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Una chica fácil

Drama Naima (Mina Farid) tiene 16 años y vive en Cannes. Mientras se da a sí misma el verano como plazo para elegir lo que quiere hacer con su vida, su prima Sofia (Zahia Dehar), de 22 años y con un estilo de vida tan desenfadado como atrayente, viene a pasar las vacaciones con ella. Juntas vivirán un verano inolvidable. (FILMAFFINITY)
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
14 de agosto de 2020
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Une Fille Facile (2019), estrenada como An Easy Girl en Netflix, cuenta la historia de dos primas durante unas vacaciones en la ciudad balnearia mediterránea y transita por un fino límite al abordar temas como la prostitución, el deseo y la libertad.

Por Nicolás Bianchi

Naïma (Mina Farid) cumple 16 años, termina su año lectivo y comienza las vacaciones, una época agitada y muy concurrida en Cannes. Su familia trabaja en la cocina de un hotel, donde ella podría empezar a entrenarse en el oficio gastronómico. También cuenta con la compañía de su amigo Dodo (Lakdhar Dridi) que es gay y quiere ser actor de comedia, camino al que la invita a unírsele. Tan es así que consigue una audición para ambos, una prueba. Pero todo se altera ante la llegada de su prima Sofía (Zahia Dehar), la chica fácil del título de la película dirigida y escrita por Rebecca Zlotowski.

Zahia Dehar es también, o ha sido, la ‘chica fácil’ en la vida real. La ahora actriz saltó a la fama de manera controversial a los 17 años, en 2009, cuando fue involucrada en un caso de prostitución ilegal, por su edad, junto a los por entonces futbolistas de la selección francesa Franck Ribery y Karim Benzema. Dehar declaró luego que ella fue “el regalo de cumpleaños” de Ribery. A partir de entonces inició una carrera como celebridad, modelo y actriz.

De vuelta a Une Fille Facile, Dehar es Sofía, una joven mayor a su prima adolescente, de físico exuberante y actitud sensual que le muestra otro camino posible a la adolescente Naïma. Con solo instalarse a tomar sol en la playa Sofía comienza a ser circundada por hombres. Descarta rápidamente a los de su edad, ella en algún momento dice tener 22 años, y comienza una relación con un millonario brasileño, de alrededor de 40 años, que posee un yate. Como fruto, por decirlo de alguna manera, de ese contacto Sofía podrá comprarse lo que quiera para ella y su prima en uno de los negocios más exclusivos de Cannes.

Zlotowski no realiza un juzgamiento sobre sus personajes femeninos. Sofía es libre, hace lo que hace porque quiere, disfruta del sexo. Cuando es confrontada por una amiga de su ocasional pareja, de la misma edad que él, que le cuestiona por qué siendo tan joven se sometió a cirugías estéticas, quien queda en una posición más incómoda no es Sofía sino quien pregunta. De todas maneras Sofía también tiene un costado de tristeza interior y de cierto hermetismo emocional. Su personaje no es para nada un estereotipo.

Pero la clave de la película está en Naïma, sus dudas y sus elecciones. En principio la sigue a su prima, lo que se marca en el film cuando ella se hace un tatuaje en la cintura, idéntico al que tiene Sofía. Cuando la acompaña al yate la película entra en una zona de mayor oscuridad. Ella tiene 16. Su prima se junta con Andrés (Nuno Lopes), mientras ella queda con el asistente Phillippe (Benoit Magimel), incluso un poco mayor. La película mira de cara al abismo pero maniobra y sale airosa. En la escala moral el lugar más bajo, casi despreciable, no es ocupado ni por la más joven ni por el más grande.

Une Fille Facile es una historia de vacaciones, de un verano. Es también, como se suele decir, un ‘coming of age’, o sea el despertar de una adolescente. A la película, tras su desarrollo, le cabe mejor lo de drama que lo de comedia, que puede aplicarse a una cuestión de tono en las primeras secuencias y a alguna escena aislada luego. A favor de Zlotowski y su film se puede decir que por momentos es inquietante, que nunca se pierde interés en el devenir de los personajes y que corre varios riesgos de los que sale con elegancia.
El Golo Cine
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8 de agosto de 2020
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
*La incertidumbre

Retomando la historia juvenil de su primer largometraje, La belle épine (2010) con Lea Seydoux, Zlotowski se inspira en sus cineastas de referencia para contar un período crucial de nuestra vida, la edad de tomar decisiones importantes y, en algunos casos, de tomar decisiones equivocadas; la postadolescencia. Una chica fácil rompe con el cliché que venimos arrastrando desde hace tiempo de una supuesta rivalidad femenina y, además, se enfrenta contra la lucha de clases a través de la relación que se establece entre dos primas, Naïma y Sofía.

Naïma, una joven que vive en Cannes, es sorprendida por la llegada de su prima, que vive en París y es unos años mayor que ella. Sofía es audaz y un alma libre, ama y desea el lujo, entregándose sin escrúpulos para obtener lo que quiere y, al mismo tiempo, riéndose de la superficialidad que se le atribuye al hablar con entusiasmo sobre Marguerite Duras, por ejemplo.

*Un cine referencial, argumental y estéticamente

Hay una serie de películas que parecen ser el punto de partida de Zlotowski: La coleccionista de Eric Rohmer, La chica con la maleta de Valerio Zurlini o Seducida y abandonada de Pietro Germi. Aquí no hay dominación ni explotación como en el filme de Rohmer, aunque sí conoceremos a un coleccionista, un traficante brasileño de obras de arte que vive amparado en el lujo y que se autodenomina anarquista.

Zlotowski es una directora enamorada del gesto estético: la iluminación perfecta, la música adecuada para cada situación y una delicadeza fascinante al recorrer las playas de la costa azul; erotismo veraniego sin caer en la vulgaridad en ningún momento.

