Para poner orden en este desorden iremos por partes.

Lo positivo: La ambientación y la fotografía es lo mejor con diferencia. Los enclaves elegidos son espectaculares y en varias ocasiones el ritmo lento permite admirar los paisajes, así como la arquitectura. La música, por otro lado, aunque no me gusta en exceso me parece acertada. Los actores correctos.

Lo negativo: Todo lo demás. Como no he leído el libro me limitaré a la serie en sí. La historia despierta el interés del espectador, pero naufraga ahogada por el cúmulo de situaciones y diálogos inverosímiles. Profesores con coches y pisos de lujo, las clases parecen una mezcla de consultorio psicológico y taller de escritura más que de una asignatura de literatura y unos diálogos artificiales (en alguna escena, los profesores mismos, invitan a una estudiante que ensene sobre feminismo al profesorado). Todo esto no parece lo más apropiado para sumergirte en la historia.
Por si esto no fuera suficiente, la trama tiene que soportar sobre sus hombros la propaganda tan del gusto, y monótona, de Netflix y los poderes fácticos de hoy en día. Así, el feminismo de cuarta generación, todas las letras LGTBIQ, normalización del consumo masivo de drogas de todo tipo por parte de jóvenes y adultos (sin embargo, gente fumando tabaco apenas aparece), el aborto (“es peor mentir que abortar”), la eutanasia, jóvenes sin responsabilidad alguna etc.…aparecen por doquier. Todo metido con calzador sin aportar absolutamente nada a la historia.

En resumen, una historia que podía tener cierto interés, pero personajes, diálogos, situaciones increíbles y propaganda hacen que el cuadro general no se sostenga.