Echo (Ekko)

Interesante film danés, que compone un gran drama para un padre que desea estar el máximo de tiempo posible junto a su hijo, quien vive con su madre tras su superación
Este argumento, de por sí, no puede ser más convencional, habiéndose tocado antes en el cine en numerosas ocasiones. Sin embargo, Anders Morgenthaler, su director, narra la película como si fuera, por que así es también, un film de intriga con elementos de thriller.
Y lo hace demostrando competencia, ya que logra que el espectador no le pierda la cara al argumento, aunque este se revuelva contra la lógica en alguna ocasión y dé en ocasiones más vueltas de las que hubiera sido preferible.
Así y todo, resulta entretenida y gracias a un buen ritmo y un montaje fibroso, gusta en todo momento, deseando saber cómo finalizará todo. Un final creíble, muy verosímil, que huye de grandilocuencias y mayores estridencias.
Claro, que para llegar a ello, hay que haber visto alguna escena del pasado, presente, y lo que bien podría ser el futuro, de un padre que, por mor de fantasmas del pasado, en la figura de su duro padre, que se le aparecen en los momentos menos oportunos, llegando a nublar su capacidad de discernimiento. Son escenas vistas muy rápido aunque comprensibles, que nos acercan al pensamiento de un ser atormentado que parece volverá a cometer los errores de su padre en la figura del hijo. Llegar a saber si finalmente lo hará o los vencerá, es lo principal, en un film que contiene una buena puesta en escena y una preciosa fotografía que muestra el bello y algo inhóspito paisaje donde se desarrolla la acción.
Una película que puede no llegue a estrenarse en las salas comerciales españolas, pero que está bien, es honesta y digna.