Cuando a Nacho Sánchez le birlaron el Goya a actor revelación que tanto se merecía por "Diecisiete" (recuerden que se lo llevó el sobreactuadísimo Enric Auquer por 'Quien a hierro mata'), quedó claro que íbamos a tener que seguir su carrera muy de cerca.

Carlo Padial le ha dado su primera gran oportunidad en la pequeña pantalla, nada más y nada menos para interpretarse a si mismo en "Doctor Portuondo", y Nacho la ha aprovechado. Vaya si lo ha hecho. La colección de expresiones gestuales con las que Sánchez consigue encapsular la neurosis de Carlo es exquisita. Dentro del psicodrama generalizado, la serie consigue arrancar 6 o 7 carcajadas sinceras mientras relata los retos a los que nuestra sociedad contemporánea somete a nuestra salud mental.

La actuación de Perugorría como el singular doctor resulta convincente, los personajes de Berto, Arturo Valls y David Pareja consiguen su objetivo humorístico, pero punto y aparte merecen los minutos que Sánchez y Olivia Delcán comparten en pantalla. Uno se quedaría horas viendo charlar a esa pareja tan improbable, excéntrica, magnética.

En definitiva, si todo lo que hace Filmin tiene la calidad de 'Doctor Portuondo' estamos de enhorabuena. Tremendo debut.

No esperaba gran cosa de esta película cuando le di al play en Netflix. Sin embargo, la he acabado con una sonrisa en la cara y gratamente sorprendido de haber descubierto la mirada de Nacho Sánchez. Imposible entender y transmitir mejor ese amor de hermano.

En cuanto a Sánchez Arévalo, sigue emocionando con las premisas más sencillas y manidas. El argumento lo tenía todo para hacer algo mil veces visto, pero consigue darle una vuelta de tuerca y Nacho y Biel tienen mucha culpa de que se quede 'prendada' en la mente de la gente.

Sin duda es la película más redonda de la extensa y productiva carrera filmográfica de Colomo. Contra todo pronóstico, su cumbre como cineasta ha llegado con un film atípico, rodado con un presupuesto mínimo en un enclave tan maravilloso como es la isla de Menorca. El autor de "Tigres de Papel" o "Bajando al moro" se rodea de actores no profesionales como su gran amigo Miguel Ángel Furones o Nuria Roman (increíble que esta sea su primera experiencia como actriz). A ellos se les suma la deliciosa puesta en escena de Olivia Delcan, joven actriz que va camino de ser una de las sensaciones del futuro del cine español.

Las dos relaciones que tienen mayor fuerza en el film (La de Olivia con su madre y la de Fer con Miguel Ángel) nos brindan conversaciones hilarantes y brillantes sobre el amor, la familia o el arte. No hay que obviar que es una película rodada prácticamente sin guión, hecho que quizás ayuda a dar esa intimidad y naturalidad que emana. En definitiva, una agradablísima sorpresa que no hay que dejar pasar por largo.