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¿Te acuerdas de Dolly Bell?

Drama Años 60. En los suburbios de Sarajevo vive Dino, un adolescente rockero de 16 años criado en una familia autoritaria encabezada por un padre tiránico. Dino se mueve entre dos mundos antagónicos: la fascinación por la música y las modas occidentales y la rigidez inmutable de la vida en Yugoslavia. El chico busca la libertad en la vida marginal de las calles, y un día tiene que esconder a Dolly Bell, una prostituta de la que se enamora. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
6 de julio de 2007
47 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
La sala esta llena de fotógrafos y admiradores. Hay muchos globos rojos y negros, una banda de música toca un tema muy animado. Por supuesto que también hay guardaespaldas que no dejan de recibir instrucciones por sus graciosos pinganillos.

Entonces se abre una puerta y salgo yo. Flashes y aplausos por todas partes. Cojo el micrófono y me dirijo a toda la sala.

-Quiero deciros que por fin hemos conseguido ver “Te acuerdas de Dolly Bell”. (éxtasis general. Una colegiala que llevaba una pancarta con “Quiero un hijo tuyo” se desmaya). -Han sido muchos años de lucha por reivindicar nuestro derecho a poder ver la primera peli de Kusturica. Muchos años de visitas a video clubs, muchos años de ir a la filmoteca, de rogar a nuestros amigos, de rezar por si alguna vez la ponían por la tele. Y hasta ahora siempre fracasamos. ¡Hasta ahora! (los chicos de la primera fila tratan de llegar al escenario, más desmayos, un espía de la SGAE esta algo nervioso).
-Pudimos ver todas sus otras películas, pero siempre chocábamos con la sociedad. En nuestra desesperación, llegamos a recurrir a métodos pocos legales, pero desgraciadamente cuando encontramos la peli, no conseguíamos los subtítulos, y cuando estos llegaron, estaban desfasados y en checo. Todo estaba en contra nuestra, pero por fin hemos podido ver “Te acuerdas de Dolly Bell”.

Alboroto general. Muchos aplauden mis valientes palabras, pero un reducido grupo con pancartas de Nixon me llaman comunista. Una chica invoca a Dios para que me perdone. El espía de la SGAE ha desaparecido. La gente empieza a romper el cordón de seguridad de los guardaespaldas, subiendo al escenario. Un chico trata de pegarme, pero se lo impiden.

Salgo por la puerta, rodeado de guardaespaldas, mi asesor me dice que ganamos las elecciones con más del 60% de los votos. Todo es un grandioso caos. Yo no dejo de sonreír y saludar. Suena un disparo. Caiga al suelo y parte de mi cerebro también.

