Mas de una vez nos preguntamos acerca de esta situación y no somos capaces de responder con la certeza que da una mente sin reparos, sin miedos de los jueces y sobre todo sin egoísmo. Evitar el sufrimiento de un ser querido es la demostración de amor mas transparente que puede haber entre los mortales.

Después de mucho he vuelto a ver una película que vale la pena!
A simple vista la relación empleador / obrero ha cambiado en estos últimos 100 años, al menos mucho mas que la relación entre compañeros de trabajo que teniendo cada uno un interés particular que suele ser mucho mas importante que el interés colectivo y que al fin de cuentas solo nos dan de comer…
Mas tarde parece que los trabajadores se van poniendo de acuerdo por intermedio de un profesor de instituto que llega a Milán cuya verborragia sorprende a muchos analfabetos o en su defecto a otros que sueñan con la posibilidad de un cambio como se está dando en otros países europeos en esa época.
La película no tiene final feliz pero deja el claro mensaje que la lucha continua, hace 50 años cuando se hizo esta obra y en la actualidad que podemos disfrutar del buen cine histórico.

A pesar que la película tiene imágenes que alejan de ser escenas reales, el papel de Andreu (Francesc Colomer) lo hace como si las imágenes que transcurren fuesen su propia visión, una visión de niño que vive inmerso en la posguerra, con información contaminada de lo que cuentan quienes sobreviven a su alrededor.
Hay momentos que la película se hace un poco lenta pero vale la pena tener otro punto de vista de un tema tan recurrido en el cine español.

Absolutamente triste. No disfrutar de la pareja, de la familia.. solo pensar en el "triunfo" y en el estatus que da pertenecer a una sociedad en la que no se ha crecido.
El azar hace que la justicia se desvíe y finalmente Chris (Jonathan Rhys Meyers) pueda tener la descendencia tan esperada por su mujer y suegros.