En general bastante mediocre y simple, hace ver a los españoles como unos auténticos rezagados con respecto a Europa. Por otra parte que Suiza era algo así como un mundo perfecto, de gente amabilísima con modales impecables y con moradas elegantes, refinadas y pulcras. Y España era un albañal representado en todas y cada una de las escenas desde que vuelven a su casa de Madrid, comenzando con la escena en la que un viejo escuálido y repelente sin pierna le pide un abrazo al nieto recién llegado de Suiza, hasta cuando Martín va a buscar trabajo al taller, del mismo modo grasiento y sucio, pasando por el espectáculo del interior de un piso viejo e inmundo.
Ni los Suizos eran tan espléndidos, ni nosotros los españoles éramos tan zafios e ignorantes, tampoco Suiza era tan preciosa e imponderable, y España tan lamentable y mísera como nos quieren hacer ver, realmente el director a conseguido alejarse de un modo entre cómico y penoso, de la realidad de la época.
Lastima que con lo que cuesta hacer una película se haga tan mal, pues creo que costaría lo mismo hacerlo bien. También cabe decir que la actuación de los diferentes actores no esta del todo mal así como el guión, eso si un tanto superfluo.

Es a fin de cuentas, una película maniqueísta y tendenciosa, que hace ver que en la Guerra civil española había buenos y malos, cuando esto es totalmente falso. Lo que no se puede hacer es poner al profesor rojo; entrañable, y a los nacionales tan malos, porque extrapolando el asunto, refleja que todos los republicanos eran buenos y todos los nacionales malos.
En fin buena puesta en escena, pero el trasfondo tendencioso, una buena pelicula en el trato de estos temas debe ser mas objetiva y con un conocimiento mas amplio de la historia. Habrá que hacer entrega de dos gallinas a José Luis Cuerda por su lucidez en esta pelicula, como hace el nacional al intentar sobornar al profesor rojo, que risa me hizo al verlo :) no podrían poner a los nacionales con parches en los ojos. En fin.