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Marat/Sade

Drama. Intriga. Musical Con motivo de la visita de unos aristócratas, el asilo mental de Charenton organiza una función teatral, representada por algunos pacientes y escrita y dirigida por el Marqués de Sade, también recluido allí. El núcleo central del argumento es el asesinato del líder de la Revolución Francesa, Jean-Paul Marat, a manos de Charlotte Corday y plantea un debate acerca de las relaciones entre políticos, la sexualidad y la violencia. Basada en ... [+]
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
26 de marzo de 2008
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peter Brook es uno de los más grandes directores teatrales de la segunda mitad del siglo XX. Sólo en contadas ocasiones se puso delante de una cámara para dirigir, pero las pocas veces que lo hizo creo maravillas como ésta. Marat-Sade (cuyo título completo es "Persecución y asesinato de Jean Paul Marat representado por el grupo teatral de la Casa de Salud de Charenton bajo la dirección del Marqués de Sade") es una obra teatral escrita por Peter Weiss (uno de los grandes renovadores del teatro contemporáneo) que Brook dirigió en teatro y que se decidió a adaptar al cine conservando una escenografía muy teatral y musical. El resultado es una joya que une teatro y cine, innovación formal y contenido crítico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maese Huvi
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16 de abril de 2013
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Señor de Sade es el germen de esta película y de la obra que la origina. El "Divino" Marqués fue uno de los pensadores más importantes de la segunda mitad del siglo XVIII ( por supuesto no para la pacata moralidad de los censores -que aún existe- sino para el pensamiento más serio de los últimos 60 años). Un hombre terriblemente lúcido, incluso en sus transgresiones, escéptico, nihilista e irónicamente cínico en todo momento. Nacido en 1744 y muerto en 1814, pasó encerrado en cárceles y manicomios (hospicios, para la época), por razones políticas (en realidad, morales, de las que no fue ajena su familia), los 27 años finales de su vida. Es decir que fue testigo de excepción del "ancien régime", la degeneración en el liberalismo, luego del Golpe de Estado del 18 de brumario (verdadero último gobierno revolucionario) con el Primer Consulado de Napoleón y, (casi) en 1815, del Imperio. En el último hospicio, Charenton, creó un grupo de teatro para los internos. Un dato real. Ese es el personaje, interpretado por el magnífico Patrick Magee, y el contexto que sirvió al comprometido Peter Weiss para escribir y estrenar en Berlín, en 1983, su famosa obra (abreviando el título: "Marat/Sade") y más tarde a la película magistralmente dirigida por el el gran experimentador teatral y director cinematográfico Peter Brook ("Moderato cantabile", de 1960, y "El señor de las moscas", de 1963, entre los films más famosos y populares). Antes de seguir, aunque no tengo nada en contra de ello, quiero remarcar, para los desconfiados y cinéfilos dogmáticos que esta obra NO ES "teatro filmado". Es importante, porque los dos creadores se complementan, se imbricante de tal modo que las dos son versiones "complementarias" pero, al mismo tiempo, independientes. Por ello a partir de ahora comentare sólo el extraordinario film (aunque tenga que recurrir continuamente a Weiss). En este argumento que para nada está envejecido (basta ver la situación que vivimos hoy) y mucho menos la estructura (si bien fue muy repetido en ambos géneros), Brook utiliza colores planos y algo difuminados, con "manchas" más llamativas, y juega con la cámara en una sucesión de plano-contra plano y algunos falsos planos-secuencias que crean un clima enloquecedor (pero controlado) y un ritmo frenético: una técnica muy bien utilizada y nada gratuita. El elenco, todo excepcional, es el mismo que el del "stage"dirigido en Londres por el mismo Brook, actúa en una estructura que se abre (o cierra) en 6 niveles que, en cualquier orden, es el siguiente: 1) el espacio real, el del espectador del film; 2) el de los espectadores, desconocido, a oscuras, que contemplan la obra " de Sade"; éste, a su vez, se subdivide en otros 3: 1.2) el escenario de ficción, cerrado con barrotes, 2.2) el interior del escenario en sí, con todos los actores (Marat, Ian Richardson, y Charlotte Corday, Glenda Jackson) y dentro de este escenario, dos lugares más, 2.3 el de Marat, en su bañera, (imitando la imaginería pictórica del gran David) y 3.2 el de los espectadores de la obra de Sade, el Director del manicomio, su mujer y su hija. Aquí es donde la virginal y psicótica Corday ejecutará a Marat, su enemigo de facción. Girondinos frente a Jacobinos. La meta-obra está fechada en 1793, en plena Revolución. Por eso los "asistentes oficiales", como metáfora de toda la decadencia de los logros revolucionarios, son del "presente", ya en el siglo XIX, la del Consulado (que nos llevará al Imperio, verdadero golpe de gracia a la Revolución. Con escenas magníficas, una violencia creciente (Grotowski no es ajeno), entre las canciones que "distancian" (Brecht, es el otro referente) más la influencia de Antonin Artaud y su "teatro pobre", se desgranan, con causticidad, los diálogos más importantes (no son de "demente"): los comentarios del Marqués, sus conversaciones con Marat..., este es el verdadero eje ideológico del film . Cierto, la película de Brook es paralela al "free cinema" y al teatro de los "jóvenes airados" (John Osborne, "Mirando hacia atrás con ira", da el nombre, y lo sigue Harold Pinter), pero todo ello, unido al "teatro de la crueldad", ya citado, influyen en Weiss, que se está dirigiendo hacia otra línea, y a la "furia" de la dirección. Como se ve esta película no es sólo un ejemplo de un teatro político totalmente actual sino un resumen de todo un experimentalismo también vigente. Una película testimonial, por un lado, y magnífica para un espectador inteligente, activo, no sólo consumidor de un cine de ver y tirar. Totalmente recomendable, excelente, Y CINE CON TODAS LAS DE LA LEY. Un 10 más que merecido que demuestra que la verdaderamente buena creatividad, con un director de calidad, puede tener cualquier origen temático.
Beto
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4 de noviembre de 2012
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Originalísma y rompedora puesta en escena de una obra de teatro de Peter Weiss -autor también del guión, con una magistral, cuidada y natural combinación de dicho género con el drama psicológico, el falso documental y el musical. Los personajes trastornados y repletos de locura logran traspasar al público su agónica y ansiosa presencia y parecen sentarse a tu lado en el patio de butacas gracias al excelente uso de la cámara de Brook.

