Chatroom

William crea una sala de chat y en un corto espacio de tiempo se le unen cuatro personas más, Eva, Jim, Emily y Mo. Todos ellos tienen en común ser unos desgraciados en la vida real. William odia a su madre, una escritora de éxito porqué cree que su hermano, en el qué su madre se basa para escribir sus libros, es lo más importante para ella, Eva se siente ridiculizada por una amiga suya modelo por no dar la talla para serlo ella, Jim toma antidepresivos para superar el abandono de su padre, Emily está harta de vivir bajo las apariencias como hace su madre y Mo, de 17 años, se siente atraído por la hermana de 11 años de su mejor amigo.

Todo esto podría plasmarse en la pantalla como un drama lacrimógeno y a nadie le sorprendería, pero Nakata opta por envolverlo bajo una apariencia de thriller psicológico, (al estilo de la belga Ben X) una historia de manipulaciones para canalizar los propios deseos a través de otras personas, ocultar la debilidad de uno mismo y usarla para intentar parecer fuerte. Todo ello, claro está bajo el anonimato de internet, pero el problema es qué cada acción tiene su reacción y lo qué sucede en el ciberespacio acaba trasladándose a la vida real.

Sea como sea, Chatroom es una película muy digna que te deja con un nudo en el estómago hasta el final, quizás demasiado abrupto pero en cualquier caso interesante, y qué deja el listón alto en las historias que tienen como uno de sus temas centrales internet. Una de sus mayores bazas es el crear esa especie de hotel con sus habitaciones representando al ciberespacio y a las salas de chat donde se encuentran millones de almas, herencia supongo de la obra de teatro en la que se basa.

Nuestro protagonista, el chico malo que ha intentado suicidarse miles de veces sin éxito, crea esta sala de chat donde conocerá a un chico que le recordará a él. Tímido, abandonado y con instintos suicidas. Nuestro amigo William se encargará de desatar esos instintos. Otros "Chelsea Tees" también se verán envueltos en su trampa.

La película como curiosidad está muy bien. No innova en el guión, pero sí en las formas. Los actores, están que "ni fu ni fa", quizá Matthew Beard sobresalga un poco del resto, pero como se pasa la peli lloriqueando pues...

¿Dónde está el problema? Pues en que se hace larguísima -a mi por lo menos- ¡y solo dura hora y media! A los 15 minutos ya te hueles lo que va a pasar y sólo quieres que pase ya.

No es mala del todo. Tiene su punto. Pero desde luego no pasará a la historia del cine. De aquí a un par de años nadie sabrá que alguna vez existió.

Nakata evoluciona con el paso del tiempo sin dejar de bordear un terror extraño marcado temáticamente por la idea del suicidio. En este caso no hay caballos que se arrojan al vacío ni moscas que contagien las pantallas, no hay mujeres de larga cabellera cepillada frente a un espejo ni maldiciones atávicas reinventadas. Chatroom aterroriza desde una plasticidad absolutamente maravillosa donde internet es un abarrotado prostíbulo repintado en azul chillón y amarillo donde adolescentes con vidas normales reinventan sus traumas y se lanzan, ellos sí, al vacío de lo desconocido. Cinco chicos comparten sala de chat y sus temores, sus frustraciones y sus grises destinos salen a flote.
Estética decididamente impresionante e impactante, interpretaciones solventes y un final un pelín desubicador componen este puzle que el director relata brillantemente sin dejar ni una sola pieza sin colocar.
Tendrá los mismos detractores que admiradores pero nuevamente vuelve a convertirse en el director moderno que siempre ha sido, esta vez con presupuesto británico. A la espera de su tercera entrega de Ring, abandonada ya la estética japonesa en la que destacaba, Chatroom es hasta el momento su trabajo más personal, destacable y memorable.
Recomendable no, IMPRESCINDIBLE.
Lo mejor: Su estética, GENIAL. Los actores están sencillamente perfectos. Los insertos animados, en especial "La peste negra según Ripley". Su poderosísima banda sonora.
Lo peor: Se debate entre géneros. Podría ser una peli de terror al uso. Pero no sé si eso es un defecto. Porque genera un debate interno que es lo que más aterroriza.

De entrada, este filme se presenta con un argumento original y prometedor, con un planteamiento visual atrevido que salta entre el mundo real y el virtual y con unos arquetipicos personajes lo suficientemente correctos para su cometido.

Pero una vez planteado el concepto, la película se estanca desarrollándose a trompicones y de manera forzada y perdiendo no solo la buena promesa del principio, sino haciéndonos perder a los espectadores, todas las ganas de verla y aguantar hasta el final.

Personajes predecibles, historia rebuscada, interpretaciones superficiales y nada memorable para destacarla ni recomendarla.

Lo que destaco de la película es la originalidad. La agradecí y escribí la crítica porque no es una simple copia de otras que ya se me hacen repetitivas. Sí, tiene sus similares, como todo, pero no es una calcomanía.
En primer lugar, no la clasificó de thriller, aquí no hay nada oculto y la clasificación de drama engloba a todo género que no sea un mundo feliz de cuento. Es una versión de un mundo virtual, intangible y con carácter impersonal llevado a la pantalla para desarrollar la trama y me gustaron los recursos que usaron. Es decir, ponen a personajes hablando en una sala y en verdad ni hay sala ni se ven, pero te conecta como una forma de entenderse y comunicarse los personajes entre ellos.
Sin embargo, a William le falta ese carisma que la sinopsis habla, es un personaje plano como una tabla, y no te cala fondo, al igual que el resto de sus personajes que flojean bastante. Conclusión: es una buena idea con carencias en el guión y un mejor desarrollo de la trama. La recomiendo si quieres ver algo curioso, pero no te sobrecogerá en tu asiento.