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Voto de Chagolate con churros:
7
Thriller. Intriga. Drama Benjamín Espósito es oficial de un Juzgado de Instrucción de Buenos Aires recién retirado. Obsesionado por un brutal asesinato ocurrido veinticinco años antes, en 1974, decide escribir una novela sobre el caso, del cual fue testigo y protagonista. Reviviendo el pasado, viene también a su memoria el recuerdo de una mujer, a quien ha amado en silencio durante todos esos años. (FILMAFFINITY)
23 de octubre de 2009
64 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo cierto es que existen carencias y fallos de bulto en el último trabajo de Campanella. Los fallos son más de verosimilitud que de otra cosa: que si buscan a alguien en un estadio de fútbol abarrotado, que si un secretario del juzgado hace de inspector de policía, que si un subordinado tiene la manga tan ancha como para estar borracho medio día y mantener el puesto de trabajo o la escena del interrogatorio forzado por dos personas sin ningún tipo de autoridad para ello. Por poner algunos ejemplos.

Las carencias son más importantes. Esto es quizás el primer indicio que nos haga pensar que nos encontramos con una buena película. Si las carencias adquieren una importancia mayor que los fallos el trabajo del artesano Campanella es todo un logro. Lo dice el refrán: “más vale que falte que no que sobre”.

Las carencias, lo que no se tiene, es lo que trasforma una buena película en una más que buena película.¿Y qué no tiene “El secreto de sus ojos”? Pues si me pongo tiquismiquis diré que lo que le falta es abrir el plano. Dicho así suena de pendante que no veas y sobre todo porque no me refiero a un apartado técnico. Me refiero a los detalles. A este trabajo le falta ambientación, le falta que la cámara acompañe al peatón a cruzar la calle, que escuchemos el gentío de la calle cuando discuten de fútbol y los árboles haciéndose mayores o que acompañe a Darín a su casa y (aquí sí) abrir plano y me diga cómo es fuera del trabajo. Porque no sé ustedes, pero yo fuera del trabajo, a Benjamín Espósito no le conozco. No sé nada de él. Luego surgen cuatro diálogos y me dicen que si cena sólo y no se gusta. Esto es muy del cine argentino. Los diálogos suplen excesivamente la imagen como norma general. Esta película no es una excepción.

Por lo demás, “El secreto de sus ojos” tiene todo lo que se le puede y debe pedir a una buena película. Campanella trabaja de manera más que eficiente con la cámara, los actores y con el tiempo. Y lo más importante: sabe crear emociones. Parece sencillo, pero muy pocos directores entienden como hay que preparar la escena para que pases del suspense a la risa en pocos segundos. A Campanella no se le ve forzado, la película trascurre sin brusquedad, sin giros imposibles pero manteniendo siempre en vilo al espectador.
Chagolate con churros
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