Búsqueda implacable 2

Parecía ser una secuela más que entretenida, pero a duras penas logra sostener el entretenimiento matizado por la tensión a la que se ven subyugados sus personajes. A la hora de definir las cartas, los personajes, todos, se quiebran, se deshacen como si hubieran sido hechos de azúcar.
Con una primera media hora marcada por la psicorigidez del personaje que interpreta Liam Neeson, pero de la mano con ella, del éxito del pensamiento racional, el film logra hacer erizar la piel. Luego empieza un lento descenso del que no acabará de reponerse; al contrario, se va a cerrar de un modo un tanto tosco con un villano que tampoco acaba de creerse que todo haya ocurrido así.

Luego del éxito e inesperada cantidad de fanáticos que dejó la primera parte con Liam Neeson repartiendo golpes por los bajos fondos, el personaje de Bryan Mills regresa aunque cambia de locación y se va a la exótica Estambul.

La película tiene el sello de Luc Besson en la producción y gestión de cada secuencia, donde la dirección de Olivier Megaton -aun sin saber de su autoria- se hace notar por similitudes con “La Colombiana” o la saga “Transporter” donde también ha intervenido.

Tras el éxito y consolidación de Neeson como baluarte de acción en “Taken” (2008), posteriormente en “Desconocido” (Unknown – 2011) lo intrincado de la trama dejó un sinsabor en los seguidores del actor que nuevamente dando vueltas por Europa, en esa pasada no logró satisfacer las expectativas. Al margen, señalar que el 2009 con la muerte de su esposa, Liam Neeson sufrió un duro golpe personal que se reflejó en su carrera en el cine.

Ahora, con dichos antecedentes, se nota más robusto (incluso cansado) al actor en la secuela de ‘Taken’ y no es casualidad. Él mismo ha confesado que no es el mismo de antes y aunque el guión intenta darle más respiro -a costo de la atención del espectador- no cabe duda que el resultado es un film más lento. Incluso la película no es extensa (una hora y media) pero se hace algo larga porque extravía el rumbo, sólo con el norte de Neeson haciendo justicia por mano propia.

Tal como en la precuela o en otras como “Django” de Tarantino, la gente ama la honestidad de un personaje encarnando una suerte de violencia injustificada. Nos cansamos de la moralidad insulsa de los defensores de la ley rudos pero que inexplicablemente cometen ingenuidades imperdonables por respetar su incuestionable moral. Tal como el contrapeso del villano imbécil que cuenta los planes o exagera el dialogo antes de una ejecución, basta, no más de aquello. Eso atrapó al público en la uno; violencia, clase, protocolar pero también implacable. Lamentablemente, los ecos en esta ocasión no son lo suficientemente compactos.

En la comparación inevitable “Taken 2″ queda al debe. Su predecesora fue más directa menos pretenciosa, ambiciosa y por ende más rápida y explosiva. En esta ocasión las consabidas habilidades del protagonista terminan evocando más a MacGyver que a sí mismo hace unos años.

Para ser justos, Estambul (múltiple locación de intrigas) luce como se espera y por otra parte se agradece también el esfuerzo por reunir personajes de la primera película, algo que no siempre se logra. Aún así, sólo regular.

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Conclusión:
En deuda. Sólo acrecienta la fama de su predecesora, que aparece más inigualable.

Debido al inesperado (y merecido) éxito que supuso la primera parte, nos llega esta secuela con el clásico objetivo de estirar el chicle.

La película se esfuerza en todo momento por superar en espectacularidad a la original, cosa que no consigue en ningún momento; ya que si por algo se caracterizaba aquélla era por su falta de pretensiones y porque, aun siendo una película de acción al uso, resultaba fresca y divertida. Esta segunda parte peca de todo lo contrario, la falta de ideas está latente en todo momento y los momentos inverosímiles se multiplican, teniendo la sensación continua de ser un "quiero y no puedo".

Esta película es tan mala que no debería ni merecer críticas. Lo mejor sería la indiferencia pura y dura. Si la primera ya era deficiente, Taken 2 supera su maldad y, encima, se toma en serio. Ir matando a mansalva por ahí parece algo divertido, incluso reconfortante, y la forma en que Liam Neeson (vaya carrerón el del chaval) va exterminando enemigos en su búsqueda incansable de ex esposa (pobre Famke Janssen: esos morros merecían mejor suerte) e hija da la impresión de sugerir que la suya es una buena profesión. Entre diversas insensateces y algarabías, tomad nota de la llegada de los fugitivos a la embajada USA en Estambul. Es de llorar... de risa. Espero que no vengan más venganzas y que el intrépido agente de la CIA se quede en casa haciendo calceta, o algo por el estilo. Claro que todo lo que toca Besson lo convierte en oro. Los beneficios de este bodrio triplicaron lo invertido en su presupuesto. Así nos luce el pelo.

Cumple a la perfección el objetivo de toda secuela, y concretamente el de la secuela de una película de la talla como "Venganza". Volvemos a contar con Liam Neeson que se proclama como uno de los modernos y realmente buenos héroes de acción reinventándose muy originalmente. También vuelven Famke Janssen y Maggie Grace que, en esta secuela, tienen un claro mayor desarrollo de que la anterior destacando a una espectacular Maggie Grace que mantiene el tipo y ayuda a Liam a levantar la película, con su propia trama. El argumento... depende desde el punto de vista desde el que lo miremos. Si lo hacemos como película independiente podemos ver que hay un buen trabajo y te entretiene, pero si lo comparamos con la primera... se queda abajo. Esta película es más ir a saco, a zurrar, con unas peleas espectacularmente coreografiadas.