La tercera entrega de Toy Story cautiva desde el inicio hasta el final, pues los juguetes se sumergen en una ola de hazañas emocionantes que causan flor de piel en el espectador. En esta oportunidad, Andy debe afrontar una nueva experiencia sin la compañía de sus fieles juguetes, situación que lo lleva a pensar qué hará con ellos, y al mismo tiempo adentra a estos en un mundo lleno de aventuras, en el cual prevalecerá la verdadera amistad y fidelidad.
En Toy Story 3 se acentúa la profundidad emocional, ya que marca el fin de la infancia de Andy y el comienzo de una nueva vida para los juguetes, también se aprecia la madurez en cada uno de los personajes. Predomina, al igual que en las entregas anteriores, el valor de la amistad; para Woody, Buzz y sus amigos no importa cuán grande y desastrosa sea la adversidad, ellos siempre estarán para apoyarse mutuamente, inclusive en momentos que parecen el fin.
Al observar esta película es inevitable conectar con el niño interior que vive en cada uno de los seres humanos, pues a través de la inocencia y los juguetes se enlazan las fantasías y los sentimientos más profundos e infantiles del espectador. Este positivo efecto se debe a la animación de la película, y que el mensaje es dado a través de los preciados objetos que tienen todos durante su niñez, puesto que para el público le es mejor captar la enseñanza de dicha manera.
Toy Story 3 es una película para toda la familia, que vale la pena ver y disfrutar. Las lecciones de vida que deja son innumerables, y es de esos filmes que te acompañarán durante el resto de tu vida.