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España España · Avilés
Críticas de SciTeFan
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
7
13 de agosto de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptación fílmica del clásico literario de George Orwell, que logra plasmar en la pantalla toda la angustia, el pesimismo y el ambiente opresivo de la novela original: La recreación de una sociedad fascista en la que el amor, el sexo, la amistad, el pensamiento individual y la libertad de expresión están terminantemente prohibidas; en la que nadie parece estar a salvo de la vigilancia a la que somete el gobierno a sus ciudadanos (véase como ejemplo el momento en el que los dos protagonistas son descubiertos por una cámara oculta en el dormitorio que Winston tiene alquilado al dueño de la tienda de antigüedades, que les traiciona, siendo inmediatamente detenidos por agentes del régimen); en la que se dan charlas acerca de los beneficios de la erradicación del orgasmo y de la desaparición de la familia (pues supuestamente ambos elementos distraen al hombre de sus obligaciones -el trabajo y la guerra- y lo hacen débil); en la que se simplifica el vocabulario creando un lenguaje básico automatizado (Neolengua) que elimina aquellas palabras que posibilitan la expresión de sentimientos; en la que las canciones están compuestas por máquinas; en la que se rescriben los periódicos para remodelar la historia; en la que las mujeres visten de uniforme y como los hombres, para evitar cualquier tipo de alteración hormonal (es reseñable la escena en la que Winston –Hurt- se queda literalmente fascinado al ver a Julia –Hamilton- ponerse para él un sencillo vestido en la habitación que comparten clandestinamente); en la que se trata a los individuos como una masa dócil, sumisa, obediente y fácilmente maleable y manipulable por el dictatorial gobierno en el poder, que bombardea a su pueblo con noticias e imágenes alienantes sobre una guerra en la que el adversario y el aliado intercambian sus papeles a conveniencia, y que son recibidas con júbilo y deleite casi fanáticos por la gente, que observa con un delirio que bordea el paroxismo ejecuciones de hombres y mujeres (quizá inocentes) ajusticiados a miles de kilómetros...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
SciTeFan
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7
10 de agosto de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras se realizan unas excavaciones para la ampliación de la estación de metro de Hobb´s End (nombre que también recibe, no por casualidad, el pueblo en el que se desarrolla la acción de la aterradora e imprescindible En la boca del miedo, John Carpenter, 1996. De hecho, y como veremos más adelante, esta no es la única coincidencia respecto a la filmografía de Carpenter), se produce el hallazgo de un extraño objeto que se halla enterrado en el lodo. En las inmediaciones también se encuentran varios cráneos pertenecientes a una especie de homínidos que podrían ser parte desconocida de la cadena evolutiva del ser humano. La llegada del Coronel Breen (Glover) complica aún más la investigación, pues desde el principio se convence de que el objeto es un tipo de bomba desconocido que los nazis idearon y lanzaron durante la II Guerra Mundial y que no llegó a explosionar. El profesor Quatermass (un fenomenal Keir, que supera el ya notable trabajo que Brian Donlevy realizó en las dos primeras entregas de la saga aportando al personaje, además, un nuevo carácter, mucho más sociable y cordial), que llega con el militar, contempla otro punto de vista totalmente distinto, al creer que el artilugio es, ni más ni menos, que de origen extraterrestre.

La tercera parte de la saga del profesor Quatermass cambió tanto de director (Ward Baker -un habitual de la Hammer: Las amantes del vampiro, 1970; Las cicatrices de Drácula, 1970; El doctor Jekyll y su hermana Hyde, 1971; Kung Fu contra los 7 vampiros de oro, 1974…- se situó tras la cámara, recogiendo el testigo de Val Guest) como de protagonista (el ya citado Keir, que también intervino en Drácula: Príncipe de las tinieblas, Peter Cushing, 1966; o La reina vikinga, Don Chaffey, 1967), pero mantuvo como guionista al creador del personaje protagonista, Nigel Kneale...
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