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Marea humana

Marea humana
2017 Estados Unidos
Documental
6,3
248
Documental Más de 65 millones de personas en todo el mundo han sido obligadas a salir de sus hogares para escapar del hambre, el cambio climático y la guerra en el mayor desplazamiento humano desde la Segunda Guerra Mundial. Un viaje épico de la película conducido por el artista renombrado internacional Ai Weiwei, da una expresión visual de gran alcance a esta migración humana masiva. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
24 de octubre de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este otoño seco y de pobre color, de la 62 Seminci, ha aterrizado, como si de un dron de mirada periférica se tratara, la figura de Ai Weiwei que, aunque precedido por la desconfianza que suele acompañar a los productos mediáticos, sobre todo si proceden de China o Rusia, ha presentado con la mayor humildad su penúltimo trabajo, que nada tiene que ver con las vanguardias artísticas ni los proyectos experimentales.

Huma flow es la constatación del fracaso colectivo de la raza humana en tiempos claros de individualismo neoliberal, sistema político y económico que entroniza los números por encima de cualquier otro valor moral. Un etíope muerto de miseria y dignidad en cualquier campamento de refugiados, es tan solo un porcentaje, una cuota, un expediente... que muy pronto puede pasar a llamarse 6.424, descansando para siempre bajo un túmulo de tierra y piedras. De sus días de supervivencia se habrán encargado sus castigados huesos y sus enfermas vísceras; de sus asuntos "legales", gentes con guantes de seda o de goma, según la estancia a que sean remitidos.

60 millones, registrados, de caínes que dan tumbos por la corteza terrestre, que algunos han parcelado como si fuera suya.
Documentos como el del disidente, firmado bajo bandera USA, son misiles que deberían demoler conciencias petrificadas e inmovilistas, pero el problema surge cuando se lanzan sobre objetivos inexistentes, porque si la susodicha es un estado del alma, ¿cómo atacar a los desalmados?

¿Podemos hacer algo por cambiar las cosas? Ai Weiwei nos dice que salgamos y se lo contemos a nuestros conocidos, para que ellos a su vez se lo cuenten a los suyos...¿Pero es que hay alguien que no lo sepa?
Creo que la única solución es la que apunta el astronauta sirio del documental: "Cojamos la maldad del planeta y mandémosla fuera, al espacio exterior"
Sinhué
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5 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El artista y activista chino Ai Wei Wei nos presenta su proyecto cinematográfico más ambicioso, por haber sido rodado en muchos países con muchas cámaras contando con los testimonios de las personas que se encuentran en esos campos de refugiados, siendo víctimas de los conflictos bélicos causados por el dinero, la religión o poder político, y que viven en condiciones infrahumanas. Lo que comenzó como una carrera en el ámbito del arte moderno ha continuado con su labor divulgativa en redes sociales de los abusos del régimen de su país, y que ha ido alternando con esos trabajos en el mundo del arte y sus trabajos documentales. Su rebeldía contra el gobierno de China, por lo que estuvo encarcelado casi 3 meses, y su labor humanitaria y en apoyo de las minorías, y en esta ocasión aborda un tema de actualidad implicándose al máximo, con un material de más de 600 horas, con un rodaje en diferentes lugares como Kenia, Lesbos, Irak, Palestina, Bangladesh, Afganistán, Mosul, Macedonia y México. La calidad de esas imágenes es elevada, en algunos casos con unas vistas aéreas de la zona, y el propio artista aparece en algunos momentos de este documental.
La película se pudo ver por primera vez en el pasado festival de Venecia y posteriormente se pudo ver en la Seminci, con la presencia del director en Valladolid para presentar el proyecto.

Este asunto ha sido abordado varias veces en los últimos años en documentales que me gustan más, y que se centran en un lugar en concreto, sobre todo en el sur de Europa, y el valor del trabajo de Wei Wei es adentrarse en esos territorios de Asia o África que no centran el foco de los informativos de los países occidentales. El problema del trabajo de Ai WeiWei es que se hace muy pesado en algunos momentos, con la repetición del mismo discurso en un sitio y otro contra los gobernantes de la Unión Europea y Estados Unidos, y que sus 140 minutos me parece un metraje excesivo, aunque comprendo que no ha sido fácil el montaje posteriormente para descartar algunas imágenes. Es muy potente a nivel visual, ya que consigue mostrarnos esos lugares desde cerca y al mismo tiempo hacer una vista aérea para observar la amplitud de esos campos de refugiados. También agradezco que se eviten declaraciones a cámara de personas, como sucede en otros documentales, que rompen el ritmo del relato. El documental quiere reflejar el sufrimiento de esos seres humanos y este proyecto, y otros similares, deberían ser de visionado imprescindible en los colegios para que niños y los jóvenes de países occidentales descubran una realidad diferente a la que viven a diario ( aunque en casi todas las ciudades existen barrios o zonas en donde los ciudadanos viven en la extrema pobreza ).

LO MEJOR: La calidad técnica del documental.
LO PEOR: Su excesiva duración y Querer abarcar demasiados lugares.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
WILLY74
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23 de octubre de 2017
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Human Flow (Marea Humana) el director Ai Weiwei comenzó a filmar refugiados en Lesbos con un  iPhone para terminar creando una gran producción donde participa un gran equipo de profesionales, como el prestigioso director de fotografía Christopher Doyle, en la que se evalúa y reflexiona sobre los movimientos migratorios en el mundo. Gran expectación para ver Human Flow en la tercera jornada de la sección oficial  Seminci 2017 tras su estreno mundial en el pasado Festival de Venecia. Ai Weiwei acudió a Valladolid en persona para presentar su filme. Estreno previsto en las salas de cine españolas para el 6 de Abril de 2018.

