No he sido yo, ¡lo juro!

He vuelto al Festival de Cine de Gijón con el instituto (el IES Roces, por hacer un poco de propaganda), teniendo reciente en mi memoria el pequeño batacazo que me supuso "Sommers Town", y este año nos tocó ver esta película. Y la verdad, salí maravillado.
Creo que me gustó incluso más que la tremenda "This Is England".

El argumento es muy bueno: un niño con tendencias suicidas nunca eficaces, al ver como su madre marcha a Grecia, decide ir en su busca en compañía de otra niña muy peculiar de la cual se enamorará. Ni qué falta hace decir que en el viaje se encontrarán con numerosos e insólitos descubrimientos...

La película está llena de ironía y de tristeza al mismo tiempo. Si te ha hecho reir dos veces, te hará emocionarte otras dos. Cada ocurrencia del chico es más ingeniosa e inesperada que la anterior y la relación que mantiene con la chica es sencillamente genial. Te llena de emoción ver que el chico encuentra una razón para dejar a un lado sus planes de suicidio: el encontrar a su madre. Los últimos minutos te pegarán con fuerza al asiento y la sensación final que te deja la película es de sobresaliente muy alto.

Así pues, "No he sido yo, ¡lo juro!" es una gran película independiente, que posee momentos muy ingeniosos e irrepetibles, chistes buenísimos y trasfondos dramáticos muy profundos que te dejarán con un buen sabor de boca.

Todo en esta película es bueno. El niño protagonista está genial, los demás actores están a su misma altura. La dirección es buena, la fotografía es genial, con ese paisaje entre rural y urbano canadiense. Y la historia... pues bueno, no es la primera vez que la vemos. Niño pre-adolescente que pasa por un mal momento, crisis familiar, proyecta sus traumas en una actitud poco sociable y acaba matando el tiempo del verano haciendo trastadas. A pesar de no ver nada demasiado original, la historia adquiere originalidad propia por lo bien filmada que está.

Yo también vi esta película en el Festival de Cine de Gijón y me pareció una de esas joyitas que lamentablemente no se llegan a disfrutar en el circuito comercial (al menos aquí en Asturias).
Ya no la recuerdo muy bien, pero sé que me hizo reír y a la vez emocionarme con la relación entre ambos niños y sus problemas.

"C'est pas moi, je le jure!" va de mucho y se queda en poco, bastante poco. Empieza muy bien, partiendo de una idea original como contarnos la historia de un crío que forma parte de una familia disfuncional, con problemas. Su respuesta es llamar la atención de diferentes formas, siendo su preferida el suicidio: la primera escena que abre la película es él colgado de un árbol, sin ir más lejos. El problema del film es querer ser algo que no llega a ser, busca ser mordaz y se queda en curiosa, trata de ser trascendente y, por supuesto, es raquítica en cuanto a ideas, tampoco es visualmente nada especial. Queda pues lejos de su principal inspiración, la oscura Lèolo o de la fantástica "Toto el héroe", ambos films sobre la infancia narrados de forma personal, diferente y alejada de los convencionalismos.

No es un problema de realización (Falardeau deja algunas secuencias bellamente filmadas, generalmente los planos aéreos), tampoco del reparto (que sin ser sólido, tampoco está del todo mal) sino de guión: el niño empieza siendo curioso, entrañable, pero pronto se hace cansino, pesado. Se le puede entender al inicio del film, pero poco a poco todo se torna en capricho, y finalmente casi se desea que se muera de una vez en uno de sus intentos de quitarse la vida. Lo peor de todo es que el realizador -por medio del guionista- busca ser extremo y distinguirse de los demás, pero cuando llega el momento de la verdad se raja y presenta un final totalmente alejado del tono general del film, bañado en moralina barata, que más que cabrear simplemente deja frío. Un quiero y no puedo, en general, que al menos tiene un par de cosas destacables y, dentro de lo que cabe, no es demasiado aburrida.

Por fin se puede disfrutar de una película que hable sobre el gamberrismo infantil abarcando todos sus aspectos, dando razones y causas, el porqué un niño tiene una mente anormal que le lleva a cometer esos actos y convertirse en un vándalo, todo un entorno familiar centrándose en el contraste de su hermano, en definitiva, una historia con filosofía propia, al menos en su idea global, no tiene la imaginación de "Donde viven los monstruos", pero afronta con mucha mayor calidad el conflicto emocional y la raíz de las tendencias suicidas desde temprana edad.

Y es que no se viene abajo a la hora de culpar a sus padres cuyos problemas acaban en la complicada infancia de su hijo que intenta llamar su atención, ni a las menciones a la iglesia y un primer te quiero con estilo... cierto es que va dejando de ser gamberra y con ello perdiendo claramente energía para adentrarse en las aventuras, en las ansias de cambiar de vida o con el aumento del protagonismo del padre y sus actos para proteger a sus hijos; y me pareció ligera en el modo en el que el chico afronta sus demonios, aunque hay que reconocer que, a día de hoy, nosotros tampoco hemos afrontado los nuestros.