Drunk

Another Round es una obra de tragicomedia que trata sobre la confrontación personal y el alcoholismo, gracias a la excelente capacidad de dirección de Vinterberg, logra mostrarnos una película muy entretenida sin llegar al melodrama por su narrativa y como suelen ser las comedias dramáticas, tiene momentos divertidos como también tristes durante su desarrollo. Los temas sobre el envejecimiento, la amistad y el alcohol son muy importantes durante el transcurso de está historia y todo eso gira en los cuatro personajes principales, que al querer embarcarse en un experimento para poder mejorar sus ánimos en algunos asuntos en sus vidas (como sus relaciones, sus trabajos, etc), se aventuran en un viaje que al empezar podrá ser divertido pero pronto se darán cuenta del aspecto negativo que tiene las adicciones y los problemas sociales que eso conlleva. El guión está excelentemente estructurado, desde su presentación de personajes, conocemos todo sus aspectos, sus personalidades y sus conflictos en la vida, pero durante su narrativa la historia de todos ellos irá creciendo hasta llegar a su apogeo.

Lo más destacable aparte del guión y dirección, son las increíbles actuaciones de los cuatro personajes principales, mayormente la de Mads Mikkelsen. Anteriormente he hecho reseñas elogiando la excelente capacidad actoral de Mikkelsen y podría ser de los mejores actores europeos que he visto, pero también hace algunos años este actor trabajo en otra brillante película junto al director Vinterberg, The Hunt, otra película sorprende que también recomiendo y que pronto me gustaría hacer una publicación sobre esa película. La interpretación de Mikkelsen es realista, seria y se ve muy comprometido en su papel de un hombre frustrado y un poco deprimido por sus problemas personales y laborales en su vida. Los cuatro actores centrales manejan una buena dinámica entre ellos y Mikkelsen junto con Thomas Bo Larsen, Lars Ranthe y Magnus Millang, nos demuestra una notable capacidad para mantener un buen ritmo actoral durante el desarrollo de la historia llena de bebidas alcohólicas y borracheras entre amigos.

En conclusión, Vinterberg deleita a la audiencia con una experiencia gratificantes, los aspectos actorales son sobresalientes y la historia aunque sea simple, resulta ser muy interesante y disfrutable, también tengo que alabar la excelente dirección fotografica. Personalmente mis únicos disgustos son algunos sucesos durante su final, con momentos confusos y un poco exagerados, pero eso no evita que está sea una película muy destacable y considerablemente merecedora de una nominación al Oscar a mejor película extranjera.

La crisis de la mediana edad azota a los cuatro protagonistas de esta producción danesa cuya premisa inicial, digna de una comedia, va tomando un rumbo cada vez más dramático conforme se adentra en dilemas existenciales de distinta índole y analiza comportamientos sociales cotidianos.

Esta profundidad argumental está abordada con un realismo pasmoso hasta que se precipita en un desenlace más sensacionalista, y aún así brillante, posible gracias al espléndido trabajo coral de un cuarteto encabezado por el siempre embriagador Mads Mikkelsen, quienes son capaces de hacerte replantear tu forma de pensar y de generar un polémico y estimulante debate.

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Es cierto que se ha creado cierto aura perverso alrededor de esta película como si de una borrachera continúa se tratase y la gente anduviese pegando tumbos saltándose a la torera los consejos mas sensatos con relación a la ingesta de alcohol, pero es una apreciación errónea promovida seguramente por personas que no han visto la película o se han dejado llevar por lo que sugiere el tráiler mas algún que otro comentario jocoso de aquí y de allá.

La verdad es que a mi me ha parecido un cine muy serio y hasta incluso formal, nada que ver con una defensa de la borrachera como contracultura o como exaltación de la amistad y otros ritos paganos. Estos cuatro profesores aburguesados de un centro educativo de Dinamarca se lo plantean como un experimento a partir de la teoría que dice; “deberíamos nacer con una pequeña cantidad de alcohol en nuestra sangre, y que una ligera embriaguez abra nuestras mentes al mundo que nos rodea, disminuyendo nuestros problemas y aumentando nuestra creatividad”.

Ni que decir tiene que el experimento fracasa como el rosario de la aurora, bueno al menos en parte, como siempre queda de manifiesto que es el punto medio de las cosas el que da la motivación y nos hace las cosas un poco mas amables y estos cuatro listillos se habían hecho con la teoría ya, varios Kalimotxos y así como otros brebajes con mezclas imposibles.

Extraordinarios los cuatro intérpretes de la cuadrilla de amigos , así como solvente dirección y apartados técnicos, aunque a decir verdad en algún momento me fallaron las fuerzas, creo que quince minutos menos le habría sentado mejor a esta original película.

Druk es una reflexión sobre muchas cosas. A partir de una premisa original sobre si el alcohol puede ayudar a dar un poco de chispa a la vida adulta, Thomas Vinterberg nos sumerge en una muy honesta reflexión sobre la angustia vital, la crisis de mediana edad y la necesidad de reconectar con nuestro yo de juventud para sentirnos vivos.

Con una narrativa sin artificios, llena de detalles, miradas, gestos, observamos el "experimento" que desarrollan sus protagonistas para mantener un determinado nivel de alcohol y ver cómo evoluciona su día a día. Vinterberg no juzga a sus protagonistas. navega entre la comedia y el drama, siempre desde la elegancia y con pulso enérgico. Druk consigue conmover. Gran parte del mérito es de sus intérpretes, con escenas de embriaguez totalmente verosímiles y nada sobreactuadas. Personajes con muchas capas, humanos, imperfectos, que sirven para desplegar una reflexión sobre muchos temas: la angustia vital, la incomunicación, la amistad., el miedo al fracaso...

Estamos ante un film brillante, con una inteligentísima puesta en escena, y un Mads Mikkelsen que borda su personaje protagonista, desbordando humanidad y sinceridad. Un film adulto, que toca la fibra del espectador y con un final catárquico para recordar durante mucho tiempo.

Thomas Vinterberg es el hombre detrás de este magistral film, con un reparto de actores que tiene como principales a Mads Mikkelsen, Thomas Bo Larsen, Magnus Millang y Lars Ranthe.

La propuesta a la que invita Vinterberg y Tobias Lindholm, el otro guionista, es verdaderamente original y está abordada con maestría y prolijidad. Un grupo de cuatro profesores de un mismo colegio, debido a situaciones de la vida que llevan, pone a prueba su desempeño profesional bajo el arbitrio del alcohol, con un estimado cálculo de porcentaje. Pasado un tiempo desde el comienzo del experimento, todo emprende un rumbo inesperado.

La dirección es excelente, y la fotografía, con preciso uso de colores e iluminación, constituye los factores honorables que establecen el gran producto. La musicalización, y los varios momentos de silencio, son notables y se emplean con acierto. Espléndidas las actuaciones de todo el elenco, más precisamente de Mikkelsen, sobresaliente en su personaje con marcados matices, y todos los demás también y la influencia de la bebida en sus respectivas vidas.

Es un relato un tanto dramático, que atraviesa la vida de los hombres afectando en enormes magnitudes sus relaciones tanto en el ámbito laboral como también en el personal, que en algunos casos quebranta y destapa realidades, y en otros las deteriora y las fulmina, a pesar de en cierto punto haber servido de notoria ayuda. Aparenta ser sencillo, pero resulta brillante, y también algo ambiguo.

Calificación: 8