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Sábado trágico

Thriller. Cine negro Tres ladrones pretenden atracar un banco en una ciudad minera de Arizona. Cuando llega la noche realizan el asalto y huyen con un rehén hasta una población donde vive una comunidad Amish. (FILMAFFINITY)
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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
21 de enero de 2009
34 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tuvo Richard Fleischer una habilidad innata para saber congeniar un argumento típicamente noir, como el atraco de un banco, con pinceladas claramente melodramáticas como es el ratrato que aquí hace de una sociedad herida y cuyos miembros se precipitan inevitablemente al fracaso. Y no solo lo hizo con este "Violent Saturday"; "The Clay Pigeon" o "Follow Me Quietly" son también claros ejemplos.

Basada en la novela de William L. Heath, de la que se respetan todos los personajes, la acción se situa en un pueblecito minero de Arizona donde llegan tres atracadores para asaltar el banco del pueblo. Paralelamente a los preparativos del atraco Richard Fleisher nos presenta con una gran habilidad a los habitantes de Basdenville: Shelley Martin (Victor Mature) y Boyd Fairchild (Richard Egan) dos propietarios de una mina de cobre. Su éxito profesional oculta dos grandes tragedias. Mientras Boyd tiene que lidiar con un matrimonio infeliz y las múltiples infidelidades de su mujer, Shelley se encuentra con la incomprensión de su hijo pequeño que descubre desilusionado como su padre fue un desertor de guerra. También está Harry Reeves (Tommy Noonan) un banquero que persigue obsesivamente a la bonita enfermera Sylvia Sidney (Elsie Braden) quien también se cruzará en la vida de Boyd. Completan este escenario una familia Amish que sin quererlo entrará a formar parte definitiva del desarrollo y desenlace del atraco.

La maravillosa puesta en escena de todo este cuadro es sin duda lo mejor de la película. Tras un desarrollo inical lento pero sólido sustentado en los excelentes trabajos realizados por prácticamente todos los actores ,gran reparto por cierto (señalar también la aparición de Lee Marvin en uno de esos papeles para los que nació), la última media hora adquiere un ritmo frenético y es en este tramo donde el director saca lo mejor de sí mismo para redondear una historia y regalar al espectador un desenlace primoroso otorgando a cada uno de los protagonitas su justo lugar y su justa medida. Así pues, nuevo acercamiento de Fleisher a esta especie de obra de serie B de complicado encuadre pero que sin duda dominó como otros muy pocos lo hicieron. Totalmente recomendable.
Alfie
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6 de septiembre de 2010
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
El primer conocimiento que tuve de esta película fue a través de las palabras de J.L. Garci en el programa de "Que grande es es el cine" (del que se pueden visionar fragmentos en los vídeos de Internet).
Garci, hacia una argumentación a modo de introducción sobre "La jungla de asfalto", y dentro de las grandes películas sobre atracos hablaba muy gratamente de "Sábado trágico", entre otras. Estas palabras fueron las que me animaron a visionar este meritorio trabajo de Richard Fleischer, sobre el que no tenia ninguna reseña anterior.
La historia no solo se centra en un trio de forajidos que acuden a una pequeña ciudad de Arizona con el fin de desvalijar el banco de la ciudad; sino en unas cuantas historias paralelas de los lugareños de este tranquilo lugar.
Entre ellas encontramos a una familia de la comunidad amish donde el patriarca (insólito papel interpretado por Ernest Borgine un actor que siempre aparecía entre los villanos) se debate entre el dilema de la no violencia. Un padre (Victor Nature) que intenta comprender a su hijo, ya que este le cree un cobarde por no combatir en el frente. El director del banco, un extraño personaje que mientras pasea a su perrito se dedica a expiar a una chica mientras se desviste. Un marido que intente recuperar el amor de su dubitativa esposa.
Todas estas historias y alguna más confluyen en un fin de semana donde el centro de la tensión argumental se centra en el atraco a la entidad bancaria.
La cinta suma drama y cine negro con notable éxito, en un meritorio trabajo que disecciona a la perfección la apocada sociedad Americana de la época.
No es equiparable en cuanto a calidad a "La jungla de asfalto" o "Atraco perfecto", pero es una cinta que raya a gran altura, y te pega a la butaca sin remisión durante hora y media. Recomendable con un siete alto.
Walter Neff
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29 de mayo de 2011
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprende esta "Violent Saturday" al espectador incauto que cree, tras el arranque inicial, que va a asistir a un nuevo ejercicio fílmico centrado en el atraco a un banco, en este caso situado en una ciudad mediana y minera. Y es que pronto advertimos que Fleischer amplía el foco de sus intereses, centrándose en los pequeños o mayores dramas de algunos ciudadanos notables de dicha ciudad; así, somos testigos -al igual que los atracadores, cuyas pesquisas previas al asalto sirven para conectar con estas historias y personajes paralelos- de problemas conyugales y económicos, de incomprensiones paterno-filiales, e incluso de costumbres poco decorosas como el voyeurismo.

Esta complejidad argumental es poco común en filmes dél género de robos, ya que estos suelen centrarse en el acto criminal, de por sí lo bastante atractivo y absorbente como para andarse con inquietudes sociológicas. En todo caso, los dos polos argumentales de la película discurren paralelamente, y es el engarce entre ambos el mayor logro del director, que mediante una hábil puesta en escena consigue que unos personajes nos lleven a otros, y que una situación relacionada con el atraco sirva para introducir un aspecto dramático más. Podría parecer que al realizador le aburría la historia del robo y que ha querido enriquecerla analizando las miserias de los ciudadanos del lugar, pero el desenlace de la película, en el que los referidos polos argumentales confluyen, resolviéndose mutuamente, desmienten tal posibilidad.

