Drunk

Es de celebrar que en esta, como en otras anteriores, Vinterberg no tenga nada que ver con el antiguo patner, con von Trier, y haga un cine de calidad, sencillo, inteligible, ahondando en los personajes, gracias a esos buenos actores, ya conocidos en el cine danés.
Pocas veces cuatro historias, la de los cuatro profesores, compañeros de bebercio, han sido contadas con tanta claridad y eficacia. Vinterberg no juega con sobreentendidos, ni hace truco. Cuenta las historias tal como se dan.
Película muy aconsejable.
Un detalle: en Dinamarca, a juzgar por esta película, algunos de los exámenes de final del instituto son orales, como ocurrió durante mucho tiempo también en España. Es una gran idea pedagógica, que hemos abandonado, ya desde los últimos tiempos del franquismo, en aras de una presunta nueva pedagogía que está dando los frutos, escasos, que están a la vista. Legan a la universidad (he sido profesor en ella) sin tener la menor noción de explicar algo de más extensión de un tuit.
Observación que no parece superflua porque la película va en gran parte de eso, de cómo enseñar.

Tardando unos meses en verla, teniendo cierto prejuicio, temiendo unas 2 horas de una comedia vacía o una alegoría a que hay que beber para disfrutar.
Mi error, que gran tragicomedia, con humor perfecto sin volverse exagerado, forzado o buscando una risa fácil, y con momentos oscuros y dramáticos muy bien logrados y conmovedores, unas actuaciones geniales, que aunque Mads se roba los reflectores, y no es para menos, el resto del elenco principal se luce, casi toda la película no parece que estén actuando, una química perfecta entre ellos e interpretaciones tan sobrias y naturales, aparte de un guión que nos cuenta lo que nos debe contar, y una dirección precisa, y es de agradecer pues en otras manos pudo ser una comedia de borrachera con chistes sexuales y de flatulencias, o un drama salido de telenovela o La Rosa de Guadalupe sobre un hombre ebrio e irresponsable que abusa de su familia. Por ahí escuché delndeseo de un ramake Hollywoodense, cosa que a mi parecer sería tremendo error.... Y para cerrar, un final acertado, que le de título a mi crítica y que le da ese significado de que no es solo una película de borracheras y pasarse de copas.

Funciona como un tiro. El guion es estupendo, y también lo son la dirección y la interpretación del elenco danés. Sin embargo, toda la historia tiene un toque naif. ¿A estas alturas de la historia de la humanidad, tiene sentido hacer una película sobre unos tipos que experimentan con el alcohol como si fuera algo que se acaba de inventar? Tendría más lógica si se tratara de una nueva droga de diseño, pero con el alcohol, quien más quien menos ha hecho su pequeña investigación personal :)

Tiene momentos de risa, tiene momentos sentidos, tiene agua y tiene alcohol, una gran ronda de amistad, otra pizca de amor, sumada una dosis de desenfreno adolescente… Estos y algunos detalles que se me escapan, posee este film que me atrapó, me sorprendió y hasta les diría que me encantó.
La historia es la de un grupo de amigos, todos ellos adultos mayores, que deciden darle una toque de sal a la vida y que la misma pase a balancearse entre lo moralmente aceptable y lo incorrecto socialmente hablando. Y lo que van a utilizar como motor, como arranque a una nueva vida, es el alcohol.
No es un film que demonice al elixir, ni tampoco se hace apología del mismo, solo es una película que lo toma desde un punto de vista filosófico, pero sin dejar de relacionarse con films norteamericanos como American Pie o de esa índole.
Recomiendo a todo el que beba, “porque el que al mundo vino y no toma vino, para que carajos vino.”
Posee risas y tragedia, como la vida misma.

El director danés Thomas Vinterberg (La Caza) vuelve a adentrarse en el cine social con esta comedia dramática que tiene la cualidad de enganchar al espectador gracias a la historia que pone sobre la mesa: cuatro profesores que se adentran en un (auto) experimento sociológico en el que deben tomar una cantidad de alcohol diaria. Con esta premisa, el experimentado realizador nos propone un relato que da que pensar, pero que además nos muestra la visión de una sociedad como la danesa en que ya de por sí se bebe más que en otros puntos de Europa. Así, es capaz de construir cuatro historias dentro de un único hilo, y a través de ahí vertebra la acción de la cinta: cuatro personajes a los que la ingesta de alcohol continuado afecta de manera diferente, tanto a efectos laborales como familiares.

Como se precisa en el comienzo, la historia se centra más en el personaje de un (otra vez) inconmensurable Mads Mikkelsen (Ártico). A partir de él, el relato se va adaptando para introducir a los otros protagonistas de la función: Thomas Bo Larsen (Celebración), Magnus Millang (Kursk) y Lars Ranthe (La Comuna). A partir de sus reuniones y como colegas de trabajo de un instituto, cada uno pone a prueba los efectos del alcohol en su organismo lo que provoca el conflicto principal de la narración. A partir de ahí, la cinta logra crear más conflictos alrededor de una trama que si quisiera se haría casi infinita puesto que el alcohol puede dar para mucho. Para mayor credibilidad de la historia los actores hacen unas actuaciones estupendas y los secundarios están casi a la altura del Mikkelsen. Además, la profundidad del relato y la capacidad que tiene de reflejar el efecto de las bebidas espirituosas en un ámbito diferente (cuatro profesores con cuatro vidas diferentes) provoca que el espectador esté atento a cada uno de los personajes dispuestos en el tablero. Otra virtud que tiene es que no se casa con nadie, muestra lo que tiene y lo deja caer: con su drama de vestidor, pero con una comedia fina y crítica, sarcástica contra la sociedad y sus vicios. Y encima, nos deja una escena final altamente nihilista y sorprendente. No tengan miedo de acercarse al cine europeo, porque a veces se encuentran gratas sorpresas como esta, probablemente la vencedora del Goya a la mejor película europea del certamen de este año.