Me ha parecido muy entretenida y con un giro de guión que ha logrado sorprenderme. Quizás no es la película de viajes en el tiempo más sorprendente que he visto en mi vida pero ha logrado engancharme.

Ha sabido diferenciar perfectamente el 1991 y el 2022 con muy buena ambientación y color, lo que no es poco.

Y además ha conseguido incluso generarme esa empatía y angustia que me ha hecho dar cuenta que había conectado con ella.

El casting creo que es aceptable. No se le puede pedir más a esta película. Perfecta para un domingo por la tarde en el sofá de casa sin grandes pretensiones.

Me encantan las películas de aventuras aunque no he sido nunca un fan radical de la saga Indiana Jones. Con esta premisa fui al cine con la certeza de que pasaría un rato agradable pero ciertamente superó todas mis expectativas.

Desde el inicio de la película hasta el final (y hablamos de más de dos horas y media) no para de girar y sorprender constantemente. Harrison Ford está fantástico y los efectos para jugar con el tiempo muy bien realizados. En general técnicamente es muy buena.

Por lo que respecta a la trama no se puede pedir más, tenemos héroe, tenemos villanos, tenemos reliquia así que ¡también tenemos aventura! Muy recomendable.

Cuando me dijeron que Tom decidió no usar especialista para la escena del acantilado, la busqué por internet y en ese momento decidí ir al cine a pesar del riesgo de no entender algunas cosas, ya que no he seguido esta saga estrictamente... aunque alguna suelta sí he visto.

Y me he encontrado con un peliculón. La gente en la sala (llena hasta la bandera a pesar de llevar ya varias semanas en cartelera) ni respiraba de la tensión.

No te da tregua. Una vez presentada la trama con una intro bastante larga que sirve de pistoletazo de salida, coge una velocidad de infarto que casi te impide pestañear.

Como siempre, para mi gusto en este tipo de género, algunos escapes o algunas peleas imposibles quedan muy caricaturizadas y poco creíbles pero forman parte del "juego".

Respecto a la duración, sigue la linea que se está dando en la actualidad, con films de casi tres horas. Aunque hay que tener en cuenta que, en este caso, es solo la primera parte. Por lo tanto, si la segunda parte dura igual, estaremos hablando de casi seis horas de historia. No juzgo si es bueno o malo, a mí personalmente no se me ha hecho larga.

Lo que sí me da rabia es todo el tiempo que hay que esperar para la segunda parte, que parece estar prevista para el inicio del verano del 2024, si la famosa huelga en Hollywood lo permite y no la atrasa más.

No nos podemos olvidar que estamos hablando de una película que trata abiertamente la homosexualidad de dos adolescentes rodada hace casi 30 años.

En el año 1998 cuando yo la vi por primera vez tenía la misma edad que los protagonistas y comenzaba a hacerme preguntas. Esta película me la puso un amigo mío muy cinéfilo y que en aquel momento era mi referente a la hora de sentarme delante de la gran o pequeña pantalla a disfrutar una película. Él sospechaba lo que a mí me estaba pasando y fue su manera de decirme que me entendía por qué él estaba pasando por la misma situación que yo.

Un tiempo antes de ver esta película yo recibí una paliza de una persona cercana a mí porque me pilló en un vestuario jugueteando con un amigo. Éramos adolescentes y no estábamos haciendo nada. Solo estábamos jugando. Pero la persona que nos vio pensó que sí y sin preguntarme se sirvió de su imaginación como excusa para pegarme.

Así que recuerdo la descarga eléctrica que sentí con esta película y pierdo la noción del tiempo que estuve sentado en el sofá sin poder hacer ni decir nada una vez la película había finalizado. Se me había abierto una puerta al universo. Recuerdo pensar: "¿y ahora qué?".

No que he querido puntuarla solo haciendo valer el recuerdo que yo tenía de ella así que la he revisionado y ahora me doy cuenta del gran valor que tiene y de como ha cambiado la sociedad y también me ha venido bien desmitificarla un poco porque a pesar de ser un referente también tiene sus defectos como todas las películas.

Por lo que respecta más estrictamente a la película decir que me sorprende la capacidad que tiene esta película de sacarte una sonrisa a pesar de la dureza de la historia que está contando, en gran medida gracias a la grandísima interpretación de Tameka Empson en el papel de Leah a la cual puedes odiar al mismo tiempo que amarla. También es fundamental el papel de la madre de Jamie, Sandra, cuyo papel es maravillosamente contradictorio interpretando a una madre que encarna la libertad sexual en sus carnes, pero que no duda en tener reparos en lo que respecta a la libertad sexual de su hijo, sobre todo al enterarse de la situación, por lo que vale la pena prestar atención a su evolución a lo largo de la película, ya que es realmente formidable y encarna a la perfección la actitud respecto a la homosexualidad en la época.

Se trata de una tragicomedia moderna con uno de los finales más épicos que recuerdo en la historia del cine.

Me es imposible hacer una crítica ciñéndome exclusivamente en la parte más técnica y olvidarme de lo que significó para mí. Pienso en la suerte que tienen los chicos adolescentes de abrir Netflix, Amazon Prime o cualquier plataforma y buscar por temática LGTB y tener un grandísimo abanico de películas y series en la que buscar respuestas y tener referentes. También pienso en como habría sido mi adolescencia si no me hubiera topado con esta película en su momento. Seguramente hubiera encontrado otro referente, pero en mi caso me descubrí con esta película y por eso le guardo el cariño y el respeto que merece y la valoro más que por su calidad o por su guion (que es fantástico, al igual que la interpretación de todo el reparto), si no por lo que significa para mí.

Ahora que hace quince años del estreno de esta película es increíble lo transgresora que es y lo bien que ha pasado el tiempo por ella. Una historia de amor y enredo bomosexual en 2008 no era demadiado habitual y sigue a día de hoy siendo un tabú la homosexualidad en el mundo del fútbol.

Me reía en 2008 con esta película y me sigo riendo a día de hoy. Tremenda actuación de Lola Dueñas y Fernando Tejero que te mantienen con una sonrisa en la boca todo el rato. Y aunque sea bastante increíble y a veces hasta caricaturesca, la historia de amor entre Javier Cámara y Benjamín Vicuña te engancha.

Sin más pretensión que entretenerte y divertirte un rato.