Hechiceros (Serie de TV)

Me gustó el tono del primer capítulo de esta mezcla entre X-Men y Harry Potter para adultos. Luego, debo admitirlo, a la serie le cuesta coger el tono, hay un par de capítulos o tres, donde parece que se atranca, no evoluciona y la trama se desdibuja.

Sin embargo, con el avanzar de la temporada, he encontrado una serie, que sin ser una maravilla, creo que es un entretenimiento bastante aceptable. Seguiré viéndola.

La verdad que es una especie de refrito de películas como "Harry Potter", y "X-men" o series como "Heroes", pero de momento me está gustando. Para ser una serie de SyFy, tiene una producción bastante decente, actuaciones que no desentonan y un ritmo pausado que sabe a donde quiere ir.
La acción nos sitúa en una especie de colegio, universidad o como quieras llamarlo para magos (Harry Potter, efectivamente) llamada Brakebille. aunque aquí los llamen magos, y a los poderes hechizos, podría pasar por super-poderes de héroes como vemos en "X-men" o en "Héroes"
Hemos conocido jóvenes que dominan el espacio-tiempo, que vuelan, que controlan la electricidad, etc... La serie sigue los pasos de Quentin que acaba de ingresar en la escuela, donde enseguida forma un grupo de amigos junto a Alice, tímida y reservada, pero muy poderosa, Elliot y su novia.
Por otro lado la serie sigue a la amiga de la infancia de Quentin, Julia, que no aprueba el examen de ingreso, pero es reclutada por un grupo de magos que está en la clandestinidad.
El malo, llamado "la Bestia" hará aparición al final del capítulo piloto, con el rostro tapado por insectos que vuelan a su alrededor.
Aunque es una producción dirigida principalmente a jóvenes, se nota que está cuidada en los detalles y los diálogos, intentando llegar a un público más adulto.

De momento serie interesante y a seguir.

Cuando por primera vez leí en un foro sobre esta serie, decía algo así como "mírala, es como Harry Potter pero en la universidad", cosa que me produjo mucho rechazo porque pensé que iba a ser una copia descarada, pero por simple curiosidad terminé viendo su primer capítulo, que me pareció muy correcto y, en fin, tenía que darle la razón a ese comentario pues tenía pinta de ser un harry potter pero en la universidad.

Mi sorpresa vino al ir avanzando los capítulos. Hay que decir que de harry potter tiene muy poquito, pues la magia parece una excusa para la locura que es la serie en si, ya que nos encontramos con unos jovenes que son unos gamberros, hablan sin cortarse de drogas, sexo, de diversos temas socioculturales, hacen criticas ácidas en determinados momentos, parodian y se burlan con un descaro impresionante a diversos temas, series, sagas literarias, etc. Una serie, como digo, muy punk.

Puede chocar un poco eso si el tema de que de vez en cuando parece tomarse en serio a si misma intentando jugar a todo al mismo tiempo, es decir, no se puede ser serio, sensible, gracioso, trasgresor y burlesco al mismo tiempo ni en un lapso tan corto de tiempo, pero tambien es es cierto que puede combinar muy bien por ejemplo momentos serios con momentos de humor o momentos muy absurdos pero sin que resulten desagradables.

En definitiva, yo se la recomiendo a todo aquel que le pueda gustar una serie ligera, muy cómica y bestia, no se la recomiendo al que esté esperando pues eso, un harry potter en la universidad.

The Magicians se centra en Quentin, un tipo del montón, obsesionado con una serie de libros de los años 50 sobre unos hermanos británicos que cruzan un espejo para encontrarse de repente en Narn ... digo Fillory. Quentin va camino de convertirse en un perdedor, al contrario que su amiga de la infancia, Julia, que en lugar de quedarse anclada en Fillory se buscó un novio guapo y encantador -para desgracia de Quentin- y va camino de ser aceptada en una Universidad de la Ivy League. Claro que todo cambia cuando convocan a ambos al examen de acceso a Brakebills, una universidad de la magia que anda oculta en el estado de Nueva York. Quentin es aceptado, a pesar de que nunca ha destacado en nada hasta el momento, mientras que Julia fracasa y es devuelta al mundo normal. En teoría, su memoria debería haberse borrado, pero, por alguna razón, no es así y queda obsesionada con Brakebills. A partir de ahí, ambos emprenderán una búsqueda de la magia, que resulta estar relacionada con Fillory y con una entidad siniestra que ahora reina allí y que llaman la Bestia.

Azúcar, especias ... y muchas cosas bonitas ... Esto debió ser lo que pensó el que escribió los libros en que se basa The Magicians: si mezclo Narnia con Harry Potter y meto universitarios en vez de niños y le añado gore, sexo gratuito y quebraderos de cabeza de post-adolescentes, esto lo saca por lo menos Netflix. La realidad es bien distinta, y es que la gente a veces pasa por alto que la genialidad de HP no está en la idea de un colegio de magia, sino en lo bien escrito que está, que Narnia en su época y circunstancias fue rompedora, pero ahora ya no tanto y que lo que funciona con niños rara vez funciona con adultos. En resumen, serie directa para SyFy, que no se caracteriza por tratar con mucho mimo a sus producciones. Es decir, escenarios cutrones, efectos especiales del montón y actores tirando para malillos (con variaciones), aunque, eso si, saliendo a pecho descubierto o con minifalda cinturón en episodio si, episodio también. Y, por cierto, nunca he visto gente acudir a universidad en que se estudiara menos, no me extraña que nadie pinte nada, salvo el puñado de protagonistas. Protagonistas que, por cierto, me caen todos mal: enhorabuena SyFy, lo has vuelto a lograr.

No obstante, si se tiene la paciencia de aguantar 4 o 5 episodios, resulta que la trama base no está mal del todo y que toda la relación de la Bestia con el mundo normal y con Fillory puede llegar a dar de si. En caso de que se centren en ello en algún momento, claro. Para llegar aquí, he tenido que ver hasta el episodio 7, desafortunadamente, así que no tengo muchas esperanzas.

Sí, inquietante. No soy muy de magia, pero le di una oportunidad a esta serie. Algunas como The Dresden Files me han gustado y hasta me han resultado la mar de entretenidas. Pero ya en las imágenes promocionales algo no terminaba de encajar. El caso es que lo averigüé enseguida.

Era como ver esos episodios, en los que la estupenda Antonia San Juan, se presentaba a un casting vestida como una chica de instituto. ¿Qué pasa aquí? La historia y el guión eran propios de una serie adolescente pero los actores, o se cuidaban muy poco o simplemente ya lucían canas. Y claro, no me lo pude quitar de la cabeza. Treintañeros comportándose como chavales de instituto, como mucho de primero de universidad. Una guapísima Olivia Taylor Dudley vestida como si fuese a rodar una película porno del estilo alumna-profesor. Estudié publicidad, conozco esa norma por la cual sobre todo en anuncios para niños, es frecuente utilizar a actores dos o tres años mayores que el público objetivo, tiene que ver con los modelos a imitar. Pero esto ya era un pasote en esta serie. No podía centrarme en la historia, no me resultaba creíble, sobre todo por cómo los actores intentaban ridículamente parecer mucho más jóvenes.

Así que dejé de verla, extrañado e intrigado por la elección del reparto. Y sí, un mal reparto se carga cualquier serie. Por lo que sólo me quedaba una explicación plausible: está hecha para treintañeros que se sienten y comportan como si tuvieran 18.