Pánico general. Todo el mundo corre y llora. Todos menos un espía de la SGAE subida en un edificio que sonríe. Nadie ve “Te acuerdas de Dolly Bell”; piensa.
The_End
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28 de agosto de 2007
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Te acuerdas de Dolly Bell?" muestra desde el principio las características clave del cine de Kusturica, aunque quizá menos acentuadas de lo que puede verse en sus peliculas posteriores, en la que los personajes son más caricaturescos y tienden a la exageración.
En este caso nos encontramos ante una historia del paso a la madurez de un joven adolescente. En el se encuentran personificados los miedos y sueños propios de su edad, y los personajes que le rodean crean una atmósfera confusa para él, que intenta descubrir los entresijos de la vida adulta. Kusturica hace que todo ello esté inmerso en música y cultura popular, le rodea de una ambientación lograda e interesante, y su trabajo tras la cámara no hace más que presagiar un futuro prometedor. Sin embargo ciertas partes del guión, que pueden resultar más pesadas, y una actuación demasiado fría de los personajes hacen que el film no se dibuje completamente. Esos espacios entre escenas, esas frases intermedias y esas escenas de transición, además de la conexión entre varias historias, son figuras que el director conoce perfectamente en sus últimas obras. A pesar de ello "Te acuerdas de Dolly Bell?" entretiene y deja un buen sabor de boca, más sabiendo a lo que Kusturica ha llegado en el mundo del cine.
Percebeiro
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15 de agosto de 2008
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la antigua Yugoslavia anterior al desmembramiento, en una comunidad sacudida por las constantes tensiones separatistas, el régimen socialista muestra sus lacras endémicas en este drama social y popular de Kusturica. El régimen de Tito que acaba de concluir, la fuerte crisis económica, las ebulliciones de una población heterogénea, las inquietudes ideológicas del comunismo y el marxismo, la pobreza y la delincuencia en Sarajevo, la juventud de esas calles desamparadas que se echa a perder en la sordidez de la desprotección, de la corrupción y de la codicia sin escrúpulos.
Pero unos cuantos con sentido del compromiso social intentan hacer algo por ofrecer algún sueño a los jóvenes, algo que les proporcione alguna ilusión, un lugar en el que reunirse de forma sana y agradable. Para ello, idean constituir una banda de música folk y rock’n’roll escogiendo a jóvenes dispuestos a integrarla, y elegir un local donde organizar los conciertos.
Entre estos jóvenes están Dino y sus amigos de diversas edades, algunos de ellos niños aún. Todos viven en un ambiente problemático y deprimente. Dino procede de una familia numerosa que habita en una humilde, reducida y desvencijada vivienda a la espera de que el Estado les conceda una nueva casa. El padre es alcohólico y en el hogar se respira ese aire indefinible de tristeza por los sueños perdidos, de la dureza de una vida difícil, pero también de ternura paterno y materno-filial, y de vacilantes esperanzas.
Dino es un chico dulce y soñador, y le apasionan las teorías sobre la hipnosis y la autosugestión como forma de crecer como persona y contribuir a crear un mundo mejor.
El chico se desenvuelve en un entorno sórdido y áspero, acechado por los vicios y las tentaciones de una juventud desatendida y desocupada que vaga por los suburbios, despertando a la sensualidad, a las desilusiones, a la piedad, a la impotencia de no poder hacer casi nada contra la degradación ajena. Despertando a su propia personalidad en formación, observando el mundo hosco que le rodea y siendo capaz de seguir albergando visiones de un futuro más llevadero. Dino avanza a tientas conservando su dulzura y su integridad, arropado por el resistente amor de una familia en apuros que le da calor de hogar, y por la amistad de unos chicos abandonados a su suerte pero que tienen mucho que ofrecer.
La banda de música les dará algo en lo que creer. Los unirá en pos de un objetivo común, en el que lo menos importante es el talento.
Kusturica rueda con imágenes sobrias, caza con aplastante realismo un ambiente que se puede tocar, atrapa al vuelo pedazos de vidas que hablan del amor, del dolor, de la inmoralidad de quienes se aprovechan de la indefensión ajena, de los pequeños y grandes problemas de una sociedad convulsa, de las inquietudes de la adolescencia, del devenir de una comunidad que avanza con pasos vacilantes llevando a cuestas su pobreza, sus temores y sus pequeños destellos de ilusión.
Vivoleyendo
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13 de enero de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Argentina se le rinde una extraña clase de culto a Emir Kusturica. Existe una misteriosa conexión que se desdibuja ni bien uno intenta esbozar razones. No es excesiva la ligazón cultural entre Serbia y Argentina, más allá de la pasión compartida por el fútbol, retratada de algún modo en el documental –esclarecedor desde lo afectivo– "Maradona por Kusturica". Sin embargo, observando con atención el primer largometraje del director serbio (rodado a principios de la década del ochenta, luego de ostentar varios telefilmes en su haber) el espectador argentino comprobará que la radiografía trazada de la antigua Yugoslavia no queda tan distante del país postergado y sumido en la pobreza que fue oportunamente testimoniado y denunciado por el cine político y social local, encarnado en directores como Mario Soffici, Hugo del Carril, Lucas Demare, Fernando Birri, Pino Solanas o Leonardo Favio.

"Do You Remember Dolly Bell?" se inscribe en la tradición de películas en las
que se nos relata el traumático paso de la niñez a la adolescencia del protagonista. Dino, éste es su nombre, descubrirá los placeres carnales pero también el amor reposando en las exuberantes parábolas corporales de la mujer de profesión non sancta que se hace llamar Dolly Bell. Pero Kusturica no se queda allí, en el mero paréntesis generacional, sino que profundiza en los efectos que causa la aparición del rock n’ roll, el cine y las modas occidentales, en contraposición con la rigidez imperturbable de la vida en la Yugoslavia de Tito: el abordaje de ese fenómeno de dimensiones históricas permite que el registro ficcional adquiera un plus, un valor adicional.

