y sin personalidad; pero esto es no saber entender que la trama principal no gira en torno a un enamoramiento o un romance, que de hecho ese amor es solo el premio, la culminación vital de la heroína por el valor que demuestra, y que debemos fijarnos en el camino que la lleva hasta ese príncipe, no en el príncipe en sí.

Ahora que somos más modernos, lo hacemos al revés, cosa curiosa, y lo que nos cuenta «Cenicienta» de 2015 es una historia de amor edulcorada, sosa, amanerada, relamida y ñoña hasta decir basta, y además envuelto todo en kitsch barato, rococó y barroco, todo pesado y cursi. Es que parece que nos quedamos siempre con lo obvio y no somos capaces de ir más allá, de abrir el cuento y quedarnos con sus entrañas. En esas entrañas Cenicienta no es una pava infantilizada y, sí, cursi que sonríe por todo y a quien se le hace la pelota sin demostrar esa gentileza y ese valor que se le presume; sino que Cenicienta es una dama que actúa, que tiene principios nobles, que tiene carácter, y que cuando perdona, perdona de corazón, sin orgullo, que de eso va la historia.

Esa familia de Cenicienta con la sonrisa siempre en la boca, en plan «qué maravillosos y felices somos», o las mariposas que la Hada Madrina le endosa al vestido de Cenicienta son solo un par de ejemplos de su espíritu repipi y azucarado, que no puede justificarse ni aun pensando que esta película se dirige a niños. A los niños no debemos tratarlos con esa cursilería, hay que enseñarles valores y estéticas más consistentes. El reparto no destaca para nada, aunque Cate Blanchett lleva un vestuario impresionante y Helena Bonham Carter parece el doble femenino de Johnny Depp; estos dos se mueven igual, actúan iguales... ¿será influencia de Tim Burton?

Una película básicamente indiferente. Disney, céntrate.

Hace unos días revisé el clásico de Disney del 50 'La Cenicienta' y la verdad es que me gustó pero no me maravilló como otros clásicos de la factoría y la disfruté, vi como se vio palpado en la cinta el mensaje de como el amor verdadero puede vencer al de conveniencia o interés, y en esta revisión del clásico de Kenneth Branagh ha decidido ser lo más fiel posible aunque evidentemente con cambios. Tiene cosas buenas que no tiene el clásico y el clásico tiene cosas buenas que no tiene esta por así decirlo. Ambas me gustan por igual aunque me ha emocionado más y a nivel personal me quedaría con la cinta de Branagh. Es cierto que el clásico tira más por lo musical y lo infantil y esta evita las canciones salvo una, elimina personajes secundarios muy agradables como el perro de la original y da menos protagonismo del que tenían en la original los ratones y el divertidísimo gato Lucifer. También es cierto que Branagh saca mejor provecho del personaje de la madrastra, interpretado impecablemente por una bellísima Cate Blanchett quien es aún más malvada que la de la original donde en cierto modo está justificado su trato a Cenicienta. En esta tanto las hermanastras como la madrastra son más crueles por su afán de protagonismo, competencia, orgullo, envidia y por supuesto imposición por parte de las tres por encima de una Ella que ha perdido todo menos la esperanza.
Una hada madrina un tanto sobreactuada brilla en su momento porque lo requiere por parte de Helena Bonham Carter que deja el mayor delirio visual de la película y que hunde a todo lo visto en la reciente Maléfica por poner un ejemplo de cine de Disney reciente.
Los actores están más que correctos, logro sentir empatía por ellos, es más profunda y la historia es menos rápida y más clara, más justificada y realista en cuanto a la historia de amor se refiere ya que en la original parece más un amor superficial que otra cosa. Destacar también la envolvente y ambiental banda sonora de Patrick Doyle que cual Thor deja una score para recordar aunque no tenga un tema principal acompaña a la perfección en escenas realmente emotivas y atractivas.
En definitiva, Cenicienta es fiel y eso deja claro que gustará a la mayor parte del público y eso hay que agradecerlo aunque a mí ese aspecto me da un poco igual a la hora de valorar la película y como película cumple muy bien más que nada porque no se puede mejorar algo que ya conocemos excesivamente y Branagh lo ha logrado tras el aburrimiento que pasé con Jack Ryan. Buena.

