Parece ser que nadie ha visto más allá de la simple afeitada que se marca el personaje de este corto viendo la pésima nota de 5,8 y ningún comentario al respecto.

En este, creo, tercer cortometraje del ya archiconocido Scorsese, nos muestra la idiotez norteamericana del momento (1967), donde la gente esquivaba la mirada ante el conflicto en Vietnam con todo aquello de los vietcoms, etc..., etc... espectacular. Aunque bien es cierto que si no te lo dicen, ni lo lees por ahí, es imposible captar este mensaje. Quizá, sin saber que conflictos rodeaban la época en que fue rodada, lo máximo que nos pueda llegar a la mente es un mero mensaje de la sociedad de las apariencias, donde nos dejamos llevar hasta el punto de autolastimarnos con tal de aparentar... Véase de un punto u otro de vista, sigue siendo brillante.

La aclamada película independiente, “Drive”, que se propagó ganándose al público del festival de Cannes en 2011 presenta el gran salto del director Nicolas Winding Refn a la fama y mantiene el nivel de la ascendente carrera interpretativa de Ryan Gosling.

Nada más empezar ya vemos a un tipo que sabe lo que hace en un mundo oscuro, el de la criminalidad. Su calma delata su exceso de confianza en su quehacer. Y con razón, pues hasta en la peor de las situaciones aguarda su oportunidad para zanjar las cosas como tenía previsto. Este protagonista sin nombre, apodado “Driver”, es interpretado por un destacable Ryan Gosling que brilla por la ausencia de su interpretación. El diálogo del protagonista de esta película es sustituido por miradas que dicen mucho más que el resto de los diálogos de los personajes. Muchos ven en la frialdad de este personaje un vacío carismático, pero le rodea de un aura misteriosa, cuanto menos adictiva, esperando saber más sobre este fantasma sentimental. Lo destacable es que este misterioso silencio llega a tal punto que se convierte en un personaje más de la película marcando el final de ésta. Donde la incertidumbre te hará pensar hasta el último momento qué sucede en ese mismo instante. Driver trabaja como mecánico en un taller cuyo jefe es nada más ni nada menos que Bryan Cranston, un actor en auge que sorprende al verlo pasar de ser el padre en la serie de humor absurdo “Malcolm” a protagonizar a un químico, cocinero de meta anfetamina en “Breaking Bad” como el narcotraficante más buscado de EEUU.

Tal y como expresa el dicho popular “en la brevedad está el gusto”, esta película hace alarde de que no es necesario un largometraje kilométrico para poder contar una historia completa y rica. Esta característica hace de esta película aún más apta para un amplio abanico de público, puesto que no se hace espesa con un montaje dinámico y una sucesión de las acciones que atrapa de principio a fin. Si a esto le añadimos un atractivo tratamiento de la fotografía y el color y una banda sonora envolvente que sabe captar y solventar la ausencia de sentimientos del protagonista para plasmarlos a través de la música, quedamos más que satisfechos audiovisualmente.

A pesar de la sombra que hace Ryan Gosling al resto de actores, junto a Carey Mulligan (Irene en Drive) se crea un equilibrio entre estos dos que abruma de su entendimiento. Entre estos dos personajes sobran las palabras, una mirada, una sonrisa, no hace falta decir más para expresar que se gustan en secreto. Pero Irene resulta estar casada ya con un tipo que está apunto de salir de la cárcel y que acaba por involucrar a Driver en más de un mal embrollo. Pero cuando los pecados del marido salpican a Irene, Driver se verá comprometido a ayudar a aquella mujer que ha saca lo mejor de él.




Finiquitando, estamos hablando de una película que ha sido considerada de culto por su adaptación de un género con ambientación de los ochenta a los nuevos tiempos. Aunque durante el metraje, es cierto que hay un exceso de violencia innecesaria en ciertos momentos que te saca de la película para luego volver a atraparte de forma intensa. En uno de esos instantes desgarradores se puede apreciar un guiño a la película de “Oldboy”, con el toque de lanzarse contra un tipo peligroso con solo un martillo, lo que hace al protagonista más duro e impenetrable (gratuitamente). Al tratarse de una obra peculiar, bien puede encantarte o bien puede desagradarte, no hay punto intermedio.