Pese a que, a medida que su carrera avanzó a pasos agigantados, se lo reconoció concretamente como un deudor de Fellini, en "Do You Remember Dolly Bell?" creo hallar a un Kusturica con marcadas influencias de Renoir y su realismo poético; sin perder de vista que se trata de una crónica social con tintes autobiográficos, impera a lo largo del metraje una tenue síntesis entre lo natural y lo poético, siendo que los elementos líricos brotan de la propia realidad (de una Sarajevo gris y de calles desamparadas) y no de su manipulación por parte del director. Aunque los retazos urbanos vistos a través de los ojos de Dino están anclados en los años sesenta, y el largometraje data de 1981, no se perciben intenciones por parte de Kusturica de estetizar en demasía dicha realidad decadente; por el contrario, parece realizar denodados esfuerzos por captarla en su integralidad, de hacerla patente en pantalla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
avellanal
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17 de marzo de 2010
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es una pequeña joya, al menos en lo que se refiere al manejo de la técnica y a la introducción de unos excelentes diálogos. Se nota que han pasado treinta años desde que Kusturica compusiera este ambicioso trabajo. El dictador acababa de morir y las dudas en torno al futuro comenzaron a surgir por doquier cuando las diferentes repúblicas de la federación comenzaron a servirse de la Constitución de 1974 para impulsar sus reivindicaciones como naciones. Kusturica pertenecía al grupo de intelectuales "yugoslavos" (en los censos de la antigua Yugoslavia existía la posibilidad de declararse como tal en lugar de utilizar las viejas identidades étnicas como serbio, croata, esloveno, albanés, etc.; el año de filmación de la película un 5% de la población se declaraba yugoslava, aproximadamente un millón doscientas mil personas) comprometidos con el proyecto común que el régimen legado por Tito representaba, lo cual no les impedía ser críticos con las deficiencias del sistema y la retórica vacía de sus dirigentes.

La película, al modo del ruso Turgeniev en su novela "Padres e hijos", presenta la rotura generacional entre el padre y sus hijos. En este caso el primero representaría al régimen titista y los segundos a la juventud yugoslava abierta a las nuevas influencias procedentes de Occidente tendentes a una revisión del marxismo. Sin embargo el padre no lo soporta, ya que él es un marxista ortodoxo que no admite revisiones, lo cual sería una crítica al anquilosamiento del régimen. El corsé impuesto por éste está constriñendo a las nuevas generaciones, de hecho no hay más que ver que en la banda tocan una canción popular yugoslava después de haber tocado un famoso éxito italiano. En este sentido vemos la contradicción entre tradición y modernidad, representando Italia las esperanzas de muchos jóvenes, pero también la miseria (por ejemplo las redes de prostitución que envían muchachas sin recursos a Milán y jóvenes a delinquir, cosa que podemos ver también en "El tiempo de los gitanos"). Además es interesante constatar el papel de las mujeres dentro de la familia, donde la madre y la tía de los muchachos representarían la cultura ancestral de los pueblos yugoslavos, la barrera formada por valores como la familia y la religión que el régimen no ha sido capaz de penetrar. Hay un par de detalles interesantes: en primer lugar una conversación entre los hombres y sus mujeres en la que los primeros dicen que la familia debería ser abolida, a lo cual las segundas exclaman: "¡Dios nos libre!"; más adelante, cuando muere Maho las mujeres obligan a los muchachos a bajarlo de la cama y ponerlo en dirección a La Meca según el ritual musulmán (ellos son bosnios musulmanes, si bien el cuñado protestará: "¿Qué hacéis? Era comunista. Ya verás cuando lleguemos a casa", dice amenazando a su mujer. El régimen apadrinado por Tito se encargaba de conjurar las tensiones étnicas y nacionalistas actuando como un cabeza de familia).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
davilochi
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