15 días

CRÍTICA DE RICHARD PERLOS Nº8: 15 días (2000)

15 días es un cortometraje de media hora que obtuvo una bestialidad de premios, siendo el corto más galardonado en nuestro país y la verdad, no es extraño. El falso documental está tan bien hecho que realmente te preguntas si existió ese tal Cástor Vicente.
Un cortometraje cargado con un gran sentido del humor que a la vez funciona también como una profunda crítica a la sociedad española. El cortometraje está hecho con inteligencia y con un ritmo frenético, de forma que a pesar de la arriesgada forma de contar las cosas en forma de "falsa biografía" es capaz de enganchar al espectador en todo momento. Algo que también ocurre con su posterior film, Concursante.
Gran montaje, buena música aunque no tenga mucha presencia y sobre todo originalidad y humor que es en lo que más destaca.
El punto más flojo está en algunas entrevistas a ciertas personas que realmente actúan muy mal y se nota que se han memorizado lo que tenían que decir y soltarlo frente a la cámara...frente a otras que están mejor conseguidas como la entrevista al doctor o el propio Rodrigo Cortés mostrando una gran inteligencia, como siempre. Un hombre para admirar sin ninguna duda...

CONCLUSIÓN

15 días es un corto que todo el mundo debería de ver, sobre todo para aquellos que piensan (yo lo hacía en el pasado) que el cine español está acabado.
Al ver 15 días te das cuenta de que un cortometraje con una gran idea y un buen desarrollo de la misma (esto es quizás lo más importante y en lo que más suelen fallar los directores) se puede conseguir algo muy grande que puede superar perfectamente cualquier película americana de hora y media.

LO MEJOR

-Genial montaje, historia y realización
-Originalidad
-Cierto humor en el planteamiento
-El gran ritmo frenético característico de Cortés

LO PEOR

-Algunas actuaciones dejan bastante que desear en las entrevistas...
-Que dure solo media hora...te deja con ganas de saber más acerca del timador
-Que en España no tengamos más obras de este nivel...

MUCHAS GRACIAS A TODOS POR LEER MI CRÍTICA. NOS VEMOS!!!

Richard Perlos

Le tenía ganas a este falso documental porque creí que sería un estudio sobre como un hombre puede burlar al sistema comercial de las grandes empresas aprovechándose de un sistema impersonal donde hay cabida para la picaresca. En lugar de eso me he encontrado una simple comedia paródica de pura ficción, porque lo que hace el personaje, sencillamente no se puede hacer en la vida real. Quizá porque esperaba otra cosa me ha decepcionado bastante. Al parecer a la gente le ha hecho bastante gracia pero a mí me ha parecido que su humor es bastante hueco y simplista. Técnicamente sí que está bien rodado y demuestra que Rodrigo Cortés puede hacer (como así ha hecho) cosas bastante mejores. La idea es original pero podía haber dado mucho más juego con otro enfoque.

Gran debut en formato corto y falso documental de un director y guionista que a día de hoy ya nos ha regalado dos joyas más, Concursante y Buried, y que promete darnos muchas alegrías aún.

15 días es una mini película que está sobrada de talento, ingenio, imaginación y grandes dosis de sentido del humor. Contiene una inteligente crítica al mundo materialista y consumista que hemos construido y en el que "vivimos". Y critica esto porque 15 días nos cuenta la historia de un hombre, un héroe, una leyenda, un mito, Castor, un tipo que en las puertas del siglo XXI es capaz de vivir sin una sola moneda de dinero en sus bolsillos.

262/13(15/10/10) Magnífico cortometraje del debutante Rodrigo Cortés, una frenética media hora que te sumerge en un divertidísimo falso documental en el que a través de entrevistas se nos da a conocer la vida y obra de un peculiar tipo, Cástor (Oscar Rodríguez), un hombre que no tiene más posesión que un collar y un cd-rom, un ser que disfruta de la vida sin dinero alguno, es un genio del timo, que a través de aprovecharse de comprar todo tipo de artículos en teletiendas y supermercados, para devolverlos a los 15 días, de ahí el título. Está contada con unas dosis de humor hilarante, con testimonios de psiquiatras, monjas, su madre, amigos, vecinos, ex-novias, etc, que componen el mosaico de la ‘aventurera’ vida de este ‘legendario héroe’. Los testimonios están rebosantes de frescura, de inocencia y sobre todo de ingenio, en el cual los secundarios cobran una enorme importancia. Debajo de su ameno metraje se esconde una demoledora crítica al universo consumista en el que vivimos en el que un hombre se rebela contra el sistema y decide disfrutar al máximo de la vida aprovechándose de su las grietas que nuestro feroz capitalismo posee, si todos hiciéramos de Castor el sistema reventaría. La historia recuerda bastante a ‘Zelig’, la Obra Maestra de Woody Allen, en su puesta en escena, en lo divertido de su propuesta y en contarnos la vida de un una persona singular. Sus hándicaps serian que algunos actores pecan de no serlo, de ser meros robots que recitan unas frases ingeniosas de forma mecánica, esto es un lastre pues son autómatas que restan encanto, también le echo en falta un mejor final, un broche de los que se te queda, esperaba un epilogo tan rompedor como el resto de la obra y no es así. Recomendable a los que gusten de films frescos, con una implícita sátira a nuestro modo de vida. Fuerza y honor!!!

Apabullante demostración de talento; insolente exhibición de burlesca inteligencia.
Fabuloso mediometraje. Le busca las costuras al tinglado comercial y se ríe de casi todo: de los psicólogos, de los documentales, de los modos televisivos, de la gente "normal" (esas encuestas), de la ficción cutre, de los absurdos capitalistas, de las biografías tontas...
Es, ante todo y sobre todo, un "aquí estoy yo", una mente cinematográfica deslumbrante en acción, a todo trapo, dominio total de su oficio, el montaje complejísimo y acertadísimo, la riqueza de las texturas, la escritura exacta, lúcida y preñada de humor, las interpretaciones ajustadas (caricaturiza la falsa naturalidad), la música perfecta, los cambios de ritmo y de tono...; para quitarse el sombrero.
Su única debilidad radica en su exceso, tanta luz, tanta demostración, tanta arrogancia, tan repelente niño Vicente, amenaza (levemente) el "producto", hace peligrar el equilibrio de la obra, asoma (con ironía, también es verdad) el ego desmedido del autor..., pero no, esa autocomplacencia es un pecado venial, un grano de arena, muy perdonable ante tanta brillantez, ingenio, acierto y regocijo. Una maravilla y un asombro.
Lo mejor: todo (casi).
Lo peor: Rodrigo Cortés, cuando aparece hablando de peces, no era necesario, ya nos habíamos dado cuenta de lo listo que es.
La aparición de este jovenzuelo ambicioso fue una de las irrupciones más inauditas y sorprendentes de nuestro mustio y endogámico cine español. Un pequeño genio, alejado de modas, atrevido, concienzudo y perfeccionista, que vino a remover (un poco, tampoco hay que exagerar ni emocionarse demasiado) la molicie intelectual y el seguidismo oportunista de la mayoría (por supuesto que hay "muchas" excepciones, en el cine español cabe todo, a pesar de todo).