De hecho es el atraco, y las circunstancias que de él se derivan, lo que paradojicamente va a poner punto final a los pequeños dramas individuales o de pareja antes desarrollados, y que hasta ese momento final permanecen ocultos o irresueltos, pintando así una sociedad marcada por cierta hipocresía y por las apariencias.

Con un excelente reparto, que incluye estrellas pasadas (Sylvia Sydney), presentes (Mature, Borgnine) y emergentes (Lee Marvin), y un guión notable, que dibuja perfectamente a los personajes (ciertamente variados, incluyendo a una familia Amish), la realización encuentra sus mejores momentos en los planos o secuencias en los que confluyen las diversas tramas de la película, francamente bien resueltos. Pese a su forzada conclusión (todo resulta en ella "demasiado oportuno"), un filme distinto y recomendable.
Quatermain80
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20 de febrero de 2014
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sábado trágico es una mezcla de melodrama y filme negro (aunque en color y cinemascope, como Chicago, años treinta, que rodaría Nicholas Ray en 1958). Su director, Richard Fleischer, no ha gozado hasta fechas recientes de un gran reconocimiento crítico (por su dispersión genérica, y la discutible calidad de la materia prima de la mayor parte de sus películas), pero su talento como creador de imágenes se revela aquí comparable al de sus mejores coetáneos: Anthony Mann, Sam Fuller, Otto Preminger, Vincente Minnelli, Jacques Tourneur, o el propio Nicholas Ray.

La primera mitad de Sábado trágico describe con ejemplar capacidad de observación y síntesis los conflictos y los secretos de varios personajes de una oscura ciudad minera del oeste, como si fueran las piezas de una partida de ajedrez; en ella, el rey, aunque con pies de barro, es el hijo del propietario de la mina, interpretado por Richard Egan, cuya inseguridad y alcoholismo (que evoca la del personaje de Robert Stack en Escrito sobre el viento de Douglas Sirk, película un año posterior) procede en este caso de la infidelidad de su mujer.

Victor Mature es, evidentemente, la torre: en su estilo hercúleo de tenor de la vieja escuela, deja aquí la mejor interpretación que le recuerdo, como el gerente de la mina que vive con el remordimiento de haber rehuido la guerra con la excusa de su trabajo: un remordimiento que se encarna en la crisis de su hijo de 12 años (al que interpreta, por cierto, Billy Chapin: el niño de La noche del cazador de Charles Laughton, también de 1955). Una figura en cierto modo paralela es la del amish interpretado por Ernst Borgnine: el único personaje sin conflicto al que, sin embargo, y de improviso, las circunstancias obligarán a cuestionar su posición de pasividad.

Fiel reflejo de su época, esta es una película esencialmente masculina, que explora esa inseguridad viril que cristaliza en la necesidad de actuar, de comportarse heroicamente. Otros peones completan la trama: una bibliotecaria en apuros económicos interpretada por una envejecida Sylvia Sydney (la que fuera protagonista de Furia y Sólo se vive una vez de Fritz Lang), o el ridículo y mezquino director del banco local (Tommy Noonan).

El reverso de la trama lo integra un grupo de tres gangsters, perfectamente caracterizados, que llegan a la ciudad para atracar ese banco: entre ellos figura el interpretado por un joven Lee Marvin, convincente a más no poder, que también tiene en su pasado una mujer infiel. Los manejos de estos se entretejen con los enredos de los locales, hasta desembocar en un final de ritmo perfectamente medido.

En el epílogo, el personaje de Richard Egan habla sobre los hilos que el destino deja sueltos; pero el guión no deja nada suelto: todos los círculos se cierran... con un balance tributario de una moral decididamente rancia.

La sequedad de la narración evita el regodeo sensacionalista, y la potencia visual conseguida por Richard Fleischer eleva con creces el listón de la película: más allá de sus aspectos apolillados, la impresión que deja Sábado trágico es un estallido de movimiento y color, como la voladura que abre los títulos de crédito.
el pastor de la polvorosa
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7 de diciembre de 2011
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres forajidos llegan a un pequeño pueblo con el fin de atracar un banco. Preparado cuidadosamente el plan, todo saldrá bien hasta que el hombre a quién robaron su coche para dar el golpe (Mature) se enfrente a ellos...
Una película magnífica que podría ser muy prototípica de esos films menores o modestos o como quiera llamarse pero que no acaban por convertirse en películas notables, dónde se desborda, no obstante, talento y cine. "Sábado trágico" cuenta con un guión excelenteque hace que la historia central esté enriquecida brillantemente por otra serie de historias paralelas (desde el melodrama hasta una familia "amish"), perfectamente ensambladas y ubicadas, que confluyen entre sí en un armónico ejercicio narrativo de Fleischer, con una buena dosificación en la intensidad dramática de la historia. Con un gran reparto, completado por Ernest Borgnine, McNally, Dexter Jr. y demás, se trata de una excelente muestra de la máquina de fabricar buenas películas que fue el cine americano en unos tiempos ya irrecuperables, pero por fortuna inolvidables.
kafka
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