Poniendo como telón de fondo las consecuencias históricas de la Revolución francesa y partiendo como 'excusa' del asesinato de Marat por la joven girondina Corday a través de un portentoso tour de force entre dos personalidades tan controvertidas y contradictorias como el revolucionario francés y el Marqués de Sade y de unos brillantes e imprescindibles diálogos de marcados componentes éticos y filosóficos, Brook nos ofrece una formidable disección del espíritu humano y su dualismo moral que en repetidas ocasiones lo conduce al caos y a la decadencia más allá de las elecciones personales. En este punto es inevitable recordar su anterior filme, 'El señor de las moscas'.

La influencia, complejidad y novedad de esta cinta inexplicable de 1966 llega a tal extremo que ni con posterioridad podemos encontrar algo de similar factura, a excepción de curiosas apuestas que beben un poco del clásico de Brook, como el 'Looking for Richard' de Al Pacino y en menor medida la obra 'Tristam Shandy' del irregular Winterbottom.

La interpretación de Glenda Jackson no puede explicarse con palabras.
poverello
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2 de enero de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Marat Sade cuyo título original de la obra es “Persecución y asesinato de Jean Paul Marat representados por el grupo teatral del hospicio de Charetón, dirigido por el señor de Sade” del dramaturgo Peter Weiss cuyas representaciones fueron mal recibidas, hasta prohibidas en una variedad de ciudades. Como el título de la obra indica, Marat/Sade se sitúa en la Francia a principios del siglo XIX en el manicomio de Charenton representando el fatídico día en que los revolucionarios vistieron de luto por la pérdida de Marat, pero la obra no solo se centra en ese hecho histórico sino que su principal argumentación se hace presente entre las posturas de los ilustres Franceses, por un lado tenemos a un Sade que declara que creyó en una revolución pero que la misma so corrompe sustancialmente por sí misma, y por el otro lado nos encontramos con un Marat solido en principios y certeza de que la revolución es necesaria y que el usufructo de ella no es violencia ni caos.

Un punto que destaca de la representación es su dinamismo ideológico que logra su cometido entre la participación de los enfermos mentales que yacen en su medio, estos logran representar la lucha entre la conciencia dormida y enferma que se gesta raíz de las palabras de estos grandes pensadores. La obra hace un especial énfasis en lo que es la política y la lucha de los ideales, con el inestable comportar humano y los resultados que se obtienen por su mal desarrollo…

[…] “Inventamos la revolución pero no supimos dirigirla” [extracto de la representación de Peter Brooks y Peter Weiss].
Sol
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2 de enero de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Marat/Sade (Marat/Sade, 1967) es un filme dirigido por Peter Brook en el 1967. La película es una adaptación cinematográfica de la obra teatral que el dramaturgo Peter Weiss escribió en el 1963. En realidad Brook, que también es un dramaturgo (de hecho tiene una trayectoria más prolífica como dramaturgo que como cineasta), ya había llevado a los tabloides la obra de Weiss, con grandes resultados.

