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En trance

Thriller Simon (James McAvoy), un empleado de una casa de subastas, se asocia con una banda criminal para robar una valiosa obra de arte. Pero, tras recibir un golpe en la cabeza durante el atraco, descubre, al despertarse, que no recuerda dónde ha escondido el cuadro. Cuando ni las amenazas ni la tortura física logran arrancarle respuesta alguna, el líder de la banda (Vincent Cassel) contrata a una hipnoterapeuta (Rosario Dawson) para que le ayude a recordar. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 134
Críticas ordenadas por utilidad
14 de junio de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al cineasta inglés Danny Boyle le gusta experimentar en cada nuevo proyecto que emprende. No se encasilla en un género determinado ni narra las historias de la misma manera. Desde que saltó a la fama con su inclasificable film “Trainspotting”, ha abordado la comedia en “Una historia diferente”, el terror en “28 días después”, el drama místico en “Millones”, la ciencia ficción en “Sunshine” o las pseudo biografías basadas en hechos reales en “127 horas”. Curiosamente, su mayor éxito lo logró gracias a “Slumdog Millionaire”, en mi opinión una cinta sobrevalorada que, pese a su corrección formal y a sus conmovedoras escenas, resulta de muy desagradable visión. Ahora presenta “Trance”, un largometraje que, aunque se etiqueta como “thriller”, también contiene pinceladas de comedia, de cine erótico y hasta de “gore”, sin que esa amalgama termine realmente de cuajar.
“Trance” cuenta la historia del empleado de una casa de subastas que se asocia con una banda criminal para robar un cuadro muy valioso. A consecuencia de un fuerte golpe en la cabeza, no recuerda dónde ha escondido la obra de arte pero el resto de sus compinches, que no dan crédito a su amnesia, tratan de que confiese el paradero del botín valiéndose de amenazas y torturas. Cuando finalmente comprueban que, en efecto, ha perdido la memoria, contratan a una hipnoterapeuta capaz de hurgar en su mente. A partir de ese momento, la mezcla entre realidad y sugestión enredará una trama en la que se abusa de demasiadas escenas que resultan ser sueños.
La película reúne las principales señas de identidad del cine de Boyle, como el montaje ágil y la original presentación visual. Sin embargo, ante lo rocambolesco del relato, se decanta por utilizar la vieja técnica de los giros sorprendentes de guión -algunos repetitivos y otros demasiado rebuscados-, que terminan por otorgarle un tono poco creíble. Además, la proyección tarda excesivamente en lograr la intensidad requerida en los thrillers y, tanto la presentación inicial como el propio atraco o las primeras sesiones de hipnosis, están muy lejos de alcanzar una cota de suspense que haga atractiva la historia. Ese vaivén del realizador por los diferentes estilos le impide una narración coherente y viable. Personalmente, y a pesar de mi empeño por seguir con atención la propuesta, terminé por rendirme en la escena en la que el protagonista le pega un tiro entre los ojos al jefe de la banda y éste, con media cabeza seccionada, continúa hablando. De más está decir que se trataba del enésimo sueño. En definitiva, esa pretensión de rellenar las lagunas de la acción y de los personajes con una llamativa puesta en escena da como resultado un producto fallido.
Integran el elenco los actores James McAvoy –cuyos prometedores inicios profesionales se constataron en “El último rey de Escocia” y “Expiación” pero que no han reflejado continuidad desde entonces- y Vincent Cassel –que sigue especializándose en papeles sórdidos y personalidades malvadas-. El peso erótico del argumento recae sobre su compañera de reparto Rosario Dawson, encargada de dar vida a la hipnoterapeuta.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
gerardops
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16 de junio de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Danny Boyle se lo pasa bomba contando historias. Es lo bueno que tiene: que te contagia el entusiasmo. En "Trance", el chaval está en vena (que no siempre), te agarra por el pescuezo y echa a correr, sin soltarte.

Y es que su estilo es de un simpático dinamismo, casi (que no siempre) frenético.

Van pasando los minutos. Te va la marcha de los atracos (y si son británicos, mejor). Casi estás entusiasmado con esas secuencias milimetradas, esas prisas atosigantes y esos aires de cabreo violento...

La cosa va bien hasta que Danny boy se empieza a creer que es el rey del mambo; que se mueve como nadie por donde sea y, con esa alegría que caracteriza al chaval, se nos pierde de vista cuando, sin mayores planteamientos, entra trotando por las tortuosas callejuelas del thriller psicológico, si saber qué hacer con él.

La cosa le viene grande. Se pierde por momentos y, para despistar mientras se encuentra, te enseña ranura de la Dawson (mira que es fea la condenada y, sin embargo, lo buena que está, dicho sea de paso).

En resumen: gatillazo. Otra vez será, pero se pasa un buen rato.
Polikarpov
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19 de junio de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas en las que aparece alguna escena de hipnosis suelen engañar al espectador haciéndole creer que el hipnotizador puede dominar la mente del sujeto hipnotizado. Así, por ejemplo, éste siempre pierde su propia conciencia durante el trance, deja de tener voluntad personal y, por supuesto, nunca recuerda nada de lo que ha hecho o le ha ocurrido estando en estado hipnótico.

