Todo lo que sube, baja. Aunque el momento de la bajada sea el más inoportuno: cuando más expectativas había. Tras el bombazo de Skyfall, Spectre es un jarro de agua fría en toda regla. Larga, tediosa, repetitiva, predecible, bobalicona y, obviando el prólogo, para nada excitante. Ya viendo la, comentada por varios, bochornosa persecución de coches en Roma parece que la película intenta ser una parodia de sí misma a lo Roger Moore en los 80 aderezado con la seriedad propia de la era Craig y los intereses sentimentales y familiares que suelen ser muy típicos de Sam Mendes. Lo que brillara en Skyfall (la infancia de Bond, por encima de todo), en Spectre es un truco burdo y barato para exprimir ese juego hasta el exceso. Eso no hace más que empeorar las cosas, pues además esta entrega anuda las tres anteriores (o lo intenta, de forma muy vaga), por lo que ahora toda la etapa de Craig podría quedar en entre dicho a nivel argumental. Aún sigo tratando de explicarme cómo el casi mismo equipo de Skyfall o Casino Royale pudo cagarla de semejante manera aquí.

Y el milagro es que, en cierto modo, se salva de ser razonablemente mala. Hay una mano maestra que te conduce toda la película, en las contables buenas y en las incontables malas. Hay un buen hacer inexplicable que mantiene la atención y el carisma en todo momento, aún cuando se nota que es por encargo y no por implicación decidida y personal. Y esa mano maestra de buen hacer inexplicable es Daniel Craig. Y además aquí no está brillante como Bond (quizás es culpa del montaje -en las escenas de acción se ve menos ligero- o del guión -su historia personal ahora es caricaturesca y llena de casualidades-), eso para encima. Debe de ser el arco argumental que se lleva cimentando desde su debut, o tal vez el hecho de que ya está tan asentado en la figura de Bond que cada vez que le vemos mover los ojos medio sonreímos pensando en qué ocurrencia puede decir o cómo sabe expresar con los silencios. Sea como fuere, con otro actor o cualquiera de los cinco anteriores esta película estaría suspensa 100%. Aún con ese prólogo modélico.

Me sorprende que aún así haya críticos especializados que hagan sangrar a otras películas y a ésta por lo general le den seises o sietes. Seamos justos, esta película es de cinco puro. Y quien la suspende tendrá sus razones. Cuando a la mitad de película sientes que si la quitas no te perderías gran cosa es un fracaso en toda regla. Puede que cada uno quiera ver profundidad donde no la hay, o que confundan el ser fan de algo con tener que ponerlo por las nubes siempre. Pero esta vez no. Spectre es pasable, muy pasable. Si se puede decir la palabra salvar, se salva por Daniel Craig y su Bond, así como la secuencia de acción inicial la única que de verdad merece la pena y se siente como una auténtica sinfonía espectacular de James Bond. Por lo demás, una decepción dolorosa, más precediendo a tal vez la mejor película del personaje en su historia.

Saquemos las pancartas a la calle para que Craig haga la última de honor, aunque sea en otra compañía, y para que se asegure bien de tener un guión coherente para la próxima vez. Es una petición en ciernes: un Bond tan brillante y especial no debería despedirse por la forzada puerta de atrás a lo Connery ("Diamantes para la eternidad") o Brosnan ("Muere otro día", ambas rivalizan por ser lo peor de la franquicia; obviando lo demencial de Moore y su "Panorama para matar"). Debería irse sino en lo alto, en un nivel notable y tan espectacular y torrencial como empezó. Creo que ningún Bond hasta ahora ha conseguido eso en toda su historia.

Por fin, una película comercial de este género (terror y suspense), que tiene el trabajo bien hecho, mejor presentado y perfectamente ejecutado. Desde el estilo con el cual el director dirige (evocando ecos del mejor Spielberg), hasta la banda sonora maravillosa. Desde la historia retorcida y asfixiante, hasta los personajes llenos de matices y con los que te identificas para bien y para mal. Es una película perfecta en lo que promete: entretenimiento, buena historia, grandes sorpresas y verte inmerso en una angustia que no te suelta y deja la cabeza loca. John Goodman hace el papel de su carrera, mientras que Mary Elizabeth Winstead es una protagonista perfecta. No sé si volveré a ver una película parecida a esta que se venda similar, pero por lo menos siempre tendré esta joya a la que agarrarme.

"Quantum of Solace" se ha ganado una negatividad en todo este tiempo que personalmente se me antoja de inexplicable. No llega a la altura de la estupenda e inteligente anterior entrega, ni tampoco encontrarás aquí la relevancia personal de la siguiente ("Skyfall") pero si que encontrarás algo que ya anunciaron en la película, algo con lo que se contaba y que se requería en ella. Y eso es la acción pura y dura, lo salvaje, lo incontrolable. Así está el Bond de Daniel Craig tras la muerte de su amada, así está aún sin ser Bond pues aun esta dejando de ser un inexperto gallito y por fin conociendo lo que es que te traicionen, estar solo y la peligrosa ambivalencia de los propios servicios de inteligencia y sus superiores. La organización siniestra y sus motivos quedan en un deliberado segundo plano y tampoco molesta.

Aquí la acción es explícita y los sentimientos quedan expresados en miradas y silencios para los que hay tiempo, por mucho que mucha gente se moleste en decir que no. En términos formales la película es increíblemente entretenida, brillante a nivel visual, muy bondiana en la música y con un Daniel Craig aun notablemente joven en forma. Personalmente no entiendo las críticas pese a que pudo ser mejor o más desarrollada. Es un espectáculo formidable que da lo que promete y que, al menos para mi, aun sale ganando conforme pasa el tiempo.