Charlot, prehistórico (C)

Con la intención insana de batir records de antipopularidad vierto una nueva "crítica" hecha por y para mí y los cuatro inadaptados que se parezcan un poco a mi humilde persona.
Cuando veo un corto de Chaplin se me ocurren diferentes opciones:
-opción A: Chaplin es un puto genio del Cine, haga lo que haga es divertidísimo, o cuanto menos tiene algún rasgo aislado de su inmenso talento, por lo tanto es imposible considerar que un corto o largo suyo pueda considerarse mediocre y muchísimo menos malo.
-opción B: Chaplin es un puto genio del Cine, y aunque me parezcan algunas de sus obras un coñazo, nunca lo reconoceré ni aunque el asesino justiciero de Saw me destroce miembros y órganos que ni siquiera sabía que tuviera en el cuerpo. Puntúole de 5 para arriba y a otra cosa.
-opción C: Chaplin es un ladrillo más pasado que las letras de Mecano y la peli suya que más me gusta es pasable y va que chuta.
-opción D: Chaplin es un genio, o por lo menos un grande, tiene en su haber obras maravillosas pero otras han sido arrasadas por el paso del tiempo, y, aunque cueste al pulsar el numerito 1,2,3 o 4...soy mayorcito y me atrevo a hacerlo.
Bueno, ya me he cansado de poner opciones, seguro que hay más si pienso un rato con mi obtusa mente. En fin, no me he reído ni una sóla vez viendo este corto, y no me da la gana ser benevolente ni puntuar en contra de mis gustos, entre otras cosas porque ser benevolente, condescendiente o como coño se le quiera llamar sería a mi entender una ofensa para el propio artista. Le respeto mucho más tratando de ser justo que pasándole la mano por el lomo. En resumen, mi opción es la D, respeto la A y la C, y detesto la B. Pero oye, cada uno es cada uno.

Charlot en la edad de piedra hace de forajido. Es un forajido que está en las islas Salomon donde cada hombre tiene 1.000 esposas. Pero la mujer del jefe vale por 1.000. Mil mujeres equivalen a mil suegras y el negocio no compensa para nada. A pesar de las 1.000 mujeres con las respectivas suegras no le veo la gracia pon ningún lado. De lo peorcito de largo de ET. Aquí más bien parecía un triste mortal. De lo poco destacado son algunos diálogos sobre las suegras. Años más tarde dichas suegras le amargarían la vida.

Divertida francachela -cuyo argumento mira por el retrovisor de la Historia- que sirve para que C. Chaplin protagonice el último de los 35 cortos que filmó para Keystone Studios durante 1914.
También guionista y director, en esta ocasión el episodio es ocurrente, está contado con gracia, intercala las tramas con dinamismo y la acción posee capacidad para atraer la atención del espectador.
La ambientación es adecuada, los encuadres resaltan siempre el lado más valioso de cada situación y, en general, el cortometraje resulta bienhumorado y distendido.