Lo que es cierto es no pocos autores han señalado que Brook se encontraba en una vía de investigación que le había llevado a recuperar el teatro de Artaud, es decir, el teatro de la crueldad. La película se rodó en poco tiempo, apenas 17 días y tuvo un mísero presupuesto de 250 Mil dólares que corrió a cargo de la United Artist, aunque eso sí, se concedieron libertades artísticas plenas al cineasta[1].

La película toma el marco real de los años en que el célebre Marqués de Sade fue recluido en el manicomio de Charenton. Ahí el marqués realizó diversas adaptaciones teatrales con los enfermos y reclusos, porque contaba con el beneplácito del director de la institución, quien consideraba que era una buena manera para rehabilitar a los enfermos, por las cualidades terapéuticas del arte. Lo cierto es que Marat/Sade toma un contexto histórico real, aunque evidentemente no adapta las obras que tuvieron lugar en Charenton.

Se trata pues de un filme que juega con múltiples lecturas y capas de ficción. Por una parte la obra de teatro que representan los prisioneros a la multitud de gentiles hombres que se han congregado para verla (y sobre los que nunca vemos el rostro, porque la cámara enfoca siempre desde sus espaldas y de cara al teatro) y por otro lado la ficción cinematográfica. Peter Brook dota a la escenografía de un tono expresionista, que se puede comprobar tanto en la ambientación, recargada y deprimente del centro médico como en el maquillaje de los actores (el coro es donde queda más patente), o incluso en los propios gestos de los enfermos.

A partir de ahí, nos encontramos una representación que se ubica en la pasada revolución francesa (La representación teatral tiene lugar en el momento en que Napoleón está ya en el poder). La obra gira en torno a Marat, el apóstol del pueblo y Sade, el lado oscuro de la ilustración. Lo cierto es que ambos personajes prácticamente no tuvieron demasiada relación (exceptuando el discurso que dio Sade en el funeral de Marat, y que realizó más bien por compromiso político que no por motivos elegíacos). Marat/Sade se centra además en el asesinato que perpetró la monárquica Charlotte Corday sobre Marat.

El personaje principal es pues Jean Paul Marat, sobre el que gira el eje narrativo. Es decir, la historia avanza en torno a esta figura y las tres ocasiones en las que Charlotte Coday llega hasta su casa con el intento de asesinarlo. El personaje de Sade, que se interpreta él mismo (el actor fue Patrick Magee, quien ya había colaborado con Peter Brook en el teatro con el mismo papel) se dedica a realizar reflexiones que lo que pretenden es o bien cuestionar los ideales de Marat, o bien desarrollar su propio discurso filosófico, que como veremos, poco tiene que ver con el de Marat.

Marat, es evidentemente, el revolucionario. Constantemente lo encontramos realizando discursos sobre el destino de la revolución y el lugar que finalmente le aguarda a esta. Una y otra vez carga contra los enemigos del pueblo, aunque también es cierto que en algunos aspectos Brook lo describe como un paranoide capaz de ver enemigos por todos lados. Sade es el hombre indiferente ante la política, que cuestiona tanto las ideas como los métodos de Marat. No es un hombre interesado en la revolución, porque lo que más le interesa es la búsqueda del placer a través de medios extremos. No hace falta recordar ahora las desviaciones que sufría Sade en su búsqueda del placer.

No debemos olvidar que el contexto político que hay detrás del momento en que se realiza Marat/Sade es igual de importante que el contexto histórico del filme. Ambos se relacionan entre sí, porque son fechas históricas similares (por lo menos en sus dinámicas). Mientras que por una parte hablamos de la revolución francesa (del 1789 en adelante), en el 1967 se estaba empezando a labrar lo que sería el germen del mayo del 68. Y evidentemente, Peter Brook se sirve de la historia para echar sal en las heridas del presente (que por cierto, continúa siendo el nuestro). Para más Inri hay una secuencia ejemplarizante, en la que el personaje de Marat rompe la cuarta pared (o la quinta o la sexta) y se dirige directamente a la cámara (y por tanto al público cinematográfico) para decir unas palabras demoledoras: “En el momento en que les dicen que ya no hay más por lo que luchar, es cuando más tendrán que hacerlo”.

[1] Michael Kustow, Peter Brook: A Biography, Ed. Saint Martin’s Press, New York 2014.

http://neokunst.wordpress.com/2015/01/02/maratsade-1967/
Kyrios
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