Imaginando Argentina

Miré esta película porque quería tener otra visión del proceso militar desde afuera. Tenía expectativas por ver a Antonio Banderas y a Emma Thompson juntos en un relato sobre la cruel dictadura argentina. Pero me encontré con un film simple y que aborda el tema superficialmente. Destaco la actuación de Emma en algunas escenas clave, pero Banderas no es para nada creíble, en realidad el guión es poco creíble. El director no se en que estaba pensando. Desaprovechó un tema importante y también a los actores que hacen lo que pueden.

Después de ver la película, disiento con las críticas que leí sobre la misma. El tema por si solo ya es demasiado terrible, descarnado e incomprensible como para tener más explicitud, como argentina lo agradezco, de otra manera me hubiera sido imposible mirarla. No me pareció que el tema fuera "light", sino una manera diferente de tratarlo y , sí ... puede ser que parezca ciencia ficción, pero la realidad también fue increíble y sin sentido.

Carlos Rueda (Antonio Banderas), director de un grupo de teatro infantil, tiene un don de clarividencia que no se le había desarrollado hasta que su esposa Cecilia (Emma Thompson) fue detenida o desaparecida por la dictadura militar en Argentina (1976-1983). Ahora Carlos utilizara todos los medios que tiene a la mano, incluyendo el don de clarividencia, para encontrar a su esposa secuestrada, pero sus misteriosos poderes paranormales le traerán problemas.

Este es un film de corte fantástico, pero enmarcado en el trasfondo histórico de la dictadura militar Argentina. Durante esa época más de 300,000 mil argentinos fueron desaparecidos, de la totalidad el 1.6% eran periodistas y el 1.3% eran miembros del teatro, como los personajes de Cecilia y Carlos Rueda. ¡Esto no fue una imaginación!

La técnica de desaparición fue la fórmula más siniestra de la dictadura militar de aquella época, el individuo era secuestrado por un comando paramilitar, quedando a merced de sus captores. La posterior desaparición de los secuestrados era arrojándolos al Río de la Plata desde aviones o helicópteros militares o fusilamientos y ocultamiento de cadáveres en fosas comunes sin ningún tipo de identificación.

El film cuenta con grandes actores internacionales, el español Antonio Banderas (“The Mask of Zorro”-1998), la británica Emma Thompson (“Sense and Sensibility”-1995), el panameño Rubén Blades (“Once Upon a Time in Mexico”-2003), el mexicano Kuno Becker (“Goal! The Dream Begins”-2005), que demostraron conocer muy bien a sus personajes. La película tuvo un presupuesto de $11 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $309 mil, además recibió una nominación al “Venice Film Festival” para su director y guionista Christopher Hampton.

Obra fantástica que se entreteje en la urdimbre de la dictadura argentina y que sublima las fuerzas que emanan de una mente y un corazón sensibles como son la imaginación y el amor. Pero no apta para cinecarroñeros obesos, privados de toda capacidad de asombro, consumidores de cine palomero que luego lo expelen en flatulencias verbales a las cuales llaman “críticas”.

Esta “Imaginación” del director Christopher Hampton en realidad proviene de Lawrence Thornton, plasmada en su novela “Imagining Argentina”. La historia se desarrolla en 1976, cuando los esbirros del gobierno secuestraban a protestatarios y personas sospechosas de disidencia política, quienes desaparecían sin dejar rastro más que en los seños fruncidos y perversos de los militares en turno. El argumento, con un buen ritmo de suspenso, gira en torno al maestro de teatro Carlos Rueda, su esposa Cecilia y su hija Teresa. Cierto día aciago, Cecilia es raptada por los susodichos pistoleros, Carlos comienza a buscarla y al entrar en contacto con otras personas, cuyos familiares también han desaparecidos, se desata en él un don hasta entonces escondido. Carlos usará esta capacidad para ayudar a esas infelices personas, aunque él mismo se siente impotente al no poderlo aplicar para encontrar a su propia esposa.

“Imaginando Argentina” es una hermosa parábola de cómo los desposeídos se enfrentan a una tiranía, pero amparados únicamente por la fuerza de su espíritu. Batalla atroz en la cual los asesinos a sueldo y con credenciales del gobierno actúan como seres sub-humanos, como íncubos procedentes de los más oscuros antros del averno, que violan, torturan y asesinan, y a los cuales sólo los “santos populares”, investidos con el poder de la fe, el amor y la imaginación pueden enfrentar. Pues es precisamente cuando los hombres se hacen solidarios en el sufrimiento, cuando sus fuerzas se potencian y son capaces de desafiar los sistemas más inicuos y despertar los espíritus de los oprimidos brindándoles esperanza y poder para superar su inmenso dolor.

Por el lado artístico, “Imaginando Argentina” nos regala buenas actuaciones de parte de Antonio Banderas, Emma Thompson y Rubén Blades; y, siguiendo las huellas trazadas por esa otra onírica película “La casa de los espíritus”, se proyecta como un buen ejemplo de lo que es usar creativamente la imaginación.

Esta película no se puede cojer por ningún lado, nos muestra el drama de la dictadura Argentina pero de la manera mas tonta que hay, mezcla la velocidad con el tocino, presumiblemente nos quiere enternecer y recordar todas las barbaridades que se cometieron, pero de una forma indigna.
Antonio Banderas es de lo peor que hay, menos mal que se fué para no degradar más al cine español, ahora nuestro cine tiene más calidad.