Sin embargo, a Zlotowski le sucede algo similar que en su anterior largometraje, Planetarium. La trama principal termina perdiéndose, o reduciéndose, a algo secundario. La directora parece no gestionar bien las ambiciones que posee la película, no estando, tal vez, en grado de profundizar realmente en lo importante. La lucha de clases es una de los temas más relevantes, visto que Naïma es proletaria pero se pasa el verano con su prima en yates de lujo, mas termina olvidando esto y sumergiéndose en una serie infinita de clichés, morales y dialécticos.

*Conclusiones

Una película delicada, alegre y soleada, que reúne en varios episodios el paso de las vacaciones de dos jóvenes en edad de experimentar, de decidir y, por qué no, de contradecirse y equivocarse continuamente.

Una chica fácil desea librarse de los prejuicios y perseguir una comprensión más sutil del mundo en la redefinición de la propia identidad. El argumento, que acaricia la profundidad de la vida, es tomado a la ligera, porque es verano, y en verano tomas el sol y te relajas sin pensar en el mañana. Y, tal vez ahí radique el error, en no convertir la mirada sobre la moralidad en una mirada moral.

Escrito por Soraya Unión Álvarez
Cinemagavia
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26 de agosto de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que intenta profundizar en las contradicciones de la adolescencia y que no lo consigue en ningún momento. Tampoco ayudan las protagonista, anodinas, ni la historia, poco interesante y llena de tópicos.

Lo mejor, sin duda, el escenario, la Costa Azul francesa, Niza y su ambiente nocturno.

No engancha en ningún momento, incluso tiene minutos de aburrimiento en los que el espectador no sabe qué le quieren contar. Solo se anima mínimamente con alguna escena de sexo y con la participación de Nuno Lopes y Benoît Magimet, ambos en papeles muy pequeños y anodinos.

Sin duda, una cinta muy prescindible que no hace honor al cine vecino.
melchorin
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26 de agosto de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una chica fácil - Une fille facile

Lo que a principios del siglo pasado no era sino un pequeño pueblo de pescadores se fue transformando con el tiempo en uno de los lugares de la Costa Azul más cotizados del turismo internacional. El prestigioso festival de cine que cada año, desde 1946, se celebra en la ciudad de Cannes supuso el empujón definitivo que dio relumbrón a esta localidad de la Provenza francesa. Sus veranos son cálidos y luminosos, reúne a lo más selecto de la sociedad europea y el Boulevard de la Croisette, su principal avenida, recorre una costa trufada de bellas playas en la que lujosos yates, exclusivas boutiques, discotecas, terrazas y restaurantes componen un pintoresco cuadro bullicioso y festivo.
Y es en este escenario donde la directora y guionista parisina Rebecca Zlotowski teje la red argumental de su última película, “Una chica fácil”. Y a medida que la cinta avanza me es imposible no percibir nítidas resonancias del cine de Rohmer, que junto a cineastas como Rivette, Godard, Truffaut o Chabrol, formaron parte de la época más deslumbrante del cine galo. De manera que la cinta contiene muchas evocaciones que distinguen su cine como el dulce sopor de una siesta de verano arrullado por el rumor de las olas. Es reconocible en la forma desenfadada de abordar el sexo, la naturalidad con la que se aceptan las pequeñas frustaciones cotidianas a las que nos enfrenta la vida, la resignación callada de la pérdida o la desdramatización del dolor y la tristeza.
Naima -excelente debut de la actriz Mina Farid- tiene 16 años, vive con su madre en Cannes y una vez terminado el curso escolar se dispone a disfrutar de unas merecidas vacaciones. Poco a poco, Naima, entre la fascinación y el asombro, descubrirá la árida realidad de un mundo desconocido. Ese verano vivirá una experiencia vital que descorrerá el velo de su inocencia, supondrá el brusco despertar a la vida adulta y un salto de la adolescencia a la madurez sin posibilidad de retorno.
El cine de Zlotowski es parsiminioso, sereno, un tanto místico, sin que el vértigo de la prisa acelere tus pulsaciones; te envuelve la plácida sensación de estar paladeando un relato lúcido e inteligente, bien cimentado; es parco en diálogos pero de una profundidad que invita a la reflexión mientras el difícil ejercicio de la sencillez sobrevuela a lo largo del guion. El desenlace, aunque humillante y doloroso para nuestra joven protagonista, encierra, al mismo tiempo tiempo, una valiosa enseñanza que Naima asimilará sabiamente.
Zlotowski no juzga y bajo su ingrávida y aparente ligereza se esconde una cineasta de muchos quilates. Es muy posible que esta película, mis improbables lectores, no satisfaga a muchos, sobre todo, a un público poco habituado a la sutileza de un cine poco explícito que sugiere más que muestra e interroga más que alecciona.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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4 de septiembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un mundo adultocéntrico como es el nuestro, cualquier película que se trate de adolescentes parece ser "una película sobre la adolescencia", como si esa etapa tuviera solamente una manera de vivirse y no importaran las clases sociales, la historia de la persona, el contexto en el que vive, etcétera. Esta ciertamente no es una película sobre la adolescencia ni mucho menos, sino que se centra en una pequeña porción de la adolescencia de dos muchachas, una más tímida y menor, y otra mayor, más atrevida y aventurera. Me interesó que se trataran varios temas con una profundidad suficiente como para despertar la curiosidad del espectador pero sin tomar partido o juzgar actitudes y decisiones de las protagonistas, pintándolas muy bien a cada una por igual. No es una película maravillosa, pero se deja ver y tiene algunos toques eróticos y amorosos disfrutables.
El Mirante
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