Los viajes de Ai lo llevan a recorrer diferentes rincones del mundo como Palestina, Irak, la isla griega de Lesbos (donde medio millón de refugiados llegan en barcos y balsas al año), Kenia, Bangladesh (donde hay aproximadamente medio millón de refugiados pertenecientes a la minoría musulmana rohingya que son perseguidos, quemados y exterminados de sus hogares en Pakistán), México, Afganistán, Macedonia o Mosul. En esta última ciudad con terribles e impactantes imágenes de un cielo saturado envuelto en nubes negras de humo debido a los campos petrolíferos incendiados por ISIS en su huida.

Todas estas narraciones filmadas en cada país nos traen diferentes historias de vidas desplazadas por la guerra, la sequía y la pobreza. Más de 65 millones de emigrantes están huyendo del hambre, el cambio climático y la guerra en sus países de origen. Human Flow realiza un extenso examen de los millones de refugiados existentes en todo el mundo y consigue dar testimonio de ese creciente número de personas desplazadas. Es una película que sirve para humanizar a los que sufren, y tomar conciencia de la deriva que puede tomar nuestro planeta si los poderes políticos de todo el mundo no toman medidas efectivas alejadas de sus intereses electorales y económicos.

Ai Weiwei a lo largo del documental para reforzar la narración y resaltar algún momento en concreto aparecen escritas citas de líderes espirituales de varias nacionalidades y épocas, así como algunos titulares de periódicos.

Hay que destacar la belleza de las imágenes captadas a lo largo de los 140 minutos que dura el metraje frente a las escenas de miseria y cruda realidad sufrida por los refugiados. Este bello espectáculo visual lo consigue en parte gracias al brillante manejo de drones. Human Flow comienza con unas espectaculares imágenes, donde disfrutamos de una amplia y espléndida escena acuática. Primero, una colosal ave blanca se desliza debajo, posteriormente vemos una pequeña embarcación cubierta de diminutas manchas anaranjadas.

Estas filmaciones con drones nos permiten deleitarnos con hermosas puestas de sol que tiñen el mediterráneo detrás de un barco de rescate de la Guardia Costera de color rosado u observar los campos de refugiados como tableros blancos. Sin embargo, una de las mas relevantes del film es aquella, en la que vemos una imagen tan alta que las personas parecen minúsculas hormigas, pero poco a poco se agrandan a medida que la cámara desciende a gran velocidad desde las alturas, hasta llegar al suelo. También a resaltar, la grabación de las tormentas de arena de color amarillo que convierten a los refugiados de Kenia en figuras fantasmales.

Human Flow alterna constantemente drones, filmaciones steadicam de alta gama y tomas cercanas capturadas por el propio Ai Weiwei con su móvil o pequeña cámara de mano. La triangulación de estas tres diferentes perspectivas permite a Human Flow implicar a Ai Weiwei con frecuentes apariciones frente a la cámara interactuando con los refugiados. Quizás, algunas de estas escenas podían haberse evitado para eliminar suspicacias sobre su ligero protagonismo, como por ejemplo en la que se hace un selfie con un cartel que pone "Weiwei apoya a los refugiados".

https://cinemagavia.es/pelicula-critica-human-flow/
Eduargil
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24 de octubre de 2017
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‘Marea Humana’ es un documental que pretende ser una exploración de la crisis global de refugiados. Sin duda, sorprende ver una película de este género en la sección oficial del Festival de Cine Internacional de Valladolid (es más propio de una sección paralela), pero es bienvenida.

Utilizando un tema de suma actualidad, dicen que su director llegó a filmar más de seiscientas horas de grabación con la intención de acercar al espectador la dignidad de seres humanos forzados a comenzar una nueva vida desde cero y la verdad es que Weiwei lo consigue invitando también a la reflexión. No en vano, es una situación que el realizador vivió de primera mano.

Dentro de todo ese metraje, su director ha encontrado dos horas y veinte minutos de metraje que convierten ‘Marea humana’ en un documental muy completo, con algunos momentos que llegan. Cine comprometido, para los que disfrutan de estas cosas.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
Hickeystyle
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30 de octubre de 2017
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Me ha parecido el documental necesario para dar a conocer a todos lo que está pasando en el mundo en los campos de refugiados (o de concentración) en la mayor crisis humanitaria generalizada. Las cifras dan vértigo: han visitado 23 países implicados, 400 campos y afecta a 60 millones de personas.
No se trata de profundizar sino de impactar y las imágenes son tan sugerentes que te llega a lo más hondo.
Estamos ante la mirada del activista Ai Weiwei, que según contó en la rueda de prensa de la Seminci 2017 el documental lo hizo, “para transmitir el dolor y la esperanza”.
Es de agradecer que Javier Angulo le haya incluido en la Sección Oficial del festival. Tiene tanta fuerza que supera a cualquier ficción.
Según relató Weiwei todo empezó con imágenes que iba rodando con su móvil y al ver la dimensión que se le venía encima, fue agrandando y acabó con 20 equipos, en 23 países y 900 horas de grabación en un año de trabajo en los principales campos de refugiados.
Cada visita a un campo está precedida de un plano cenital, bello pero a la vez desconcertante, hasta descubrir la presencia humana.
“Creo en el arte vinculado a los problemas de su tiempo, a la política, si no sería muy superficial”.
Su presencia en alguna secuencia dijo que no era por su ego sino “para dar un toque más realista”. Hasta él mismo ha sido un refugiado dentro de China, cuando de pequeño a su padre no le dejaban salir de una zona por sus escritos.
Estuvo en la cárcel 3 meses y en 1961 huyó de Pekín con su familia. Ahora tiene un estudio en Berlín.
“El silencio que muestra en los refugiados pretende ser un grito a los poderes políticos y económicos que son los que tienen la responsabilidad en el tema”.
floro
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