M/Other

Cine díptico. Así es el cine de Suwa. Otros separaron la pantalla y lo llamaron polivisión. Suwa sin necesidad de separar crea un cine de vertientes. Siempre con la esperanza de que el espectador quiera participar.

Acertado título jeroglífico que bien resume este cine bidireccional: una nueva vertiente de una vida que no quiere cambiar y transforma a esa otra mujer (Other) en madre irredenta (M/).

Además el director esclaviza la imagen. Porque sabe que no existe otra comunión posible. El actor queda imposibilitado para el engaño. Salen propuestas honestas. Para Suwa es primordial, incluso en su falso documental sobre la imposibilidad de reproducir el remake de “Hiroshima mon amour” en “H Story” (2001).

Aunque bien le sobra metraje, tampoco es fácil escoger que escenas hubiera dejado en la sala de montaje puesto que la planificación del director produce una sinergia que dificulta dicha poda. Así, escenas que a priori pueden parecer insustanciales, adquieren una mayor relevancia cuando “M/Other” queda al descubierto en su totalidad.

Suwa permite que sea sólo la imagen la que nos hable, y la única capaz de trasmitir cada una de las emociones que experimentan los personajes en cada situación. Consigue que cada plano nos hable. Las habitaciones (la casa compartida, el restaurante, los pisos inhabitados) asfixian, enfrían, alegran o pierden en el anonimato a sus personajes. En el plano nada está de más ni de menos.

Ella (el alegórico violín desafinado que escuchamos de fondo) busca arreglar su vida, encontrar su identidad perdida, y restablecer unos valores antes de dar el siguiente paso; y este proceso queda obscenamente expuesto. Como un desnudo carnal, pero del alma.

Le sobra una hora larga a esta tediosa película japonesa. ¿Porqué repiten los diálogos hasta cansar al que lo está viendo?. Y como Suwa no es Kore-eda, no llega a calar lo más mínimo en esa pretendida necesidad de pensar en transmitir los sentimientos de crisis de pareja ni relaciones entre padres e hijos. Le falta garra y pasión y unas tijeras para cortar los muchos minutos que le sobran a esta película. Si, si, si interesante podía haber sido; pero no lo es por culpa de contar las cosas como las cuenta.