Todos estos fenómenos son mentira y no ocurren en la realidad, como puede atestiguar cualquier persona que haya sido hipnotizada alguna vez en una sesión terapéutica o incluso en el escenario de una sala de fiestas. Más bien ocurre lo contrario, es decir, que el sujeto se siente contento de hacer voluntaria y conscientemente lo que le sugiere el hipnotizador.

Pero estas mentiras resultan muy "peliculeras" y se prestan fácilmente a que el guionista y el director inventen toda una trama más o menos ingeniosa para desarrollar y resolver cualquier otro problema del argumento. La hipnosis fílmica es una especie de truco pasajero con el fin de realzar el resto de la acción dramática.

Sin embargo en esta película "Trance", aunque también miente y presenta unos fenómenos hipnóticos ficticios, mantiene durante todo el metraje el leitmotiv del hipnotizador que domina las mentes de todos los demás. Esta falsa hipnosis no es filmada como un truco argumental, sino como constitutiva del propio argumento.

Por otra parte hay que reseñar que, entre las técnicas hipnóticas presentadas, se mezclan otros muchos elementos psicológicos sacados gratuitamente del psicoanálisis y de fantasías oníricas. Además, todo ello es batido en una coctelera mediante diversos flash-back, giros de guión y situaciones extremas que sólo pretenden epatar al sufrido espectador.

En definitiva, se trata de una película que entretiene en general, pero en la que el espectador termina perdiéndose entre tanto lío y, a ratos, también aburriéndose.
Espectador ingenuo
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8 de julio de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
113 minutos donde lo más profundo de mi ser se despierta para desear la misma sensación de los personajes. Sin saber y sin pretensión alguna , deje que anoche mi mano se dejara llevar por un “clic”, dejando mis ojos postrados desde ese instante ante “TRANCE” , un titulo que llamo mi atención, quizás porque durante estos días el protagonista de mi vida ha sido el inconsciente.

Ahora, después de vista, hallo relación con las otras películas que ha dirigido Danny Boyle , como “127 horas” “trainspotting” o “slumdogmillionaire”, selección de mis películas favoritas donde la batalla contra el tiempo está presente, un recorrido por experiencias cogidos de la mano afanosa de nuevas irrealidades, ansiedades del cuerpo, impulsos naturales, patologías de personalidades adictivas , dejando emerger la más grande : el vicio a vivir en el aquí y en el ahora.

Me pregunto si tendremos la capacidad de olvidar , si podemos ser consciente de aquel fenómeno natural que responde al clímax del dolor… aquel tema, aquella palabra que lo encierra todo me perturba , la encuentro en conversaciones con amigos e incluso en un dialogo retrospectivo. Me cuestionaba si ha de ser la mejor manera para seguir viviendo o si olvidar, por el contrario es estar muerto, ya que estamos borrando todo aquel elemento que nos construye como personas. Ambas posiciones fueron las que se encontraron en un dialogo mientras aquel film marchaba ante mis ojos.

A pesar que es una película que le apunta a un público general , que maneja un dialogo visual común , combinado con un poco de acción y de psicoanálisis, lo más interesante , fue que me permitió replantearme la idea del olvido, incluso llegar a pensar que somos producto de constantes terapias del sistema. Abandonamos nuestra mente y cuerpo, dejándonos llevar por los impulsos visuales o carnales de esta realidad. Perdemos la levedad del espíritu frente a la densidad corpórea de los deseos. Nos dejamos llevar sin ser consientes de ello. Solo resta preguntarse si en realidad se quiere olvidar, si se quiere empezar desde cero , o si por el contrario se sigue creciendo en espíritu y se utiliza el trance como herramienta para elevar la conciencia en un estado inconsciente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
igorkronfuz
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8 de agosto de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es tarde, mañana voy a tener un sueño del demonio en el trabajo por decidirme a ver la última de Danny Boyle. Y además me pongo a escribir una crítica. ¿Qué soy? ¿Masoca?
Nociones de cine:
- Una película es la representación audiovisual de un guión. Por tanto, lo primero es escribir uno. Cuando éste esté terminado, necesitas contratar a todo un equipo: director, artistas de la fotografía, músicos, actores, etc, que aportaran su talento para que la historia, escrita en unos papeles, sea lo más efectiva al llegar a los ojos, oídos y cerebro del espectador.
En este caso se han saltado el primer paso. Nos llegan unas escenas bien labradas y aderezadas, unos actores eficaces, una sublime musa del erotismo (tetas/boca/ojos/culo puestos al servicio de nuestra líbido) pero no hay una mente pensante que articule todo eso para que tenga un sentido. El resultado, una absurda sucesión de necedades en la que todos los personajes son retrasados mentales y toman al espectador por imbécil.
Danny, ¿eres imbécil? Al terminar de ver tu peli, ¿no ves que es un truño? Muuuucho antes, cuando te pasaron el guión, ¿no viste que era un truño? ¿a que aspiras, joder?
Yo no soy director de cine, ni aspiro a serlo, pero chico, reconozco un truño cuando lo tengo delante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
gordan
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