Cenicienta... siendo sincero no esperaba nada bueno de está película, he sido un poco ''cabroncete'' con este filme, pensé que iba a ser mucho más mala de lo esperado, aún que sigo creyendo que está arrasando en taquilla gracias a Frozen Fever, (antes de la película, se puede disfrutar), cortometraje que no está mal, pero que podría estar mejor, al fin y al cabo... no se puede hacer mucho en unos cortos 7 minutos, pero esperaba un poco más, dejando de lado el cortometraje de Frozen, seguimos con la película.
Está gustando mucho más de lo esperado y eso no me lo esperaba... la película llamo mucho mi atención tras las buenas críticas, el éxito y comentarios de la gente, aún que en un principio no me llamaba nada, no es fácil contar una historia que todos sabemos, el director la cuenta bastante bien, nadie puede quitar que sea predecible, cuya cosa es normal, la película tiene un buen ritmo, humor y buenas interpretaciones, me he enamorado totalmente de Lily James y su vestido.
Una historia mil veces vista, pero eso no significa que sea mala, el director maneja bien la dirección, el guión no es malo, los personajes no son estúpidos y estamos ante una película bastante fiel, Disney está haciendo muy bien las cosas en estos últimos años... crecimos con los clásicos y nos están ofreciendo buenas películas de animación o en este caso: versiones modernas de clásicos.
Un gran punto a favor: es la buena música, encajando en todo momento con las escenas, el humor funciona muy bien y los efectos visuales están logrados, destaco a Lily James que está perfecta en todo momento, el vestido le queda de fabula y es toda una belleza, Cate Blanchett es la ''malota'' del filme y lo hace como de costumbre: genial, Helena Gonham Carter muy divertida, siempre ofreciendo personajes con buen humor, Richard Madden, Holliday Grainger, Sophie McShera, Eloise Webb, Derek Jacobi y el resto del reparto, lo hacen bastante bien.
En definitiva: reconozco que me ha gustado mucho más de lo esperado, me trago mis palabras, la he disfrutado y he pasado un buen rato, el humor funciona, la música es buena y la protagonista está de lujo, destaco también el buen vestido y el ritmo, esos 100 minutos de duración gustaran a críos y adultos.

Desde hace unos años se puso en Hollywood de moda adaptar cuentos. Bien sabido es que el resultado casi siempre era un resultado pobre o que distaba mucho del cuento, intentando hacerlo más adulto o cambiando las tornas para que el espectador se sorprendiese. Tras varios desastres por fin parece que se han dado cuenta de que el espectador quiere ver la historia de siempre, esa historia sencilla en la que todos sabemos lo que va a pasar pero sin embargo estamos con un nudo en la garganta casi toda la película, esas historias de las que el señor John Lasseter echaba pestes diciendo que el público quiere algo grande, no algo que ya ha visto y que es tan simple con clásicos como "La Cenicienta".
Pues bien, el producto que nos han ofrecido es la historia de la joven Ella, que queda huérfana de madre a temprana edad, viéndose obligada a superar las dificultades que la vida le pone por delante.
La historia es la historia de siempre, pero servidor la ha vivido como si fuese la primera vez. He estado triste cuando Cenicienta se quedaba huérfana, nervioso cuando Cenicienta se presenta en el baile y llorando en muchas otras partes de este clásico atemporal.
Dejando a un lado la historia cabe destacar que la banda sonora es bastante buena, no se hace destacar pero sabemos que está ahí. El vestuario es absolutamente precioso, elaborado con mucho cariño y cuidado hasta el más mínimo detalle, al igual que en la ambientación.
Las actuaciones son muy buenas, Lily James consigue enamorarnos, Cate Blanchett consigue ser la madrastra odiosa que todos conocemos y el resto del reparto también es brillante.
Estaría mal compararla con el clásico animado, pues es una auténtica obra maestra, pero esta película no se queda corta y me ha dejado un sabor de boca que pensé que ninguna otra adaptación de cuento en live-action (descartando "Por siempre jamás" que curiosamente también trata de Cenicienta) podría dejarme, lo que quiere decir que esta es la prueba de que algo sencillo puede llegar a ser mágico.