como esa batalla campal entre zombis nazis y rusos con un Panzer de por medio. Se pueden ver salvajadas brutísimas, zombis completamente desatados que entran en las casas y matan a todos sin hacer la típica pausa tonta con la que parecen explayarse en algunas películas. Aquí, como dice mi madre, es "cheghar e encher", ¡todo a la barriga! Zasca, zasca. Es violencia gratuita y es lo que esperas de una historia en la que el héroe es un humano con un transplante de brazo zombie por error, algo nunca visto ¡pobre cirujano! Es tan brutísima que ves al tanque pisoteando a un grupo de niños pequeños y después el zombi nazi apuntando y disparando el proyectil a una madre que pasea con su bebé en el carrito. Y te descojonas, ¡no puede ser verdad que se esté acostando con su novia zombi! ¿Qué más se puede pedir? Quizá una versión española con zombis del pepe contra zombis del soe. Ah no, que esa ya existe en el Senado durante todo el año.