Corazón de campeón

Telefilm canadiense centrado en el mundo del boxeo y que ha quedado olvidado para el gran público a tenor de sus 45 votos y su única crítica. No deja de ser un mero telefilm de factura pobre y de serie B, pero tiene un "algo" hermoso que a cualquiera que le guste las historias de superación personal en el mundillo del boxeo le gustará. No es apta para aquellas mentes sesudas que crean qué el boxeo es un deporte de bárbaros. Es una historia entretenida, algo rutinaria, pero te puede subir tu estado anímico como el que se entera que la vecina guapa y rubia de enfrente se fija en él para que le ordeñe las ubres. Destacaría a un maduro, pero no por ello alejado de una buen factura fílmica, Rod Steiger. La actitud de la mayoría de los personajes te harán creer que la vida es maravillosa durante los 85 minutos que dura la cinta y te puede llegar a emocionar en algún momento que otro. Hay partes, de todas formas, que se veían venir desde el inicio, y sí que tiene algún personaje muy estereotipado.

"Cuando el arbitro levantó mi mano fue algo alucinante"

Y es qué cuando uno es un niño tiene muchos sueños y son pocos los que lo consiguen. Aunque eso no quiere decir que desistas de tus sueños. Yo no lo haré jamás y Jimmy (el niño prota del telefilm) tampoco.

La verdad, comencé a ver la película sin esperarme nada... y, ¿Saben que fue lo que me encontré? NADA.

Película mala y llena de todos los tópicos habidos y por haber en la historia de las pelis de adolescentes y algún deporte.

No malgastaré una tecla más en comentar esta porquería prescindible cuyo único aspecto positivo es que hay un actor que se llama Mark Camacho. Sí, apellido de un gran entrenador que, si no llega a ser por un maldito egipcio (el Gandhour), un holandés corrupto (Hiddink) y un español con pata de palo (Raúl) hubiera dado un mundial a España.