Una visión distinta del abuso de los llamados "antidepresivos", algo tan común en la sociedad norteamericana. Lamentablemente, la trama se desinfla precisamente cuando pretende ponerse interesante, como si el uso de estos medicamentos no fuese lo suficientemente turbador. Rooney Mara se confirma como la elección ideal para papeles de trastornada, habrá que ver si sabe hacer otra cosa. Interesante también el cambio de registro de Catherine Zeta-Jones.

Un delirio visual que se graba en la retina del espectador y se mantiene en la memoria. La historia de amistad y respeto entre el protagonista y el tigre resulta conmovedora, pero igual de enriquecedor es el resto de la cinta, desde la curiosa procedencia del nombre de Pi, el tratamiento de las diferentes religiones, los acertados toques de humor, y en general la actitud hacia la vida. Lástima que muchos la vayan a considerar un cuento para niños.

Narrando un hecho tan insólito como verídico, mantiene una tensión incómoda durante toda la película, como si fuese uno mismo el que estuviese atrapado en un país extraño y hostil.
Gran recreación de la época y una dirección magistral por parte de Ben Affleck, cuya cara de cartón debería quedarse fuera de pantalla; ya ha demostrado varias veces que es mejor guionista y director que actor.
Se entiende el Oscar por su homenaje a la industria de Hollywood en mejores épocas y un patriotismo a prueba de balas (probablemente otro gallo hubiese cantado si los protagonistas fuesen canadienses).

Podría haber sido un mediometraje muy interesante, no da para mas. Tras un punto de partida sugerente, la historia se va a pique confirmando lo que te vas temiendo tras la primera desaparición.